Sierra Boyera está ya a la mitad de su capacidad y el Guadalmellato va camino del 70%
En un día y medio, el embalse de Sierra Boyera ha más que triplicado la cantidad de agua que retenía. Tanto ha crecido, que el pantano del que depende el agua de más de 80.000 cordobeses de las comarcas del Alto Guadiato y Los Pedroches está ya a la mitad de su capacidad. Hace un año, el Domingo de Resurrección de 2023, fue el primer embalse de toda la cuenca del Guadalquivir en declararse oficialmente vacío. La Confederación hizo obras de urgencia para trasvasar agua de La Colada, contaminadas. Por eso, desde hace casi un año no se puede beber lo que sale del grifo en la zona.
Las lluvias han sido tan abundantes y generosas en el norte de la provincia de Córdoba que ha provocado una absoluta resurrección de los acuíferos, arroyos y ríos. Las escorrentías han desembocado en sus dos cuencas, la del Guadalquivir y la del Guadiana. Así, el nacimiento del río Guadiato junto a sus afluentes están llevando agua suficiente a Sierra Boyera como para que las dos comarcas puedan beber agua durante varios años sin restricciones. En la cuenca del Guadiana, el Guadarramilla, el Guadamatilla y el Guadalmez bajan tan crecidos que llenan también La Colada, primero, y el embalse de La Serena, uno de los mayores de España, ya en el sur de Badajoz.
A las 12:15 de este sábado, Sierra Boyera superó oficialmente la barrera psicológica del 50%. El embalse tenía cerca de 20 hectómetros cúbicos de agua en su interior y seguía lloviendo. Se estima que un embalse sale de situación de pre alerta y abandona el fantasma de la sequía cuando se supera ese 50%. Este Viernes Santo, miles de vecinos del Guadiato y Los Pedroches acudieron a Sierra Boyera a contemplar y a celebrar su crecida, a ver cómo por fin había agua suficiente como para acabar con una pesadilla que dura ya un año.
Sierra Morena chorrea
Las precipitaciones en Sierra Morena han sido tan abundantes que las escorrentías también están llenando rápidamente los embalses construidos en sus ríos. Eso sí, salvo el Guadanuño, todos tienen una capacidad enorme por lo que tardan mucho más en llenarse que Sierra Boyera. No obstante, las crecidas del río Cuzna y del propio Guadalmellato están aumentando de forma considerable la reserva de agua del sistema de abastecimiento de Córdoba capital, que depende de los embalses del Guadalmellato y de San Rafael de Navallana.
Este sábado, el Guadalmellato ganaba agua de manera notable, a un ritmo de casi medio hectómetro cúbico por hora. De hecho, se aproxima al 70%, una cifra notable y la más alta para un embalse de gran capacidad de la provincia de Córdoba. Poco después de las 12:00, el Guadalmellato estaba al 67% de su capacidad y retenía 98 hectómetros cúbicos de agua. Aún tiene capacidad para casi 50 más antes de tener que desembalsar.
Aguas abajo está San Rafael de Navallana, que también está creciendo, aunque a un ritmo algo menor. Este embalse está al 60,5% de su capacidad y retiene 95 hectómetros cúbicos de agua. Aún tiene capacidad para otros 60 más, por lo que de momento está lejos de tener que aliviar agua, algo que provocaría una enorme crecida del río Guadalquivir en Alcolea, sus parcelaciones y Córdoba capital.
Otro de los embalses vitales para el consumo humano y que ha resucitado es el de Martín Gonzalo, del que bebe toda la comarca de Montoro y su entorno. También ha salido del nivel de pre alerta. Ahora mismo, está al 54% de su capacidad, con más de 11 hectómetros cúbicos de agua. En su entorno está el Yeguas, otro embalse de gran capacidad que también ha salido de la sequía, con el 58% y más de 134 hectómetros cúbicos. El Arenoso se aproxima al 50% y tiene ya más de 78 hectómetros cúbicos.
La reserva media de la provincia de Córdoba ha aumentado en otros 50 hectómetros solo durante la noche del sábado. Ahora mismo, se superan los 1.050 hectómetros cúbicos de agua, con la capacidad media cerca del 32%. La media es así de baja por los dos embalses gigantescos de la provincia, La Breña II e Iznájar, que crecen pero a un ritmo inferior.
La Breña II depende del Guadiato, que va llenando antes Sierra Boyera y Puente Nuevo, aunque también recoge aportes del río Cabrilla y del propio Guadalquivir a través de su estación de bombeo. Ahora mismo está al 20%, pero eso son casi 170 hectómetros cúbicos de agua.
Mientras, Iznájar depende de la cuenca del Genil, donde no ha llovido de manera tan abundante. Aún así, está ya al 23,5%, algo que supone más de 216 hectómetros cúbicos de agua. Ambos tienen aún una capacidad enorme de retención de agua y de contención de sus ríos en previsión de importantes riadas si se mantienen las lluvias intensas.
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