El polvo sahariano dispara los niveles de polen en la entrada de la temporada de mayor exposición

La intrusión en las próximas horas de polvo en suspensión procedente del Sáhara en la provincia va a hacer que se disparen los niveles de polen, con las consecuentes molestias para las personas alérgicas, que están, además, entrando en la temporada de alta polinización. La temporada, de hecho, se ha retrasado algo por las profusas lluvias registradas la semana pasada por la borrasca Nelson, que frenó en seco el pico de explosión del plátano de sombra, tan común en Córdoba.

Son algunas de las cuestiones abordadas este viernes por la jefa de sección de Alergología del Hospital Reina Sofía, Berta Ruiz, y la catedrática del departamento de Botánica, Ecología y Fisiología Vegetal de la Universidad de Córdoba (UCO), Carmen Galán, quienes han informado sobre la evolución de los pólenes de cara a la primavera y la situación actual de pacientes con alergias respiratorias, que en Córdoba son, aproximadamente, unas 100.000 personas.

Un enorme grupo poblacional que afronta la temporada de alergias con una nueva entrada de calima y polvo en suspensión procedente del Sáhara que no va a contribuir a mitigar los efectos del polen, más bien al contrario. Carmen Galán ha explicado que el contacto del grano de polen con cualquier tipo de partícula le afecta de manera importante. En este sentido, ha explicado que los granos de polen contienen, en su mayor parte, proteínas.

Estos granos tienen como papel fundamental participar en la reproducción sexual de las plantas, favoreciendo el intercambio de proteínas. De este modo, cuando se exponen a cualquier evento que las plantas consideran extraño (ya sea polvo en suspensión, contaminación o la humedad previa a la lluvia), su reacción natural es liberar más proteínas, lo que hace que la población esté más expuesta a los alérgenos.

Además, el polvo en suspensión provoca que estos alérgenos penetren con más facilidad en las vías respiratorias, de manera que es posible, según ha detallado la doctora Ruiz, que muchos pacientes desarrollen irritación en las mucosas incluso antes de que su cuerpo produzca una respuesta alérgica. La jefa de sección de Alergología del Hospital Reina Sofía, de hecho, ha recomendado que en estos días se use mascarilla para evitar la exposición a los alérgenos.

El pico máximo

Lo positivo es que esta última entrada de polvo subsahariano no va a coincidir con el pico máximo, que este año, sólo en teoría, debería darse a finales de abril para la gramínea y a en la primera quincena de mayo para el olivo. “Pero es complicado hacer previsiones; si vienen lluvias fuertes y se produce un lavado de la atmósfera profundo, estaremos poco expuestos. Si las lluvias son suaves, estaremos más expuestos. Es decir, podrían incluso coincidir el pico de las gramíneas y el del olivo”, ha indicado la catedrática del departamento de Botánica.

Galán ha recordado que, afortunadamente, este pasado invierno hemos estado menos expuestos al polen del ciprés, cuyas concentraciones más elevadas se detectaron en febrero, pero con niveles inferiores a la media. En el caso del platanero, su pico de expresividad estaba previsto para Semana Santa, y Nelson lo mitigó, si bien esta semana se elevarán los niveles sin ser explosivos.

Otra de las plantas que sí presenta mayor concentración es en la parietaria, un tipo de ortiga muy común en las ciudades, y cuyo polen se considera alérgico. Estas plantas responden de manera rápida a los cambios de tiempo y han aprovechado las últimas lluvias para liberar granos de polen en concentraciones más altas de lo habitual.

Y, como nunca llueve a gusto de todos los alérgicos: las precipitaciones de la semana pasada van a ser bien aprovechadas por las gramíneas, cuya expresividad va a depender del tiempo. Y lo mismo ocurrirá con el olivo, que aunque responde de forma más clara a la temperatura que a la disponibilidad de agua, este año tendrá una floración más intensa tras dos años con una floración muy pobre provocada por la sequía.