¿Dónde está Nieto?
El alcalde de Córdoba se está reservando. Lanza a sus peones a la arena política y no le salpican los debates ni las polémicas. Anda siempre quitado de enmedio en los asuntos que más controversia levantan. Cuando aparece, no es para batirse con su adversario político; sale a escena para sentar cátedra o pontificar las disputas. Por no aparecer, no dirige ni los plenos municipales. Deja al “bueno” de Luis Martín para no fajarse en el mano a mano.
Cuando pedía el voto, Nieto siempre comparecía en la calle, con un atril y un cartel electoral en toda clase de escenarios. Subía incluso a las casas de los electores y compartía con ellos algunos minutos de charla interesada. Ahora, ya no pisa la el asfalto, sino es para dar un premio, celebrar una distinción, y administrar buenas noticias, sin responder a los despedidos del IMDECO, a los del IMDECC, a los dos cuidadores de animales despedidos o a los tres que han echado de porteros de colegios por unas oposiciones irregulares en las que no tienen responsabilidad.
José Antonio Nieto, no sale a la palestra cuando se anuncian privatizaciones, ajustes y recortes. Manda a sus alfiles, Torrico y Bellido a que se pringuen con la oposición. En su perfil todo es positivo y se ausenta del cierre de la Escuela Infantil Municipal y no recibe a los pobres que se instalan a las puertas de su despacho pidiendo vivienda y trabajo. Él que prometió empleo y está echando gente a la calle...
Ahora, su último gesto, entregar a los pobres invisibles las dietas de las empresas municipales, la calderilla de su peculio. Enternecedor.
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