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Robe Iniesta: “Lo más importante del mundo son las ganas”

Robe Iniesta, en el centro, con sus compañeros de banda.

Manuel J. Albert

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Robe Iniesta (Plasencia, 1962) si de algo no carece es de ganas. Con una carrera más que asentada en Extremoduro, un grupo que logró ser leyenda casi desde que se formó a finales de los ochenta, decidió dar el salto en solitario y sacar dos discos: Lo que aletea en nuestras cabezas (2015) y Destrozares, canciones para el final de los tiempos. Ambos discos se presentan en una gira que le lleva a Córdoba este viernes para inaugurar el Festival de la Guitarra.Y eso que él se siente más poeta, que músico...

P. ¿Te consideras solitario?

R. No. De hecho, bueno, hablamos de que estos son discos en solitario porque es una manera de hablar convencional pero en realidad son discos hechos con más gente aunque de otra manera; con otros instrumentos y una forma distinta de hacer las cosas. Creo que si estos discos los hubiese grabado con gente distinta, el resultado habría sido otro completamente. En esto creo que ha influido mucho la suerte de que me he juntado con gente de mucho talento. En todo caso, hay cosas que hay que hacerlas solo y otras en grupo.

P. ¿Qué has aprendido grabando estos dos discos?

R. La sorpresa para mí más grande ha sido trabajar con este tipo de instrumentos: con el violín, con el clarinete, un acordeón, un saxo -aunque con este último ya tenía experiencia- y ha sido una sorpresa grande ver que se puede hacer música con mucha intensidad y con mucha fuerza sin estar obligado a tener una guitarra. Claro que una guitarra puede entrar, pero también se puede hacer otro tipo de cosas.

P. Pero eres quien inaugura el Festival de la Guitarra de Córdoba.

R. Estoy encantado de eso pero yo creo que podría ir más por la poesía.

P. ¿Entonces eres más de bolígrafo que escribe letras que de púa de guitarra eléctrica?

R. De la cabeza me salen muchas músicas en cualquier momento, pero nunca considero que tengo algo hasta que no tengo una letra. Si no la tengo, no veo algo tangible en el resultado. Me considero más poeta que cualquier otra cosa.

P. ¿Dónde estás más cómodo: comprando discos o comprando libros?

R. Pues no lo sé... Más cómodo ahora comprando discos porque los compro con el teléfono y llegan al momento. Es más fácil escoger lo que quieres o saber quién es quién con aplicaciones como Shazam. Luego te lo bajas por iTunes o como quieras como el Spoty... Esto es mucho más fácil que comprar libros porque siempre te tienes que ir a una librería, ponerte a mirar, informarte un poco... La verdad es que comprando libros lo paso peor porque siempre me calzo algún rollo (risas). Y encima tengo muy mala memoria, no me acuerdo mucho de los nombres de los escritores y vuelvo a caer (risas). Con las canciones, si no te gustan no pasa nada, pero ya con los libros, cuando te das cuenta de que no te gusta, lo mismo has invertido un montón de tiempo.

P. Me hablas mucho de nuevas tecnologías. ¿Escuchas la música en cualquier formato?

R. La verdad es que escucho muy poquita música. Intento tener la cabeza despejada. Por decirlo de alguna manera: no me gusta contaminarme. La música se te mete en la cabeza y cuanto más te gusta, más se te mete. Y luego se te queda ahí ocupando un espacio hasta que te sale inconscientemente y te ves haciendo una canción que crees que es superoriginal y cuando se la cantas a alguien lo mismo te suelta “hostia, pero si esa es igual que el Despacito ese” (Risas) Y eso te da mucha rabia.

P. (Más risas)

R. Oigo música pero en tiempos en los que me permito un poco de libertad, aunque siempre poquísima. Y siempre música antigua o que me sorprenda por algo. Y cuando la compro, siempre es por el teléfono: por el iTunes que es lo que me resulta más sencillo para comprar canción a canción o discos enteros si me gusta el grupo.

P. Conectas con un público que es muy joven y que se descarga la música al igual que haces tú o que lee siempre a través del móvil.

R. Y yo creo que ya ni eso. Más que descargarse las ve y las oye por YouTube o sitios de estos que aparentemente no te cuestan dinero pero en los que te tragas la publicidad. Lo que veo es que los chavales han desarrollado un instinto de no ver esa publicidad o, por lo menos, no les molesta. Lo sé porque yo les he preguntado alguna vez cómo escuchan ellos las cosas y siempre me intereso por si hay o no publicidad. Y muchas veces ni ellos lo saben seguro.

P. Tú mismo no haces publicidad apenas de tus discos y te has movido de una forma muy independiente en la industria de la música. ¿Cómo te las has apañado para conectar con tantas generaciones distintas, empezando por esta última de los más jóvenes?

R. Creo que si haces canciones buenas vas a tener un público de una manera o de otra. Que haya Internet significa que el boca a boca que había antes es mucho más grande, aunque no te creas que está facilitando las cosas para los grupos nuevos. A los antiguos sí porque han conseguido que se les conozca en más sitios pero para los grupos nuevos se ve claramente que no les beneficia en nada. Es más, la caída de las discográficas lo que ha hecho es que los únicos que invertían en la promoción de los discos -que eran ellas- ya no lo hagan. De esta forma, vas a ver a un grupo nuevo pero la mitad de las veces, como no lo hayas buscado antes porque alguien te lo haya dicho, no habrás oído esa música. Por eso está habiendo tantos grupos tributo: porque la gente prefiere oír canciones que se sabe antes que ir a escuchar a un grupo que, aunque sea bueno, si no ha oído nunca sus canciones es muy difícil que las pueda disfrutar.

P. ¿Alguna vez has escuchado a una de esas bandas tributo tocar tus canciones?

R. No... no... No sé... ¡No quiero verlo! (risas) ¡No quiero oírlo! (más risas) Espera, miento, a los únicos que he oído han sido a estos chavalitos de Uruguay que se llaman Milongas Extremas. Hacen una adaptación con guitarras acústicas que, bueno, me llamó la atención porque lo vi una manera más sensata de hacer una versión. Intentar tocar las canciones tal y como suenan en el original no creo que sea el punto.

P. Tu carrera con Extremoduro estaba más que consolidada y has decidido asomarte a la incertidumbre con este nuevo proyecto. ¿Estos cambios son los que a uno le mantienen vivo?

R. Lo que te mantiene vivo son las ganas. Lo más importante del mundo son las ganas. Si no tienes ganas no te vale para nada todo lo demás; hay que cuidar las ganas y tienes que tener ganas de algo. Plantearme un reto de hacer un concierto de una manera tan distinta y con canciones hechas de otra manera y con otro rollo ha sido un reto que, por un lado implicaba acojono, y por otro ilusión. Pero ño que más podía era la ilusión, desde luego.

P. ¿Qué era lo que te aleteaba en la cabeza para decidir a dar ese salto?

R. Pues eso, buscar una sorpresa; buscar cómo sorprenderme a mí para tratar de sorprender a los demás. Y lo que te digo: mantener las ganas vivas haciendo cosas distintas. Extremoduro está ahí aunque cada uno está haciendo sus cosas y cuando ellos acaben y yo termine la gira, nos volveremos a juntar y veremos qué pasa. Pero mientras tanto, esto para mí supone crear algo nuevo y tener un aporte de ganas y de ilusión de la hostia.

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