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La Junta no pagó las ayudas a la Cata de Vino de 2022 y analiza si están bien justificadas

Cata de Vino 2019

Juan Velasco

4 de abril de 2024 10:28 h

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La Delegación de Agricultura de la Junta de Andalucía tiene abierto un proceso de análisis de la justificación que hizo el Consejo Regulador de la Denominación de Origen Montilla-Moriles para recibir las ayudas en 2022 para celebrar la Cata de Vino. Esas ayudas nunca se llegaron a conceder, al igual que tampoco se produjo aportación del Gobierno Andaluz a la edición de 2023.

Según ha podido saber este periódico por diversas fuentes, hay un proceso administrativo abierto para confirmar si las ayudas de 2022, que se concedieron, pero no se abonaron, estarían correctamente justificadas. Este proceso aún no ha concluido, de modo que tampoco se ha podido abonar ningún tipo de ayuda al Consejo Regulador para la pasada edición.

Así, las dos subvenciones no abonadas, correspondientes a los años 2022 y 2023, se han puesto sobre la mesa a la hora de decidir si se aplazaba este año la Cata de Vino Montilla-Moriles, como finalmente ha ocurrido. Las fuentes consultadas entre los bodegueros coinciden en que ha habido diversas “incidencias” que han motivado el aplazamiento.

Entre ellas está este proceso administrativo abierto, así como el hecho de que los bodegueros no han cobrado su parte de los tickets de las ediciones 2022 y 2023. En este sentido, todos los bodegueros consultados coinciden en que hay que buscar un “nuevo modelo de reorganización”, toda vez que hay quien considera la Cata de Vino “como un negocio y no como un elemento de promoción”.

Según uno de los bodegueros consultados, que está en la mesa de organización de la Cata, la Junta de Andalucía precisamente ha abierto este proceso para clarificar si las ayudas que se conceden para promocionar el vino de Montilla-Moriles se pueden emplear en la Cata de Vino, que en los últimos años se ha vendido casi como un evento comercial.

“Si es un negocio, es deficitario”

“Nosotros estamos trabajando para que se vea que la cata es un elemento de promoción y no un negocio, porque realmente noes un negocio. Y, si es un negocio, es deficitario, porque las bodegas perdemos dinero con la Cata de Vino de Córdoba”, explica uno de los bodegueros consultados por este periódico, que añade que, además, hay hosteleros de Córdoba que critican la Cata porque entienden que es “competencia”.

Además, a su juicio, hay “hostilidad” hacia la Cata de Vino por parte de algunas administraciones. Sin decir claramente a qué administración se refiere, este bodeguero asegura que “se ha ido a por la Cata, porque no interesa que sea a mediados o finales de abril” para no hacer “la competencia a otros eventos festivos que hay a nivel andaluz”.

Asimismo, este bodeguero también cree que hay cierto sector de la sociedad que los acusa de promover el alcoholismo. “El vino es una cultura. Esto no es una droga y no se nos puede acusar de algo así”, lamenta.

En cualquier caso, dentro de las bodegas del consejo regulador se reconoce que ha habido “anomalías” en las dos catas anteriores, y que esto es lo que ha hecho que se decida “parar en seco” y no realizar la edición de abril, así como proponer una mesa de trabajo que conduzca a la celebración de la cata en octubre.

Este periódico llamó en varias ocasiones al Consejo Regulador de la DO Montilla-Moriles en la tarde del miércoles sin recibir respuesta.

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