Falsos sobres
Cuentan que en el Consejo de Administración, “el cura” siempre agradecía el “silencio de los corderos” con sobrecitos. Un regalito extra a las dietas por asistencia, algunas por ir al cine o a misa, que generosamente concedía el personaje.
Al Vaticano, desde luego, llegaban en valija otros sobres más abultados que le blindaron en la Presidencia durante muchos, muchos años, aunque no le concedieron ilusión de ser Obispo en esta tierra por la que tanto trabajó el pobre.
Dicen que un sobre pagó el abogado que sentó en el banquillo al ex alcalde Herminio Trigo, cuando se le ocurrió tocar la exclusividad de la recaudación municipal que gracias a Dios poseía el “monte”. Un sobre que acabó dejando las cosas en su sitio, apartando al “prevaricador” del sillón municipal, manteniendo el cobro de los tributos en las ventanillas de toda la vida. Como Dios manda.
La tradición oral sostiene que Sandokán empleaba directamente el billetito sin enfundar, para que el público observara con nitidez que el de cañero obsequiaba a su clientela con papeles de 100 y de 500. Y aquellos privilegiados, luego, se jactaban de servir a un hombre que tanto ha hecho por los cordobeses. Tanto que han colocado al “presunto delincuente de guante blanco”, jefe de la oposición, cachondeándose por los pasillos capitulares de las leyes, citando a su prima y a la madre que lo parió, ante el regocijo general de tener Córdoba esta perla que da titulares “grasiosos” en esta época triste que padecemos.
Otros manifiestan que hubo un sobre-local-sede electoral que el “malayo” cedió al candidato Mellado cuando el Psoe se dejó querer por este prohombre en una campaña a la alcaldía.
Las lenguas “apócrifas” que diría Mariano, mantienen que entre los expedientes de la Gerencia de Urbanismo durante años se dejaban caer también sobres que aligeraban la licencia y otros, que a su vez, demoraban su diligencia para que prescribieran. Y fueron muchas las carpetas objeto de sanción las que durmieron arrinconadas en los cajones b de las oficinas consistoriales hasta perecer.
Ahora, sin embargo, los sobres, pese a su actualidad inmediata, van dejando paso a las subvenciones, que es la manera civilizada, como ha precisado la ministra Bañez, refiriéndose a la libretita cutre de Bárcenas, de mantener los privilegios y las prebendas. La financiación del partido o de la fiesta de cumpleaños del niño.
Los sobres se sofistican y llegan también con recalificaciones urbanísticas, con la permisividad hacia quienes infrigen las normas porque generan empleo y las adjudicaciones a dedo.
Claro que todo lo anteriormente escrito es completamente falso, o algunas cosas son ciertas como han publicado algunos medios de comunicación. Vete a saber.
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