Alfonso Alba es periodista. Uno de los cuatro impulsores de Cordópolis, lleva toda su vida profesional de redacción en redacción, y de 'fregado en fregado'. Es colaborador habitual en radios y televisiones, aunque lo que siempre le gustó fue escribir.
Los inhumanos

Al parecer fue Stalin el que una vez dijo que un muerto es una historia pero un millón son una estadística. Y es algo que ahora, en este péndulo de la historia, el gobierno de Israel, la única democracia de Oriente Medio dicen, parece asumir en un proceso de deshumanización del contrario tan peligroso que fue el que provocó que la muy culta e ilustrada Alemania decidiera exterminar a millones de judíos.
Los bostezos en la ONU del embajador de Israel mientras el de Palestina rompía a llorar son quizás el mejor ejemplo de que ese país ha dejado de considerar a dos millones de personas como seres humanos. Solo así, pensando que son animales (aunque dudo que los israelíes que justifican a su Gobierno traten así a sus mascotas) se puede comprender que una ciudadanía presuntamente ilustrada haya decidido matar de hambre o bombardeada a dos millones de personas.
Hace muchos años que es imposible defender la política de Israel en Oriente Medio. Un pueblo con derecho a vivir en paz pero que para conseguirlo necesita machacar a otro. Una idea, la de dos estados, dos religiones (o tres, que allí aún sobreviven cientos de miles de cristianos), que naufraga. Un instinto de supervivencia mal entendido, que a largo plazo puede acabar condenando a Israel a la desaparición.
Israel es fuerte con los débiles gracias a que se siente impune y a que tiene la protección de los matones de la clase. Es Occidente, o sea nosotros, los que compramos su tecnología, sus armas y sus productos. Los que por acción y por omisión permitimos que masacre a millones de personas.
Los crímenes de Hamás fueron una salvajada histórica que se merecen la mayor de las condenas. Pero reducir a todos los palestinos a terroristas es como haber intentado acabar con ETA bombardeando Bilbao, levantando un muro en Euskadi y empujando a los vascos al mar. No, el fin no justifica los medios.
Por eso sigo sin entender a quién a pesar de todo lo que está pasando (y lo poco que estamos viendo) justifica lo que está haciendo Israel, premia a su gobierno, comercia con sus empresas o usa su tecnología. Jamás entenderé a una derecha que siempre fue pro árabe (el primer Gobierno que reconoció a Israel como estado fue el de Felipe González) justificar lo que están haciendo solo porque Pedro Sánchez lo condena.
¿Cuántos miles de niños tienen que morir para que de verdad exista unanimidad en considerar a Israel como un estado que está llevando a cabo un genocidio?
Sobre este blog
Alfonso Alba es periodista. Uno de los cuatro impulsores de Cordópolis, lleva toda su vida profesional de redacción en redacción, y de 'fregado en fregado'. Es colaborador habitual en radios y televisiones, aunque lo que siempre le gustó fue escribir.
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