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La Importancia de Retrasar el Primer Baño del Recién Nacido

María Isabel Martínez

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Hasta hace muy poco tiempo, era bastante habitual observar prácticas rutinarias en la mayoría de los hospitales como por ejemplo el baño del bebé nada más nacer. Allí mismo, en el paritorio, se realizaba el primer baño del recién nacido para dárselo a sus padres limpio, aseado e incluso perfumado y vestido. Afortunadamente, esta práctica se ha ido eliminando en los últimos años y en la mayoría de los hospitales ya no se baña al bebé hasta el día siguiente.

No obstante, estudios recientes sobre la composición de la piel del recién nacido están haciendo necesarios cambios sobre las recomendaciones actuales del baño y los primeros cuidados del bebé. Actualmente, se aconseja  no bañar al bebé antes de las primeras 24-48 horas tras el nacimiento, incluso, si se puede retrasar ese baño algunos días más, el resultado sería altamente beneficioso para la piel del bebé.

Composición de la piel del recién nacido

Vayamos por partes. Hablemos de la composición de la piel del bebé para entender el porqué de estas recomendaciones.

Los bebés que nacen a término o incluso antes de tiempo, suelen estar recubiertos por una capa de grasa de aspecto blanquecino denominada vérnix caseosa, que tiene el aspecto de una crema de queso, de ahí que etimológicamente provenga del latín: “barniz de queso”. Sin embargo, si nacen por encima de la semana 41 ó 42, es probable que no la percibamos pues el bebé la ha podido reabsorber ya. Más adelante entenderemos la razón de que esto ocurra.

La composición de esta capa también llamada unto sebáceo es básicamente grasa proveniente de las glándulas sebáceas fetales, más la descamación de la epidermis del bebé (que son células muertas). No obstante, recientes estudios han confirmado la existencia de distintas sustancias, entre ellas péptidos, responsables de su acción antimicrobiana, entre otras muchas funciones. Así, un 80% de esta sustancia es agua, un 10% es grasa, y otro 10% son proteínas.

La vérnix caseosa (o “el vérnix caseoso”, ambos géneros son aceptados) es una sustancia exclusiva del ser humano que nos protege dentro y fuera del útero materno.

Dentro del útero

  1. Su génesis se produce sobre la semana 26-27 del embarazo y no es por casualidad, sino porque es precisamente en este momento cuando el feto forma el estrato córneo (capa más superficial) de su delicada piel y para ello, se necesita evitar la humedad, lo cual se lo proporciona precisamente esta capa de grasa aislante. Por esta razón, cuando el bebé nace prematuramente podremos observar en él este unto sebáceo de forma muy llamativa, lo cual ya no se hace tan evidente si el bebé nace a término o pos término.
  2. No sólo por esta razón, sino también porque por lógica hemos de entender que la piel de un prematuro es más delicada y permeable que la de un bebé a término, por ello el vérnix le ofrece un extra de protección frente a infecciones intrauterinas en este momento.
  3. Algunos investigadores han llegado a la conclusión de que líquido amniótico se vuelve más turbio conforme avanza la edad gestacional, lo cual se debe a la interacción entre el surfactante pulmonar (que es la sustancia responsable de la maduración de los pulmones del bebé) y el vérnix. Parece ser que el surfactante hace que se elimine este vérnix, con lo que esta pérdida se mezcla con el líquido amniótico y esa es la razón por la que éste se enturbia. Incluso, esta turbidez del líquido amniótico se podría utilizar como medidor de la maduración pulmonar fetal.
  4. Además, el vérnix tragado por el bebé junto con el líquido amniótico contribuye a madurar su intestino.

Durante el parto Esta capa de grasa, proporciona al bebé la lubricación necesaria para facilitarle el descenso por el canal del parto, reduciendo así la fricción de la delicada piel del bebé durante este proceso de nacimiento.

Tras el parto

El bebé que acaba de nacer, necesita adaptarse a las nuevas condiciones extrauterinas y para que este proceso se realice correctamente, necesita el vérnix caseoso, ya que éste interviene en funciones importantes como:

  1. Regulación de la temperatura corporal. Evita el enfriamiento hasta que el bebé consigue regular la temperatura corporal correctamente.
  2. Regulación del balance hídrico de la piel. Recordemos que en su composición, el 80% es agua, proporcionando al bebé la cantidad necesaria para su piel y evitando su desecación pues también tiene una alta capacidad de retenerla. Actúa pues como una sustancia hidratante y nutritiva.
  3. Prevención de infecciones, como ya hemos comentado anteriormente.  Las proteínas (péptidos) encontradas en su composición actúan como potentes antimicrobianos. Un estudio publicado en la revista Americana de Obstetricia y Ginecología titulado “Las propiedades antimicrobianas del líquido amniótico y vérnix caseoso son similares a las encontradas en la leche materna”, reveló que una serie de sustancias inmunes estaban presentes tanto en el líquido amniótico como en el vérnix. Demostraron que estas sustancias eran eficaces para evitar el crecimiento de patógenos perinatales comunes:  B. Streptococcus, K. pneumoniae, L. monocytogenes, C. albicans y E. coli. Este estudio a su vez, hallaba similitudes interesantes entre la composición del vénix caseoso, el líquido amniótico y la leche materna. De ahí la importante recomendación de no bañar a los niños inmediatamente y establecer un contacto precoz con su madre nada más nacer y por supuesto, recomendar y fomentar la lactancia materna.
  4. Barrera antioxidante, pues se ha comprobado que el vérnix es rico en vitamina E y ello le protegerá frente al estrés oxidativo del parto y nacimiento.
  5. Formación del manto ácido. La piel del niño (igual que la del adulto) necesita de un manto ácido (proporcionado por el pH) para prevenir infecciones, pues como sabemos, la piel es la primera barrera de defensa del organismo. Cuando nacemos el pH de la piel es neutro y posteriormente se acidifica. Se ha demostrado que el vérnix facilita da acidificación precoz por ello es muy importante, ni retirarlo, ni lavar al bebé con agentes alcalinos.
  6. El vérnix caseoso también contiene melanina, lo cual le va a proteger frente a las radiaciones ultravioletas de la luz solar.
  7. Poder curativo sobre lesiones cutáneas. Se ha observado que el vérnix aumenta el metabolismo de la piel, contribuyendo a su regeneración después de un traumatismo. Por ello es muy importante no quitarla al principio, pues si el bebé se araña, facilitará la curación de estas heridas.

Por todas estas razones, es lógico pensar que hemos de cambiar la concepción antigua del significado del unto sebáceo o el vérnix caseoso (considerada como algo sucio e impuro, de ahí su retirada inmediata), por un concepto mucho más renovado, probado y avalado por la evidencia científica. Y con ello, cambiar las recomendaciones respecto a el primer baño del bebé.

Recomendaciones actuales sobre el primer baño del bebé

Como ya hemos comentado y argumentado, no sólo no es necesario bañar al bebé nada más nacer, sino que está desaconsejado hacerlo al menos en los tres o cuatro días posteriores a su nacimiento, ya que es el tiempo que el bebé va a necesitar para reabsorber por sí mismo esta capa de grasa. Incluso, sería bastante beneficioso extender los restos de vénix resistentes al parto por toda la piel del bebé con un suave y delicado masajito. Para evitar que te lo bañen en el hospital, exprésale claramente a tu matrona tu intención de no bañarlo allí, sino una vez estéis en casa.

A partir de estos primeros días, ya podremos bañar con regularidad al bebé, aunque tampoco sería recomendado hacerlo a diario. Cada tres o cuatro días es una frecuencia bastante óptima. No friccionar con esponjas y mejor lavar con la mano únicamente.

Usar agua clara solamente durante los primeros días y pasar posteriormente a una línea de aseo de pH neutro (y más adelante, tal vez ácido) a ser posible libres de parabenos (cancerígenos) y phenoxietanol (depresor del sistema nervioso central) aunque esto último no es fácil de encontrar, os lo aseguro. Secad a toquecitos suaves y evitad las fricciones de la toalla (100% algodón) sobre ella.

Por lo demás, el baño suele resultar muy relajante para el bebé (aunque quizás no siempre desde el principio y requiera cierta adaptación) y un momento mágico y muy agradable para compartir con vuestro hijo, disfrutadlo plenamente.

Autor: Dra. Mª Isabel Martínez Muñoz

Médico Especialista en Educación Maternal y Recuperación Puerperal.

Especialista en Sofrología, Asesora de lactancia Materna y Educadora de Masaje Infantil

Directora del Centro de Educación Maternal C.E.M. Los Arcos

www.cemlosarcos.es

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