Cuando Rafa Navarro fue de Primera
Cómo se va a olvidar de aquellos días. El Sporting-Córdoba de este viernes traerá un billete de paseo por el túnel del tiempo para Rafa Navarro, el actual director de cantera del club blanquiverde, que llevó un día el escudo de la entidad asturiana en el pecho. Fue a mediados de los 90, cuando los blanquiverdes chapoteaban por el cenagal de la Segunda B y el cuadro rojiblanco residía en la máxima categoría del país. Rafa, que no había llegado más allá de la Segunda B después de pasar por las secciones inferiores del Córdoba CF y del Sevilla FC, fue reclutado por el Sporting para la campaña 95-96. No jugó un solo partido oficial, pero fue testigo directo en un campeonato de máxima tensión en El Molinón. Se curtió antes de regresar a casa para convertirse en uno de los héroes del ascenso a Segunda y una pieza importante durante un cuatrienio en El Arcángel.
Rafael Navarro Rivas (Córdoba, 1972) tiene en su trayectoria como futbolista profesional una única escala en Primera. Fue en el Sporting, un histórico en el que compartió vestuario con jugadores de la talla del meta Ablanedo, Giner, Lediakhov, Yekini, Eloy o Julio Salinas. El cordobés fue uno de los damnificados por una temporada muy irregular, en la que hubo tres entrenadores y el equipo se salvó del descenso en un dramático final. El banquillo lo ocupó en el arranque del curso el argentino Ricardo Rezza, que fue despedido tras 19 partidos para dejar paso -con la transición del local Ramiro Solis- a un experto hombre de la casa: José Manuel Díaz Novoa.
La amenaza del descenso y la presión de El Molinón no eran el mejor escenario para promocionar a un futbolista cordobés aún en fase de crecimiento. Así que la aventura duró poco. A Navarro se le quedó la amargura de haber podido debutar en la Liga, aunque a su vida deportiva aún le quedaban algunos episodios trascendentes. Fueron en Córdoba, su club de siempre, al que volvió después de haber despachado dos temporadas notables: la 96-97, con el emergente Villarreal en Segunda; y la 97-98, con un Recreativo de Huelva en el que fue protagonista de un ascenso a Segunda. Con 26 años regresó al Córdoba y encadenó otro salto a la categoría de plata, en la que se quedó defendiendo la blanquiverde hasta 2003.
Quince años más tarde ha vuelto a su hogar. Su lugar está en la dirección: es el máximo responsable de la cantera, tras haber accedido al cargo hace apenas unas semanas. A él le tocar marcar las directrices para captar a jóvenes talentos que sueñen con llegar a Primera, como hizo él en las filas de un Sporting que este viernes se cruza en el camino.
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