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Sobre este blog

Sergio Gracia Montes es graduado en Derecho por la Universidad de Córdoba. En 2018 impulsa desde Córdoba el Centro de Investigación de la Extrema Derecha (Cinved), con el que analiza y estudia los movimientos populistas y extremistas en España y a nivel internacional. Gracia cuenta con amplia formación en materia religiosa, política y de derechos humanos, e interviene en medios nacionales (Cuatro, La Sexta, Huffington Post, El Independiente, El Confidencial o El Temps) como experto en fanatismos y movimientos de ultraderecha.

El cuerpo de la mujer como arma de guerra

Ione Bellarra e Irene Montero.

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Esta columna en un principio estaba enfocada en otra dirección, pero en vista de los ataques sufridos por las mujeres día sí y día también, me he visto en la obligación de cambiarla, ya que esos ataques podrían ir dirigidos contra mi madre, mi hermana, mi posible pareja, o en un futuro contra mi hija.

Esta columna nada tiene que ver con la ideología política ni con creencias religiosas, esta columna va de ataques dirigidos contra mujeres por el simple hecho de ser mujeres, se pongan lo que se pongan, piensen lo que piensen, digan lo que digan, o hagan lo que hagan. Ya sean de una creencia religiosa o de otra, ya sean de un determinado origen étnico o tengan un determinado color de piel. Esta columna va de la utilización y manoseo del cuerpo de la mujer por parte de mentes sucias, que ven dichos cuerpos como un lugar que hay que invadir, y que es utilizado como arma de guerra.

El ataque a las mujeres puede dejar secuelas de múltiples formas tanto físicas como psíquicas. Esos ataques pueden ir desde comentarios, insultos, amenazas o agresiones físicas, hasta violaciones o asesinatos.

La mujer es libertad, es un continente virgen, que no necesita la aprobación o reprobación sobre qué vestir, decir o hacer. Si una falda o una camisa te provoca, o si un hiyab o un burkini te molesta, ve al médico.

En los últimos días hemos asistido a los ataques a Rihanna en la final de la Super Bowl, donde hasta el propio Trump entró en escena, a Madonna en los Grammy o a Berta Vázquez en Los Goya por sus aspectos físicos, pero igual que atacan a mujeres famosas, lo hacen con tu vecina, tu amiga, tu compañera de clase o de trabajo, o con tu hermana.

Se ataca a las mujeres porque utilicen mucha o poca ropa. Se ataca a las mujeres porque lleven un burkini en la playa o la piscina o porque lleven hiyab. Se ataca a las mujeres porque no lleven sujetador y marquen sus senos en el jersey. Se ataca a las mujeres porque den de mamar a sus hijos o hijas en la vía pública. Se ataca a las mujeres porque lleven la falda muy larga o la falda muy corta ¿No será qué se ataca a las mujeres por el simple hecho de ser mujeres?

La mujer se ha convertido en el punching ball de reprimidos, machistas y misóginos por su fuerza, por su aguante, qué como un junco, por mucho que sople el aire siempre vuelve a ponerse en pie.

Vivimos en un país donde se criminalizan a las víctimas de abusos sexuales y violaciones bajo la excusa manía de que “iba provocando”, donde ponen en duda el testimonio de la víctima del abuso, y donde sale a la palestra la misoginia de ciertos jueces en sus votos particulares.

Y cuando estas víctimas vuelven a la “vida normal”, si en algún momento pueden recuperarla, la sociedad se encarga de volver a criminalizarlas, buscando que estén encerradas en sus casas, con su miedo y vigiladas día sí y día también, para ver qué hacen y con quién, condenándolas en vida al destierro y la soledad. Aquí podemos recordar como Mari Carmen García quemó vivo a Antonio Cosme después de que este violara a su hija de 13 años, mientras el pueblo se puso de parte del violador y ambas mujeres fueron desterradas del pueblo.

Las faldas no provocan, las blusas no provocan, los pantalones no provocan, el hiyab no provoca. Lo único que provoca es tu sucia mente enferma.

España es un pueblo lleno de analfabetos y analfabetas moralistas que les sienta mal todo lo ajeno a no ser que sean ellos y ellas quienes ejecuten el acto, entonces están ejerciendo sus derechos en plena libertad.

No se recuerda nada parecido desde que llegaran a España en los años 70 las primeras suecas, y con ellas el destape que inspiraran las películas de Esteso y Pajares donde la ropa brillaba por su ausencia ¡Caramba con el destape!

Seguro que detrás del tuit de Bertrand Ndongo líder de Vox en Cataluña está el pensamiento de Pilar Primo de Rivera, que llegó a decir sobre la mujer que “El verdadero deber de las mujeres con la Patria consiste en formar familias con una base exacta de austeridad y alegría donde se fomente todo lo tradicional […] Lo que no haremos es ponerlas en competencia con ellos, —los hombres— porque jamás llegarán a igualarlos y, en cambio, pierden toda la elegancia y toda la gracia indispensables para la convivencia”.

Hace unos días la Sección Cuarta de la Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana (TSJCV) confirmó la sentencia dictada por un juzgado de Valencia que anula las sanciones impuestas por la Delegación del Gobierno a un joven que iba desnudo por la calle. Debido al “vacío legal apreciado”, la acción cometida no es merecedora de reproche desde el punto de vista del derecho sancionador administrativo “A falta de determinación específica a través de una norma, como puede ser una ordenanza municipal, que no existe en el municipio de Aldaia (….), la Sala entiende que la resulta atípica por no tener encaje en el tipo aplicado”, en virtud del artículo 37.5 de la Ley 4/2015. El comportamiento del caballero, que consistía en pasearse o permanecer desnudo por la calle o en un lugar público, no encaja en el tipo ilícito aplicado “El actor simplemente se limitó a permanecer o circular desnudo a distintas horas en dos calles diferentes de Aldaia (…), sin ninguna circunstancia concomitante en su conducta que supusiera alteración de la seguridad ciudadana, la tranquilidad o el orden público”, precisó el Tribunal. Ahora ¿Qué hacemos?

Si la libertad de las mujeres te molesta y te asusta, es la prueba de que hay que seguir luchando. No se necesitan leyes anacrónicas para enjuiciar a una mujer cuando tienes una sociedad enferma, que criminaliza a las mujeres a través de juicios paralelos en redes sociales donde son vilipendiadas con comentarios despectivos.

La mujer es todo. Es el principio y el fin. Es la madre. Es la compañera. Es la maestra. Es el apoyo. Es la cordura y la templanza. Es el equilibrio y la belleza. Es la humildad y la paciencia. Por ello, dejen a las mujeres tranquilas y libres, que vistan como quieran, que se pongan o se quiten lo que quieran, que piensen como quieran y que hagan lo que quieran, y no se metan en lo que no les importa.

Por eso en época de carnavales, no me podía despedir sin recuperar el pasodoble de “Los Piratas” (1998) del maestro Martínez Ares Con permiso buenas tardes.

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Sergio Gracia Montes es graduado en Derecho por la Universidad de Córdoba. En 2018 impulsa desde Córdoba el Centro de Investigación de la Extrema Derecha (Cinved), con el que analiza y estudia los movimientos populistas y extremistas en España y a nivel internacional. Gracia cuenta con amplia formación en materia religiosa, política y de derechos humanos, e interviene en medios nacionales (Cuatro, La Sexta, Huffington Post, El Independiente, El Confidencial o El Temps) como experto en fanatismos y movimientos de ultraderecha.

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