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Yayoflautas: la experiencia que protesta en silencio cada lunes

Los yayoflautas en una de sus protestas

Carmen Reina

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Una fila de chalecos amarillos reflectantes camina en silencio por las calles del centro de la ciudad. Quienes los llevan suman más de 2.000 años de experiencia, de una vida que les ha llevado al momento de la jubilación laboral pero no les ha apartado de la protesta social. Son los Yayoflautas de Córdoba, que cada primer día de la semana, desde hace ya casi cuatro años, caminan en silencio en sus particulares lunes al sol donde, sin embargo, sus pancartas dicen señalan bien alto los derechos sociales por los que siguen peleando.

Cada lunes, a media mañana, no faltan a su cita alrededor de la fuente del Bulevar de Gran Capitán. Es su punto de reunión, al que llegan todos para uniformarse con sus chalecos, iniciar la ruta escogida para ese día y levantar sus pancartas con distintos lemas, elaboradas durante la semana. La corrupción, la violencia de género, la reforma laboral, las pensiones o la Ley de Dependencia son algunos de los asuntos que, lunes a lunes, han centrado cada acción de estos jubilados inconformistas contra la actual situación social.

Forman la columna amarilla que protesta en silencio, sin pelos en la lengua, con la fortaleza que da la experiencia de la vida y la energía que mantienen para realizar su actividad de protesta -pese a la Ley Mordaza contra la que también escenificaron un paseo con la boca tapada-, para trasladar sus mensajes y reflexiones al resto de la ciudadanía cordobesa.

“Si cortan la luz, te apagan la vida”. “Ninguna familia sin luz”. “Eléctricas, nacionalización ya”. “Gobierno, títeres de las eléctricas”. “Con la energía no se especula”. Son algunos de los mensajes que el pasado lunes llevaban en sus pancartas los Yayoflautas mientras recorrían en silencio las calles de Córdoba en una jornada reivindicativa contra la pobreza energética. Acompañados en esta ocasión por integrantes de la plataforma StopDesahucios que comparten esta lucha, los mayores realizaron diversas paradas junto a las sedes de compañías de energía situadas en el centro de la capital.

“Dos ramas vivas del 15M, Stop Desahucios y Yay@flautas, hemos luchado juntos, con armas de papel en alto, contra esa injusticia. Anduvimos por el centro urbano, entre bombillas navideñas que esperan la noche. Hicimos paradas en oficinas de eléctricas, entregando documentos de denuncia para sus gerentes”, relatan los mayores sobre su último lunes.

Un lunes más y una acción más. Porque así, y echando el calendario atrás, los últimos paseos reivindicativos de este grupo de jubilados se han centrado en protestas por la situación de las pensiones y contra la violencia de género. Una violencia machista que, tristemente, ha marcado la agenda de los Yayoflautas porque, cada vez que ocurre un asesinato de una mujer a manos de su pareja o expareja, levantan su voz y sus pancartas para que el resto de la ciudadanía reaccione: “Cada 15 segundos una mujer es maltratada”. “Callar nos convierte en cómplices”. “En pareja el respeto es lo que cuenta”, dicen los mensajes que en varias ocasiones han sacado a la calle.

Porque, dicen estos mayores, que nunca es tarde para reivindicar los derechos de todas las personas, sean jóvenes o no. Cuentan que sus experiencias y la serenidad que dan las canas les ayudan a reflexionar y transmitir mensajes útiles para los demás cada lunes. Y su edad también les proporciona una imagen muy particular que llama la atención (y el respeto) entre quienes cada lunes les ven caminar por la ciudad.

Su actividad, no obstante, no acaba los lunes. Los Yayoflautas, en la medida de las posibilidades de sus integrantes, vienen participando en distintas manifestaciones y concentraciones que se convocan en la ciudad. Además, han intensificado su participación en encuentros, charlas y debates tanto en el ámbito educativo como en el laboral, para hacer crecer su labor de concienciación social. Y es que son pocos las actividades sobre derechos sociales y laborales en la ciudad en los que no se ve a algunos miembros de este colectivo de jubilados activos.

Y para darle una mayor visibilidad a sus acciones, estos yayos del siglo XXI utilizan todas las herramientas tecnológicas a su alcance. Realizan sus propios reportajes gráficos y vídeos de sus paseos reivindicativos de los lunes, cuelgan sus fotos y textos en su propio blog donde llaman a la participación y utilizan herramientas como Facebook y Whatsapp para comunicarse. Eladio, Carlo, Concha, Rafael, Benjamín, Pilar, Máximo, Eduardo...son los nombres de algunos de ellos, pero son conocidos por su apellido: Yayoflautas, los mayores que alzan la voz contra los recortes de los derechos que ellos mismos ayudaron a conseguir hace décadas.

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