Sergio Gracia Montes es graduado en Derecho por la Universidad de Córdoba. En 2018 impulsa desde Córdoba el Centro de Investigación de la Extrema Derecha (Cinved), con el que analiza y estudia los movimientos populistas y extremistas en España y a nivel internacional. Gracia cuenta con amplia formación en materia religiosa, política y de derechos humanos, e interviene en medios nacionales (Cuatro, La Sexta, Huffington Post, El Independiente, El Confidencial o El Temps) como experto en fanatismos y movimientos de ultraderecha.
Palestina-Israel: de la ocupación a la limpieza étnica
Si alguien piensa que por el hecho de posicionarte a favor de Palestina eres antisemita, como así vende o intenta vender el Gobierno de Israel, tiene 2 problemas: el primero, el desconocimiento de dicho concepto, y el segundo, el desconocimiento histórico.
Para intentar comprender el conflicto palestino-israelí se recurre habitualmente al contexto histórico, que siendo como es, imprescindible para saber cómo hemos llegado a esta situación, no nos permite conocer cómo emergieron algunos actores y qué importancia tuvieron en el devenir de este conflicto en las últimas décadas con sus políticas o sus declaraciones.
La Declaración de Balfour es, tal vez, la parte más importante del proceso, ya que cambiaría para siempre la historia de Oriente Medio. En dicha Declaración se puede leer “El gobierno de su Majestad ve favorablemente el establecimiento en Palestina de un hogar nacional para el pueblo judío y usará sus mejores esfuerzos para facilitar el logro de este objetivo…”.
En estas líneas quiero empezar trasladando mi más absoluta repulsa y condena contra el atentado terrorista perpetrado por Hamas contra la población civil israelí que lo único que hacía era disfrutar en un festival. Igualmente, traslado mi condena y repulsa contra el asesinato indiscriminado de civiles llevado a cabo por Israel contra un convoy que huía por la ruta de evacuación marcada por el propio Israel, la masacre ocasionada en un hospital de Gaza o el asesinato intencionado de periodistas para evitar que informen de lo que está ocurriendo sobre el terreno y de los abusos que se están llevando a cabo.
En este 2023 se conmemoran dos fechas especialmente importantes en este conflicto. Por un lado, el 75 aniversario de la Nakba de 1948, y por otro, el 30 aniversario de la firma de los Acuerdos de Oslo.
La Nakba empezó el 15 de mayo de 1948, tras el estallido de la guerra Árabe-Israelí, donde 700.000 personas se convirtieron en refugiadas. El 1 de mayo de 1950, UNRWA comenzó a trabajar con ellas para proporcionar servicios esenciales como educación, atención médica, ayuda de emergencia, servicios sociales, infraestructura y protección. En palabras de la UNRWA (Agencia de Naciones Unidas para la población refugiada de Palestina en Oriente Próximo) “la población refugiada de Palestina lleva 75 años sufriendo una violación constante de sus derechos. 5,9 millones de personas que siguen esperando una solución justa y definitiva a su situación”. Es posible, por ello, que en algún momento, por presiones de Israel para tapar sus vergüenzas, esta web de la ONU desaparezca.
La firma de los Acuerdos de Oslo, a pesar de lo que pueda parecer, fortaleció más a sus detractores que a sus partidarios, teniendo incluso consecuencias directas para alguno de los firmantes. Dichos acuerdos fortalecieron de forma clara a los grupos extremistas dentro de cada área política nacional (colonos ultraortodoxos y oposición Palestina armada).
Aquí, en este punto, es obligatorio recordar, que el 5 de octubre de 1995, la Knesset votó a favor de los Acuerdos de Oslo II, transfiriendo el control directo o civil a los palestinos sobre las áreas A y B (el 27 % de la Ribera Occidental), asegurando que las elecciones se celebrarían en enero y prometiendo la continuidad del repliegue de las FDI de Cisjordania, que se completaría en tres etapas, en el plazo de un año y medio. Todo esto es blanqueado por Netanyahu y su gobierno de radicales.
Cabe recordar las palabras pronunciadas por Benjamin Netanyahu donde dijo que el Gobierno de Rabin estaba “alejado de la tradición judía y de los valores judíos”. Asimismo, como aumentó el perfil político y armado de Hamas. Hoy desde la distancia se entiende todo mejor.
Otra consecuencia directa de aquellos acuerdos sería el asesinato de Isaac Rabin a manos de un ultraderechista ultraortodoxo ¿Tuvieron que ver las palabras de Netanyahu en aquella radicalización y posterior asesinato?
Combatir a Hamas no se ha visto como la solución definitiva para que impere la paz entre los dos estados. Hamas se ha visto como la oportunidad de llevar a cabo una limpieza étnica. Porque desde Theodor Herzl hasta los principales líderes, limpiar la tierra era una opción válida, tal como sostuvo en 1917 Leo Motzkin.
Según el capitán israelí Ahron Bregman, que debió exiliarse tras criticar la política de ocupación de Israel, apunta en su libro La Ocupación. Israel y los territorios palestinos ocupados que “La relación entre los ocupantes y los ocupados siempre se fundará en el miedo y la violencia, la humillación y el dolor, el sufrimiento y la opresión: un sistema de amos y esclavos, la ocupación no puede ser otra cosa que una experiencia negativa para los ocupados, y en ocasiones también para los ocupantes particulares, los cuales se ven obligados a llevar a cabo políticas con las que no siempre están de acuerdo”.
Hasta llegar a una limpieza étnica el proceso pasa por diferentes pasos como amenazas, presiones, abusos y violaciones, coacciones, expulsiones y ocupaciones de viviendas, destrucción de pueblos y aldeas, así como infraestructuras tales como hospitales, colegios o carreteras, además de asesinatos intencionados.
Es curioso con la rapidez con la que se empleó dicho concepto, el de limpieza étnica, en Yugoslavia, y como en este caso, de forma malintencionada se mira para otro lado. La limpieza étnica está castigada por el Derecho Internacional. Drazen Petrovic llevó a cabo uno de los estudios más completos sobre la definición de dicho concepto. Donde asocia la limpieza étnica con el nacionalismo, la creación de nuevos Estados-nación y el conflicto interno.
Según Bregman, “la ocupación israelí se sostiene sobre tres pilares fundamentales. El primero es el uso de la fuerza militar para subyugar a los ocupados. El segundo lo componen las leyes y regulaciones burocráticas a través de las cuales Israel controla el nombramiento de cargos públicos, el acceso al empleo, las restricciones para viajar, la emisión de toda clase de licencias y permisos, incluidos los necesarios para cuestiones de desarrollo y planificación urbana. El tercer pilar es la creación de realidades físicas sobre el terreno; esto incluye la expropiación de tierras, la destrucción de pueblos árabes y la construcción de asentamientos judíos y bases militares, así como el establecimiento de zonas de seguridad y el control del agua y otros recursos naturales”.
Si la prensa europea hubiera tenido la mitad de dignidad que algunos medios israelíes como es el caso de Haaretz, la cosa sería muy diferente. Tal como apuntó Haaretz el pasado 11 de octubre: “En 2009, Netanyahu desarrolló una doctrina política destructiva y retorcida que sostenía que fortalecer a Hamás a expensas de la Autoridad Palestina sería bueno para Israel”. A esa prensa se le olvidan las declaraciones de Ministros o Ministras israelís o de líderes religiosos incitando al asesinato de palestinos o palestinas.
¿Recuerdan cuando la ministra de Justicia de Israel Ayelet Shaked, abogó por matar a las madres palestinas o de que el Ministro Bennett llamara a matar a palestinos? ¿Qué hubieran expresado si esto lo fuera dicho una ministra de otro país cualquiera? ¿Se acuerdan ustedes cuando varios rabinos israelíes pidieron el asesinato de palestinos o instaron a colonos a envenenar el agua de Cisjordania? ¿Qué hubieran hecho si estas declaraciones las realizan lideres religiosos de otras creencias religiosas? ¿Qué opinan de que el Likud pida suavizar las condiciones del terrorista que mató a una familia palestina? ¿Defienden esto?
Ustedes, los olvidadizos intencionados de todas estas tropelías, que incluso justifican crímenes contra la Humanidad y banalizan el genocidio en sus declaraciones, están potenciando un proceso de deshumanización nunca antes vivido, están respaldando un apartheid y una limpieza étnica televisada, olvidando por ejemplo, que en 1947 la cuestión de Palestina se planteó por primera vez ante la Asamblea General de la ONU. En la resolución 181 (II), la Asamblea decidió dividir Palestina en dos Estados, uno árabe y otro judío, con un régimen internacional especial para Jerusalén. O que, en 1974, la cuestión de Palestina volvió a figurar en el programa de la Asamblea. En la resolución 3236 (XXIX) se reafirmaron los derechos inalienables del pueblo palestino a la libre determinación, la independencia y la soberanía nacionales y el derecho de los palestinos a regresar a sus hogares y a sus propiedades. Por último, el 29 de noviembre de 2012 la Asamblea concedió a Palestina la condición de Estado observador no miembro en las Naciones Unidas.
Ustedes tienen todo el derecho de posicionarse a favor de quién estimen oportuno, pero sin olvidar el Statu Quo inicial de Palestina, sin olvidar el Derecho Internacional y el respeto a las vidas de todas las personas. TODAS. Tengan el origen que tengan.
Aquí nadie ha dicho que Israel no deba tener un país propio, lo que se dice es que no puede tener un país propio llevando a cabo una limpieza étnica de los nativos de un país ya existente. Esto no va de antisemitismo, esto va de respetar los DERECHOS HUMANOS.
Sobre este blog
Sergio Gracia Montes es graduado en Derecho por la Universidad de Córdoba. En 2018 impulsa desde Córdoba el Centro de Investigación de la Extrema Derecha (Cinved), con el que analiza y estudia los movimientos populistas y extremistas en España y a nivel internacional. Gracia cuenta con amplia formación en materia religiosa, política y de derechos humanos, e interviene en medios nacionales (Cuatro, La Sexta, Huffington Post, El Independiente, El Confidencial o El Temps) como experto en fanatismos y movimientos de ultraderecha.
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