En múltiples conversaciones de reuniones distendidas de café a primera hora de la mañana, ante situaciones adversas laborales de posible pérdida de un trabajo estable o por total desmotivación por culpa de ese jefe, surge el sueño de dejar de trabajar.
No tener que dedicar tantas horas de nuestra vida a ese trabajo que no nos hace ser felices.
Pocos son los afortunados que pueden dejar de trabajar a los 40 años, sin embargo, quizás aún estamos a tiempo para comenzar a intentar conseguir este sueño.
Lo primero que se nos viene a la cabeza es que tenemos que trabajar para conseguir dinero, dinero que tenemos que destinar a pagar un “montón de cosas” de nuestra vida.
Empecemos por el principio.
Analicemos qué cosas tenemos que pagar, cuáles son las piedras que llevamos en nuestra mochila que nos impiden avanzar en el camino.
Cuanto más vacía esté nuestra mochila de piedras, más fácil será poder caminar un largo trayecto sin tener que trabajar.
Miremos dentro de nuestra mochila, podemos llevar piedras innecesarias que nos impiden poder vivir sin trabajar.
En muchas ocasiones nos creamos obligaciones de pago innecesarias, piedras que encontramos en el camino y que van llenado nuestra mochila día tras día.
¿Por qué nos creamos la obligación de pagar una segunda hipoteca por ese apartamento en la playa al que vamos un par de veces al año?.
¿Es necesario tener dos coches ?.
Detente unos minutos a mirar cuáles son las piedras que llevas en tu mochila, seguramente puedas desprenderte de un par de piedras que te están estorbando.
Analiza cuánto necesitas para vivir, cuantifica tus necesidades vitales e intenta eliminar los gastos innecesarios.
Una vez tengas cuantificados tus gastos vitales, los verdaderamente necesarios, descubrirás cuánto dinero necesitarías tener para vivir sin trabajar.
Llega el momento de destinar a tu objetivo de vivir sin trabajar parte de tus ingresos, cuando antes empieces antes conseguirás tu objetivo.
Un factor clave en este objetivo de vivir sin trabajar es poner a trabajar tu ahorro, ahorro que deberíamos de destinar a activos productivos que nos generen ingresos para poder vivir sin trabajar.
La selección de estos activos es fundamental, una mala elección se llevaría al fracaso de conseguir tu objetivo.
Muchos pensaremos que cuanto más dinero ganemos más fácil será vivir sin trabajar, es cierto a medias.
No porque ganemos mucho dinero conseguiremos vivir mejor.
Pensemos en la cantidad de famosos deportistas con sus elevados ingresos que se han retirado antes de los 40 y que en un par de años se han encontrado arruinados.
¿Cuántos han sido los afortunados en la lotería con cuantiosos premios que se han quedado sin nada en un par de años?.
Tan importante es tener pocas piedras en nuestra mochila como saber acertar con nuestras inversiones.
Dediquemos unos minutos a ver que llevamos en nuestra mochila, ¿cuántas piedras podríamos sacar de mi mochila para vivir mejor?
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