Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.

¿De verdad piensas que comer sano es caro?

.

Vanesa Cortés

0

Estoy segurísima de que de una u otra forma hemos escuchado alguna vez que otra esta frase: “Comer sano es caro”. Bajo esta premisa algunos defienden su mala alimentación o dicen una “verdad a medias”, ya que depende de lo que compres tu carro será más o menos costoso y tus excusas más o menos infundadas.

Si hablamos de precios, no podemos comparar bajo ningún concepto, una caja de berlinas que cuesta dos euros con un kilo de plátanos. Las berlinas son  bollería industrial, es decir, un  “alimento” procesado compuesto por azúcares y grasas que nuestro cuerpo no reconocerá nunca como parte de alguna estructura, y los plátanos una fruta fresca rica en fibra, potasio, magnesio, vitaminas y con muchas propiedades para nuestro organismo. Entonces… ¿comer plátanos es caro? La respuesta correcta es... ¡premio! Acaba de ganar un pase para comprar fruta en vez de bollería industrial y ¡al mismo coste!

¿Consumes menos pescado por su alto precio?  Este argumento lo escucho continuamente y siempre respondo lo mismo. A ver, si tu objetivo es comer salmón, atún de almadraba, rodaballo salvaje y calamar fino, pues mira, sí es más caro. Pero si por el contrario, consumes pescado de temporada su coste va a ser bastante asequible y esto sucede con la caballa, jurel, sardina, boquerón, pescada, pescadilla…

Lo mismo acontece con la verdura. Si quieres incluir en tu cesta de la compra alcachofas frescas en agosto, su valor de mercado será bastante más elevado que si lo haces en temporada.  Pensemos un poquito: ¿Quién no adquiere cuando llega la temporada las maravillosas naranjas de Palma de Río cuyo precio suele ser de dos euros la bolsa de cinco kilos? Ya me las estoy imaginando en una ensalada con bacalao y un chorrito de AOVE. ¿Las buscas en verano? ¿Verdad que no?

Otro ejemplo que se me viene a la cabeza es el marisco. Parece que es el culmen del lujo gastronómico y que es inasequible.  Sin embargo, menospreciamos los mejillones ricos en proteína de calidad, vitaminas del grupo B y hierro. Además son muy versátiles en la cocina. Algunos tienen la desfachatez de llamarlos el marisco de los pobres. Yo me río de estas cosas, porque hay alimentos subestimados por su bajo precio o por la categoría culinaria que se les ha querido dar y sin embargo sus valores nutricionales son altísimos y le hacen sombra a otros más cotizados. Merece mención la caballa, y me refiero a la fresca no a la enlatada. El kilo no llega a tres euros y es rica en proteínas de calidad, omega tres, vitaminas y minerales. Si el problema está en su alto contenido en incómodas raspas, lo único que hay que hacer es echarle un poquito de paciencia y limpiarla con cuidado, además de esta forma comemos más despacio que tampoco nos viene mal. Y si la consideramos muy fuerte de sabor, es cuestión de ir educando nuestro paladar poco a poco acompañándola de alguna salsa casera como por ejemplo una salsa verde, un chorreón de limón, un picadillo de cebollita y pimiento etc.

¿Sigues pensando que comer sano es caro? Si resumimos lo expuesto hasta ahora, podemos llegar a varias conclusiones:

  • Consumir productos de temporada abarata la cesta de la compra.
  • Evitar comprar precocinados, son más caros de lo que pensamos.
  • Decantarnos por los productos locales provenientes de las huertas e ir al mercado. De esta forma estaremos beneficiando nuestro bolsillo, nuestra salud y promoveremos el comercio y agricultura local.
  • Los mercados abren temprano, algunos por la tarde y también los sábados, de forma que no es excusa el no acercarse.
  • Aumentar el consumo de vegetales, frutos secos, legumbres y olvidar el viejo y obsoleto argumento que dice que no hay que comer más de tres huevos a la semana por el colesterol. Por suerte, este mito ya está desmontado científicamente.
  • No compres de más, ni tampoco productos innecesarios.
  • Debemos educar el paladar comiendo comida real y evitar productos procesados y ultraprocesados. Esta mala educación nos hace alimentarnos mal, empeorar nuestra salud y depositar una parte importante de nuestra economía en algo que no nos beneficia.

Después de leer la entrada ¿sigues pensando igual? Espero que no y que acudas al mercado más cercano a adquirir productos frescos y de temporada.

“La naturaleza es sabia, y el hombre, por mucho que lo intente, no podrá nunca superarla”

Etiquetas
stats