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LOS -EXS

Ana Belén y Clara

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Me es más fácil ser conflictiva con mis post y, sin duda, es mucho más divertido. Quizás sea más emocionante tener una actitud rebelde y una sabia desobediencia frente a la vida. Ya no me apetece perder ni un minuto de mi vida en quien me miente o intenta manipularme. Sencillamente porque llegué a un punto en el que me da pereza perder el tiempo con aquello que me hiere.

No tengo paciencia para los hipócritas y menos para los -exs.

Y es que si hay algo de verdad en la vida es que cuando nos abandonan nuestros “lovers” CAEN EN PICADO.“lovers” Y eso es así. Dejamos de irradiarles con nuestra vitalidad y pierden su luz. Se desorientan. Y luego ocurre que si no saben elegir un pijama menos todavía podrán elegir una tía. Pierden el encanto juvenil porque nosotras ya le succionamos sus células madres. Les falta nuestra chispa.

Nos enamoramos de “ellos” sin leer la letra pequeña. Los hamamos así con h porque inequívocamente fue un errorhamamos. Los disfrutamos sin preocuparnos por las FALSAS PROMESAS que nos hicimos y que luego resulta que NUNCA podremos cumplir.

Pero como todo en la vida llega un instante en el que nuestro destino deja de estar escrito con ellos. Y en ese preciso momento se transforman en NUESTROS IMPOSIBLES. Puede ser que termináramos porque fuéramos felices por encima de nuestras posibilidades y quizás todavía queden palabras por whatsApp… pero no las suficientes para arreglarlo. Hubieron unos días en el que nos necesitaban pero de repente - sin hacer apenas ruido - nos remplazaron. Así pues a ese que nos hace sentirnos ridícula, sólo nos queda desearle a él y a su nueva (o antigua) que toda la felicidad del mundo ¡les estalle en sus caretos!

Que nos rompan el corazón no es el fin de nada. Las relaciones dan experiencia, sabiduría y madurez. Los exs- te enseñan a saber qué no te gusta y qué quieres. En cualquier caso, el desamor, nos hace sentirnos intensas y profundas. Pero llega un día en el que ya no escribiremos más sobre ellos, cuando ya no necesitemos emborracharnos para olvidarlos…

Confieso que discrepo sobre si mola o no llevarse de p.m. con ellos. Tal vez sea de modernas llevar buen rollo o que sencillamente somos idiotas de remate. Ahora bien lo que hay que tener claro es que “Los exs- te la meten doblada”, están agilipollados. Son como "el perro del hortelano", ni comen ni dejan comer. En la amistad con los exs- me desagrada la falta de lealtad y la traición. No tolero su arrogancia, su cinismo, sus críticas excesivas, sus exigencias de cualquier naturaleza y su altivez académica. Seres envidiosos que tienen que ser mejores que nosotras y se pican por todo. Su amistad es mitad postureo, mitad apego-dependencia. Cuando tú estas bien te sacan pegas a toda tu vida, cuando estás mal te hacen sentir más desdichada o pasan de tí.

La amistad fluye mientras ellos puedan flipar de tías, de festivales y de sus éxitos. Nos dan “consejos de mierda” que no son más que para desprestigiarnos y lo peor es que se creen profundos … ufff … lo dudo. Suelen presumir de subnormalidades como de los likes que le dan en Instagram, de lo raros que son, de lo mucho que chingan o de lo gilipollas que son.

No me gusta la ira con ellos, acelera mis pensamientos y mis emociones. Es como echar ácido en agua hirviendo; hace que las cosas burbujeen desconsoladamente. Me hacen hablar con una aceleración peligrosa. Por eso es que con “los exs” me pongo el poco filtro que tengo, porque posiblemente si les dijera todo lo que pienso de ellos terminarían suicidándose. Y no es plan.

Me preocupa no nombrarlos sin sarcasmo. Las mujeres despechadas, a veces, nos solemos comportar como campesinas desesperadas por casarnos y nos ofrecemos al primer mercanchifle apuesto que llega a la aldea. Debemos recuperar nuestra supremacía y las riendas de nuestras vidas. Podemos alterar nuestro destino, podemos decir sí y luego no. Hay que ir a favor de las cosas, no en contra. ¡Recordémoslo!

Nos hacen sentir afortunadas por haberlos conocidos y porque nos quieran. En fin… esa independencia egoísta. Pero ¡ojo! para muchas cosas nos siguen necesitando. Quieren que veamos la pedazo de vida alternativa que tienen con sus 'mierdas'. Pero pensándolo bien somos nosotras las que les damos vidilla a sus muermas vidas. Por eso llegan a agobiarse. No soportan nuestro subidón continuo. Se sienten fuera de onda, de lugar, de sitio. ¡Les supera! Aunque nos tengan – o eso crean - no somos de nadie. Tenemos más vida que la de pareja misma. Somos libres, sociables y se asustan de perdernos. Así que la 'cagan' antes porque saben que no llegan a nuestro nivel de euforia. No nos alcanzan. ¿Y qué pasa al final? Pues que vuelven porque se dan cuenta de lo mucho que se aburren sin nosotras. También se ponen celosos – y esto daría para otro post.

Y cómo decía Caitlin Moran: “Como en las mejores aventuras caballerescas, todo lo hago por una chica: por mí”.

¡DEJALO QUE SE VAYA! ¡DEJALO IR!

A todos mis -exs . Una parte de mí.

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