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La gala en la que todos ganan

Los cuatro niños cordobeses de La Voz Kids, con Queco.

Paco Merino

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“La gente te para por la calle, se hacen fotos contigo y eso mola”, dice Pedrito, un chaval de diez años que se desenvuelve ante las cámaras con un desparpajo que emociona y asombra. Para él, como para Carmen, Ana y María, todo esto de la música no deja de ser un juego. Así lo recordó Manuel Ruiz Queco, una referencia en la canción de Córdoba y el impulsor de la Escuela Yo Canto, en la que este cuarteto sigue aprendiendo “sin perder de vista que esto es una carrera de fondo, de largo recorrido, aunque -dijo Queco- las cualidades ya las tenéis”. Seguramente el artista nace, pero el profesional se hace. Y no es labor de un solo día. De eso saben ya mucho, pese a su corta edad, cuatro niños que en una lluviosa tarde de mayo recibieron el aplauso más valioso. Sus familias, sus compañeros y sus profesores les prepararon una bienvenida muy especial, con cámaras y periodistas convocados en la sede de la escuela en la que siguen dando pasos adelante.

Pedro Morales llegó hasta la final de La Voz Kids, el talent show de Telecinco al que cada temporada se asoman talentos en ciernes desde todos los lugares del país. En Córdoba hay cantera. Y buena culpa de ello la tiene la Escuela Yo Canto, en donde este chaval pule sus condiciones vocales y su puesta en escena del mismo modo que también entrena sus habilidades con el balón en las categorías inferiores del Córdoba. Pedrito es un torbellino. En el escenario, rodeado por la escenografía, el coro y los bailarines, se hace grande. En las distancias cortas es un niño que hace cosas de niño. Como sus compañeras, que pasaron por el programa de televisión dejando el sello de su calidad, cada una en su estilo. Carmen Silveria, Ana Jiménez y María Romero explicaron su experiencia con sencillez y agradecimiento. “Ha sido maravilloso vivir todo eso, conocer a mucha gente y estar al lado de artistas como Bisbal, Antonio Orozco, Rosario...”, indicó Ana.

Después de posar en el photocall, se arrancaron a cantar. Estoy hecho de pedacitos de ti, de Antonio Orozco, lo interpretaron en comunidad. Luego sonó el Hello de Adele. Son aún muy jóvenes y van definiendo su estilo. Desde el pop aflamencado hasta los ritmos latinos, pasando por potentes baladas. Ahora lo prueban todo. Están en la edad. En La Voz Kids, el acento cordobés fue más allá de la intervención estos cuatro niños. Los coachs contaron con el apoyo de otros dos artistas de sangre califa: India Martínez y Antonio José. El tema 90 minutos, interpretado por Pedro en su primera aparición, llegó a hacer llorar a los miembros del jurado. El chaval bordó la canción de India, pero su admiración se dirige al palmeño Antonio José, que hace dos años fue el ganador de La Voz.

Manuel Ruiz Queco les habló de la importancia de prepararse y de no perder nunca la ilusión. Los padres -casi todos con sus smartphones echando humo para grabar el momento-, viven también una experiencia singular. Esos instantes de orgullo compensan días de sacrificio. Los profesores de la academia -Manuel Cabello, Gladys Hidalgo, María Caballero, Ana de Lois, Belén Benítez y la directora Eva Quintero- también repartieron besos y abrazos. Ellos también son ganadores. En poco menos de una hora, la entrada de Yo Canto se transformó en el escenario de una gala especial en la que todos sintieron el triunfo del trabajo bien hecho.

“Hoy tengo clase a las seis, ¿no?”, preguntaba una de las chicas a su profesora cuando los fotógrafos ya se marchaban y volvía la rutina. El camino sigue. Ellos, de momento, lo recorren con una sonrisa infantil.

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