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“En el nombre de Allah”: concluye la restauración de una puerta del siglo VIII en la Mezquita con sus inscripciones en árabe

Inscripciones originales en la puerta restaurada.

Redacción Cordópolis

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“En el nombre de Allah, el Clemente, el Misericordioso: Mandó el emir (¡Allah sea generoso con él¡) Mohámamad-bem-Abd-er-Rahman, de lo que renovó en esta Mezquita y su consolidación, esperando la recompensa ultraterrena de Allah por ello”. Esta inscripción, en árabe, puede leerse de nuevo en una de las puertas más antiguas de la Mezquita de Córdoba, la de San Sebastián, que ha estado en obras durante dos años y medio, y que mantiene las teselas originales.

El Cabildo Catedral ha presentado este jueves la restauración de la puerta de San Sebastián, también llamada de los Visires o de San Esteban. La portada, que data del siglo VIII, se abre en el centro del lienzo occidental del oratorio de la mezquita aljama fundacional y se encuentra delimitada y flanqueada por contrafuertes. El ingreso al interior se resuelve mediante un vano rectangular cuyo dintel se despieza en dovelas que forman un arco adintelado con piezas convergentes protegidas mediante un arco de descarga que sobresale del plano de fachada. La zona superior de dicho arco muestra una alternancia de materiales en su fábrica, con dovelas de piedra y ladrillo. Los arranques y salmeres son de sillería, colocados en horizontal y trabados con el muro.

En su paramento aparecen dos inscripciones labradas. En la primera, localizada en la zona superior del tímpano de la arquivolta, se lee: “En el nombre de Allah, el Clemente, el Misericordioso: Mandó el emir (¡Allah sea generoso con él¡) Mohámamad-bem-Abd-er-Rahman, de lo que renovó en esta Mezquita y su consolidación, esperando la recompensa ultraterrena de Allah por ello”. En la segunda inscripción, que se encuentra en el friso horizontal inferior, dice: “Y se concluyó aquello.., el año uno y cuarenta y doscientos (241 de la hégira y el 855 después de Cristo) con la bendición de Allah y su ayuda, bajo la dirección de Masrur, su fatà”.

En la zona central de la fachada, sobre el alfiz, se ubican tres arquillos de herradura ciegos, con impostas de nacela de carácter ornamental, conservándose restos decorativos en los zócalos y las jambas. Sobre estos arquillos ciegos, se sitúa un guardapolvo almenado mediante merlones dentados, que se dispone volado sobre los modillones de lóbulos tangentes y que se extiende horizontalmente al ancho de la puerta.

En la zona superior se abren, a cada lado, dos ventanas rectangulares cubiertas por celosías caladas de mármol. Importancia de esta puerta Esta obra no solo representa uno de los vestigios más antiguos del monumento, sino también de la estructura arquitectónica decorativa desarrollada por el arte islámico en Al- Andalus. El interés que suscita su estudio se debe a la concentración de material original de época emiral que ha llegado hasta nuestros días.

Así pues, el objetivo principal de la intervención ha sido conservar y poner en valor el material original, ofreciendo una lectura limpia de los elementos decorativos y de fábrica que han llegado hasta nuestros días, eliminando aquéllos que interfieren en su lectura y conservación y frenando la progresión de su deterioro. Por tanto, se ha desestimado tanto la reintegración integral de volúmenes o la restitución de piezas, ya que diluyen la autenticidad de los originales y no necesariamente aportan más información o coherencia a la comprensión de la obra.

El proyecto de conservación se inició en diciembre de 2021 al observarse el desprendimiento a la vía pública de un pequeño fragmento. Como consecuencia de este hecho, se activó el protocolo de emergencia y se llevó a cabo un reconocimiento integral de la obra, realizándose una fijación de urgencia mediante grapas provisionales de gasas impregnadas en consolidante, al tiempo que se sellan puntualmente zonas con peligro de caída.

Asímismo, se solicitó un proyecto de intervención para frenar su deterioro. En 2022 se iniciaron los estudios previos para determinar el grado de deterioro que sufría la portada, analizando los diferentes materiales constitutivos, recopilando toda la documentación existente que pudiese aportar datos sobre las intervenciones de épocas anteriores, redactándose finalmente el proyecto de conservación.

El equipo de restauración multidisciplinar, inicia la intervención propuesta en octubre del 2023, colaborando con los arquitectos conservadores Gabriel Rebollo, Gabriel Ruiz Cabrero, los arqueólogos Raimundo Ortiz y Antonio Porras, además del ingeniero Rafael Ortiz. Metodología de la intervención En un primer momento se llevó a cabo una preconsolidación en las áreas con peligro de derrumbe y en elementos que mostraban problemas de cohesión con peligro de desprendimiento, como desplacados y áreas arenizadas, empleando para ello inyección o impregnación de consolidante.

A continuación, se procedió a la limpieza y retirada de cementos y morteros de restauración no deseados, analizándose de nuevo los materiales cotejándolos con los resultados obtenidos en el análisis del laboratorio, pudiendo hacer una valoración más objetiva antes de actuar en el material con productos consolidantes. Después se profundizó en la limpieza, para terminar con la pulverización y sellado con mortero de cal tradicional. La intervención se ha orientado a la preservación de los materiales y al adecentamiento estético del mismo, siguiendo siempre la teoría de “mínima intervención directa y máxima atención en los condicionantes extrínsecos de la obra”, como principal criterio que debe regir la intervención sobre los Bienes Culturales.

Una vez detectados los daños que afectaban a la portada, se propuso realizar una intervención basada en la conservación de sus elementos arquitectónicos y decorativos, empleando materiales que destacan por sus cualidades de compatibilidad con los materiales originales, así como la reversibilidad necesaria aplicable a cualquier intervención restauradora. De este modo, y según la zona a tratar o la naturaleza de la suciedad, se utilizaron diferentes métodos y técnicas, como la limpieza manual, mecánica, química o con láser.

La reintegración de volúmenes se planteó siguiendo dos objetivos clave. Por un lado, desde el punto de vista conservativo y para dar consistencia, se sellaron y cerraron las grandes pérdidas de material, evitando la acumulación de depósitos o la anidación de pequeños animales. Por otro lado, se devolvió la apariencia para facilitar una lectura más coherente tanto al lenguaje constructivo como decorativo. En este sentido, se centraron las actuaciones en las zonas de decoración, reintegración del cuerpo del tejaroz, el conjunto de arquillos ciegos, el arco principal y los merlones que flanquean la puerta. La intención global del proyecto ha sido, consolidar, limpiar y proteger la portada para garantizar su durabilidad

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