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¿El retorno del rey?

Redacción Cordópolis

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Los elfos socialistas, los hombres mortales de Izquierda Unida y los hobbits y enanos de Ganemos han conseguido uno de sus objetivos: la destrucción del anillo de la mayoría absoluta. No obstante, aún deben ser capaces de desalojar del gobierno a Sauron Nieto. En la tercera entrega de la película de Jackson, la Comunidad del Anillo consigue mantener la unidad de acción y el apoyo de Gandalf para derrotar a las tropas y orcos de Mordor y consiguen restablecer el reino de los Hombres. Parece más difícil que pueda suceder igual en nuestra ciudad.

Los resultados electorales han abierto la puerta a un acuerdo de izquierdas al sumar quince concejales entre las tres fuerzas políticas, pero ahora no está nada claro que puedan llegar a un pacto y evitar que se aplique de forma automática la nominación como alcalde de Sauron Nieto como cabeza de la lista más votada. Sin el apoyo de los tres partidos, no hay alternativa al PP, lo demás son ocurrencias.

Partamos del hecho de que el PP no ha sido el ganador de las elecciones sino que lo ha sido la abstención. Es muy preocupante que 15.000 cordobeses/as más que en 2011 (en total, 115.000) no hayan encontrado ninguna alternativa fiable entre todas las que se han presentado a las elecciones. Deben tomar nota quienes se arrogan la representación exclusiva de la ciudadanía y se alegran que ¡por fin esté representada en el ayuntamiento!

Ese alejamiento del vecindario de las urnas ha perjudicado sobre todo al PP. También le ha afectado el reparto del voto de centro derecha con Ciudadanos. De hecho, PP y Ciudadanos suman el suelo de voto del PP desde 1993, 60/65.000 votos, pero la regla D´hont ha penalizado esa división haciendo “luz de gas” a los “naranjitos”. Al PP no le han acabado de salir las cuentas al sacar Ucor un concejal superando levemente el 5% mínimo para tener representación. Eso sí, nos hemos salvado de que Ucor, a pesar de su batacazo, pudiera ser decisivo para dar o quitar mayorías.*

En cuanto a la izquierda, la gran sorpresa no ha sido Ganemos sino el PSOE. Los socialistas se han beneficiado del desencuentro de IUCA y Ganemos, además de haber conseguido conservar una parte suficiente de sus votantes en autonómicas y generales, así como apropiarse de parte del voto de UCOR. Por primera vez desde 1979, El PSOE adelanta a IUCA y se convierte en la primera fuerza de la izquierda. Algunos no reconocerán este dato y seguirán tildándolos de “casta bipartidista”, y este es el gran problema para el acuerdo alternativo al gobierno del PP.

Ganemos se “ha alegrado” del resultado obtenido, ¡qué remedio!, si bien no ha alcanzado el apoyo suficiente para que nos creamos que ha llegado “su” cambio. No han ganado, por mucho que sea significativo su resultado, y su situación no es comparable a la de “Ahora Madrid” o “Barcelona en comú”. De hecho, el PSOE les ha superado en 12.000 votos. Deben digerir que la escisión de Ortega les ha costado 2.000 votos. Se desesperan al darse cuenta del error de no coaligarse con IUCA, ya que hubieran sido segunda fuerza política de haber acudido juntos a las municipales.

Ahora, en el proceso negociador poselectoral, pretenden aparecer de nuevo con IUCA como una sola fuerza política para imponer su candidato como alcalde o, alternativamente, exigir una rotación de alcaldías. De hecho, Aragorn García y Frodo Blázquez cuentan como izquierda solo los votos de IU y de Ganemos. Su componente antisocialista (Gandalf Anguita, entre otros) tiene mucho que decir. Les pesa la estrategia de Podemos para las elecciones generales, que anteponen al acuerdo para la ciudad. Por cierto, deben ser conscientes que también se han apropiado de parte del voto de UCOR.

Por su parte, IUCA ha respirado... ¡a pesar de bajar más de 6000 votos! que han ido casi en su totalidad a Ganemos. También se lamentan de no haber llegado al acuerdo preelectoral. Ahora dudan entre el pacto a tres o depender de Podemos. La estrategia estatal de convergencia con los seguidores del Coletas, y los resabios de la ruptura del cogobierno andaluz, les animan a no apostar por un acuerdo con alcaldía de Arwen Ambrosio.

Unos y otros han olvidado que los ayuntamientos son una institución presidencialista en la que, prácticamente, el gobierno municipal tiene el poder absoluto y el pleno actúa tan solo como órgano de debate y control. Si quieren ser determinantes, no deberían dudar en entrar a formar parte del gobierno de la ciudad, aunque para ello deberán asumir que son cuatro concejales de quince, por lo que no podrán imponer su programa sino consensuar otro con PSOE. Ellos fueron el rey, ya no, ahora tendrán que decidir si retornan apoyando una reina, o si sigue el poder de Sauron Nieto mientras sueñan en la oposición con “una ciudad mejor”.

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