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LA MUJER PUMA Y SU TOY-BOY

Ana Belén y Clara

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El cambio de roles que está experimentando el sexo femenino, unido a su liberación sexual, es clave para entender a “las mujeres puma o las cougar”.cougar

Mujeres que en la mejor época de su vida rompen clichés y conquistan espacios en el ámbito de lo privado mientras que acaparan la mirada de las ¿felizmente? casadas. Y yo tengo un interés particular en ver como resulta. No sólo por el morbillo que provoca, sino porque me pregunto si planteará la guerra de los sexos.

Una mujer cougar o pumacougar, engloba a todas esas féminas rondando los 40 años, principalmente de clase media-alta coolturetas que buscan o tienen pareja unos 10 años más jóvenes que ellas. Mentoras de títeres sin miedo a la libertad. Retrata a mujeres solteras, rebosantes de energía, con experiencia, exitosas que se debaten entre sus neuras un poco de “shopalcoholic”. Invierten muy merecidamente en ellas. Y su hambre de hombres jovencitos y jugosos es algo que las caracteriza. A grandes rasgos, se trata del mismo prototipo de mujer que hizo famosa a Samantha Jones en “Sexo en Nueva York”. Por supuesto se trata de caricaturas, y no muy favorecedoras, pero es muy sano (al menos es lo que creo) que las mujeres sepamos reírnos de nosotras mismas y de nuestras propias contradicciones. Lo digo porque la corrección política al uso hace que nos obligue a ver sólo el lado triunfalista de la cuestión femenina. En otras palabras, insistimos en resaltar lo estupendas, libres o talentosas que somos mientras escondemos bajo la alfombra lo que no queremos ver.

Y lo que no queremos ver (o no queremos admitir) son las discriminaciones múltiples que sufrimos y, en especial, la discriminación laboral mientras hacemos malabarismos por compaginar la familia y el trabajo, en unos casos, o, mientras elegimos 'voluntariamente' entre familia o éxito profesional puesto que ser exitosas en ambos espacios resulta casi imposible. Pero ¡ojo!, y aquí me detengo, para las 'mujeres puma' sí resulta compatible el éxito profesional con sus toy-boys. Por tanto hablar de las 'mujeres puma' resulta de interés. Y es que contra toda lógica convencional, estas mujeres vienen de una relación anterior con múltiples responsabilidades y 'mochilas' cargadas durante años a sus espaldas. Es por ello que ya han aprendido que los hombres son épocas y que a cada época le llega su fin. Se niegan en transformarse con el devenir de los años en sus madres por este motivo buscan jovencitos divertidos, penes vigorosos que derrochen follabilidad. Buscan pasar un buen momento y vivirlo a tope. Quizás, ansían sentirse “dominadoras” lejos de cualquier compromiso sentimental. Y es que llega una edad, queridos lectores y lectoras, que resulta imposible dar un euro por ningún titi. Dejamos de esperar algo de ellos. Ya no se planea ni se fuerza nada. Solamente se deja fluir.

Pero, ¿qué es un toy-boy? Se traduce al castellano como un chico juguete que se deja utilizar para aplacar la líbido de mujeres de más edad. ¿Las ventajas? Muchas, entre ellas que son divertidos, alegres, tienden a idolatrar y duran más en los encuentros sexuales. Y por si fuera poco su trato es reverente y respetuoso y te hacen sentir como una reina. Además, no llevan mochila a cuestas y hacen que te olvides de la tuya. Son conocedores del gran poder que tienen las puma y suelen prestar atención a sus enseñanzas. Preguntan ante la menor duda y eso es una ventaja (seamos sinceras). Están deseosos de complacer a sus 'dominas'. Flipan con sus puma porque son como una especie de “caza mayor”. Los toy-boys buscan a su mentora. Pero un dato importante, ellos no eligen sino que son elegidos. Una especie de inversión de roles… Ellos son los sumisos.

Ante esta realidad surge una pregunta: ¿por qué a esa edad a las mujeres ya no le interesan los cuarentones? Muy sencillo. Porque el hombre a esa edad ya ha perdido su chispa, su esencia y su sentido del humor. Se convierten en cerebrales, corta-rollos, llenos de complejos, de agobios, etc. En la cama se saltan los preliminares y no duran nada porque se cansan (no olvidemos que posiblemente se hayan olvidado de cuidarse mínimamente y, claro, no dan para más). Comienzan a obsesionarse – a última hora – con el deporte y se joden las rodillas corriendo porque nunca antes lo habían hecho. Hablan como si fueran cultos-eruditos repitiendo palabras como “obviamente”. Hacen alarde de sus colecciones de aventuras (inventadas o reales), no improvisan en nada y su tiempo libre es pérdida de tiempo … En fin …

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