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La letra es bonita, pero triste la canción

Grada Blanquiverde Córdoba - Valencia | MADERO CUBERO

Rafael Ávalos

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Entre la resignación y la depresión abandonó la afición del Córdoba El Arcángel tras una nueva derrota blanquiverde, tanto que poco consuelo tuvo con el apoyo de los seguidores del Valencia

“Sois de Primera, vosotros sois de Primera”. La afición del Valencia demostró en El Arcángel un comportamiento sobresaliente, de esos que ya casi no quedan en esta historia que llaman fútbol. No tuvo una mala palabra, ni la dijo más alta de la cuenta en ningún momento. Cuando los primeros acordes del himno del Córdoba dieron la pista de lo que venía después animaban a su equipo. Lo intentaron, sin ánimo de ofensa, cuando El Arcángel entonaba al unísono la letra escrita por Manuel Ruiz ‘Queco’. En cuestión de segundos comprendieron que era imposible ser escuchado en esa marea de voces apasionadas. Callaron y aplaudieron. Lo hicieron al final del espectáculo, porque ver y escuchar lo que sucede cada encuentro en el coliseo ribereño antes de que empiece a rodar el balón es un espectáculo. Y lo hicieron antes de que terminara la canción, esa que lleva grabada a fuego en el alma toda la afición blanquiverde. Es la canción de los sentimientos.

Otra muy distinta es la del silencio. No se trata de aquel tema de Simon and Garfunkel -en inglés suena mejor-, sino del ambiente de patio de butacas en medio de una mala función teatral se da en el estadio. Si éste vibrara como lo hizo tras el gol de Ghilas, ese que recordó el “Resistiré” del Dúo Dinámico. El espíritu de la canción de Ramón Arcusa y Manolo de la Calva por un instante provocó el estremecimiento en El Arcángel. Si fuera así de principio a fin… Estaría bien, pensarán no pocos. También es cierto que resulta complicado mantener ese nivel de animación de auténtica locura a lo largo de 90 minutos, más si cabe cuando el equipo al que se alienta marcha, pues de aquella manera. La canción, sin música, es difícil que pueda ser interpretada.

Sucede en todos los estadios además. O mejor dicho, a la ribera del Guadalquivir a veces pasa lo que en la mayoría de los lugares. Aunque, todo sea dicho, el silencio nunca reina, porque siempre hay unos tipos incansables en una esquina de Fondo Norte y tras la portería de Fondo Sur. Que nadie les sigue, da igual; que siguen a unos y a otros a la vez pero en desconexión, da igual. Lo importante es que el campo ruge. Y es hermoso, por cierto. Incluso conmovedor si se tiene en cuenta lo que carga sobre sus hombros esa afición. Pues eso, Incondicionales y Brigadas Blanquiverdes con esa de “cantando, me paso el día cantando”. La letra no es así, pero suena mejor. Suena desde las Tendillas hasta su templo, al que marcharon este sábado en unión. La Marcha Blanquiverde es mejor que la “Movida Madrileña”.  Es la canción del orgullo, del que nunca desiste y, como Ramón Arcusa y Manolo de la Calva, siempre resiste.

Hay canciones y canciones. Están las que tienen un mensaje comprometido y las que sirven para vivir enamorado. Incluso están las que quizá no deberían estar… Pero las que se escuchan en El Arcángel se encuentran entre las mejores, porque con mayor o menor intensidad, con mayor o menor duración, completan el vinilo de una historia que para otros resultaría insufrible. Y lo es. Vaya sí lo es. Pero es su relato, el del gran coro del coliseo ribereño. Un coro que, por cierto, en ocasiones muestra una sonrisa torcida ante lo que otros interpretan. “Sois de Primera, vosotros sois de Primera”, alentó la afición del Valencia tras el partido. Los pocos seguidores blanquiverdes que restaban por marcharse respondieron con aplausos. Mientras apreciaban tan noble gesto, recordaban que la Segunda acecha. La letra es bonita, pero triste la canción.

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