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Sobre este blog

Soy cordobesa, del barrio de Ciudad Jardín y ciudadana del mundo, los ochenta fueron mi momento; hiperactiva y poliédrica, nieta, hija, hermana, madre y compañera de destino y desde que recuerdo soy y me siento Abogada. 

Pipí Calzaslargas me enseñó que también nosotras podíamos ser libres, dueñas de nuestro destino, no estar sometidas y defender a los más débiles. Llevo muchos años demandando justicia y utilizando mi voz para elevar las palabras de otros. Palabras de reivindicación, de queja, de demanda o de contestación, palabras de súplica o allanamiento, y hasta palabras de amor o desamor. Ahora y aquí seré la única dueña de las palabras que les ofrezco en este azafate, la bandeja que tanto me recuerda a mi abuela y en la que espero servirles lo que mi retina femenina enfoque sobre el pasado, el presente y el futuro de una ciudad tan singular como esta. 

¿ Mi vida ? … Carpe diem amigos, que antes de lo deseable, anochecerá.

Navidad, natividad, niños y esperanza

Imagen que acompaña al post.

Magdalena Entrenas

21 de diciembre de 2024 19:56 h

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Se viene la cena de Nochebuena, antesala del día de Navidad, sinónimo de Natividad. Y es que, aunque no seamos creyentes, acordémonos de que lo que se celebra es el nacimiento de un niño. Entonces fue Jesús, hoy puede ser Pedro o Paula. Porque cualquier nacimiento de un niño sigue significando esperanza para el futuro y la creencia de que viene a mejorar el mundo. 

Y es que acabo de vivir otro nacimiento. Sangre de mi sangre. Sí, he asistido de nuevo al increíble milagro de la vida. ¡Qué grande e insólito me sigue pareciendo el alumbramiento materno! Tan cotidiano como alucinante. Qué indescriptible cómo llegamos a este mundo. Es algo así como “hola estoy dentro” -en el cálido y feliz seno materno- “hola, estoy fuera”. De repente, te cortan el cordón y te empujan a salir a un mundo inmenso y desconocido. Desnudo, solo, sin nada, llorando y con todo por hacer y aprender. Aterrador. El humano al nacer es el ser vivo más indefenso del planeta. 

Y me preguntaba: ¿Qué tiene que sentir una madre para desprenderse de algo así? Cuando ayer lo pensaba, de repente me reconocí con un pensamiento que no me gustó. Ni siquiera me cuestionaba ese mismo abandono si del padre se trataba. Pocas veces nos cuestionamos qué hay detrás de esas mujeres embarazadas y solas que, en algún momento, deciden tirar la toalla de la maternidad. ¿Solo las juzgamos a ellas sin reparar en los abandonos que hayan podido sufrir? ¿Solo ellas son las responsables? ¿Es que acaso la paternidad solo se forja mucho más adelante?

He atendido hace muy poco a una chica joven, embarazada de 38 semanas, a la que su marido, con el se casó con todas las bendiciones hace algo más de un año, la había abandonado. Que se le acabó el amor, le dijo. Que se había equivocado en buscar la paternidad a los 32. Que no estaba preparado. Que adiós… Solo pude ofrecerle un abrazo sincero. Desgraciadamente, hay cosas que el Derecho no puede arreglar. Pero es que hay mujeres que, para colmo, ni siquiera tienen trabajo o una familia que les ayude a enfrentar un abandono así. ¿Cuestionamos a las que “abandonan” sin hacerlo con quienes las abandonaron antes?

La maternidad está muy infravalorada. Muy desprotegida. Nos parece algo tan normal que no reparamos en el enorme impacto que tiene. No solo en el cuerpo de la mujer, sino en su esfera personal más completa. A nivel psíquico, emocional, familiar, de relaciones personales y, por supuesto, a nivel laboral. 

Necesitamos un cambio de paradigma con la maternidad. Hay que asumir que, si hablamos del desplome de la tasa de natalidad y de la necesidad de niños salvadores del planeta, sus madres -muchas veces solas, en el sentido más literal y cruel- tienen que sentir que no solo no lo están, sino que con la maternidad no van a “salir perdiendo” en un mundo donde ahora todo se contabiliza. Libertad, seguridad, oportunidades, promoción laboral o profesional. Es difícil. No sé si imposible...

De lo que se siente como abuela les hablaré otro día, porque hoy, aún, es el momento de celebrar solo la natividad. El nacimiento de mi nieta y de todos los niños que necesitamos vengan a este mundo porque representan la esperanza y nuestro futuro. Feliz Navidad. Hoy más que nunca.

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Soy cordobesa, del barrio de Ciudad Jardín y ciudadana del mundo, los ochenta fueron mi momento; hiperactiva y poliédrica, nieta, hija, hermana, madre y compañera de destino y desde que recuerdo soy y me siento Abogada. 

Pipí Calzaslargas me enseñó que también nosotras podíamos ser libres, dueñas de nuestro destino, no estar sometidas y defender a los más débiles. Llevo muchos años demandando justicia y utilizando mi voz para elevar las palabras de otros. Palabras de reivindicación, de queja, de demanda o de contestación, palabras de súplica o allanamiento, y hasta palabras de amor o desamor. Ahora y aquí seré la única dueña de las palabras que les ofrezco en este azafate, la bandeja que tanto me recuerda a mi abuela y en la que espero servirles lo que mi retina femenina enfoque sobre el pasado, el presente y el futuro de una ciudad tan singular como esta. 

¿ Mi vida ? … Carpe diem amigos, que antes de lo deseable, anochecerá.

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