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María León se mete en la piel de Yerma en una actualización feminista de la obra de Lorca

María León, en una imagen promocional de 'La pasión de Yerma'.

Alejandra Luque

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La honra, la represión femenina y la esterilidad son los tres grandes ejes sobre los que Federico García Lorca construyó el relato de Yerma, una tragedia en la que su protagonista afronta su infertilidad con el mayor de los pesares. Más de 70 años después de su estreno, la dramaturga y directora Lola Blasco llevará el 7 de noviembre al Gran Teatro una versión libre de la obra, protagonizada por María León bajo el nombre La pasión de Yerma.

Tradicionalmente, Yerma ha sido leída prestando atención a la infertilidad de su protagonista a lo que, sin duda, contribuye el carácter simbólico del nombre que su autor,  Lorca, le dio a su protagonista. Yerma es, en el imaginario colectivo, “la seca”, como ella misma se autodenomina, “la marchita”. Sin embargo, el poeta andaluz va a dejar claro que, pese al título, el problema no reside en la mujer sino en el marido. ¿Es el problema de Yerma un problema de infertilidad, o de pasión?

En La pasión de Yerma, Blasco vuelve a profundizar en los conflictos a los que ya apuntó Lorca, adentrando al espectador en la tensión entre deseo y moralidad, maternidad y muerte, género y poder, pero desde la libertad que ofrece una visión contemporánea. Del mismo modo que la maternidad no puede hoy día ser entendida como en el siglo pasado, en esta nueva versión del clásico, Blasco plantea los diferentes motivos que pueden llevar a estos personajes a desencadenar la tragedia porque, como ya demostró Lorca, ni la honra más firme es capaz de sujetar las pasiones.

María León, que deslumbró en el papel de Pepita en La Voz Dormida (2011), encabeza un elenco conformado por Crúspulo Cabezas -quien ha trabajado en películas como REC4 o series como Amar es para siempre-, Lucía Espín -actriz experimentada en obras de Lorca ya que ha representado títulos como Que no he muerto o Yerma y en 2019 formó parte del espectáculo de la cantaora Carmen Linares El sueño de Federico-, Mari Paz Sayago -entre su trayectoria se pueden citar su participación en las películas El mundo es suyo y El mundo es nuestro y en la serie Allí Abajo- y Diego Garrido -en el ámbito teatral ha participado en numerosas producciones bajo la dirección de Carlota Ferrer, como Esto no es la casa de Bernarda Alba, y en televisión ha formado parte de Hospital Central o Los zapatos de Valeria, para Netflix.

Todos ellos se han puesto bajo la dirección de Pepa Gamboa, quien adquirió fama internacional con la adaptación y dirección de La casa de Bernarda Alba, interpretada por mujeres gitanas de un poblado chabolista. La obra, que agotó entradas en su representación el pasado enero en Córdoba, tuvo una inusitada repercusión social y fue programada en los principales teatros de España, entre los que destacan el Teatro Español de Madrid y el Teatre Lliure de Barcelona. Además, Gamboa recibió,entre otros, el galardón El Público de Canal Sur, el Concordia otorgado por el Instituto para la Cultura Gitana y el premio Clara Campoamor y Escenarios de Sevilla al mejor creador escénico.

Las entradas para ver La pasión de Yerma en el Gran Teatro pueden adquirirse en taquilla o a través de la web del Instituto Municipal de Artes Escénicas. Su precio va de los 14 a los 27 euros.

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