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El Olimpo del Névalo en Villaviciosa

Antonio Monterroso

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Villaviciosa, decía mi amigo Juan Ignacio Cano, es de los pocos sitios autosuficientes y de economía solidaria que funcionan. Si hay guerra, vete a Villaviciosa, que allí resistes. Han conseguido conservar la repartición de su riqueza terrena en un aislamiento que les hace virtuosos. No hace falta teoría económica, se aplica de oficio el remedio vital. Casi todos tienen algo y se intercambian de todo. Y de calidad. Villaviciosa es cumbre.
Villaviciosa está de Córdoba a una sierra de camino. Se trasciende más que se viaja, aunque los de allí surquen Los Arenales como el que patina por el Vial Norte. A fino y oloroso de Villaviciosa, sublimes donde los haya, sabe todo el atavismo de nuestra sierra. Nadie la enfila como ellos. Ningún caldo puede saber igual. Villaviciosa de las Viñas, quien te dio ese nombre te comprendió mundo de Córdoba.

Villaviciosa de las Viñas

Aún más allá, si algo puede haber, está el Névalo. Te aturde como lo pronuncies sin dejarlo caer. Névalo, no es de esta tierra. Névalo. Névalo. Névalo. A buscar un castillo hay que ir al Névalo. Aunque en Villaviciosa, realmente el Névalo está en la Selva Morena. No podría condensar la senda de llegada en esta redacción. Dejo como atrevimiento al final de estas letras unas rutas de Wikiloc. Y la información oficial (pinche, pinche). Además del cartel. Basta pasar Villaviciosa en dirección Villanueva del Rey y abrazar el oráculo. Hay que llegar a la última casa donde se yergue como faro de guía un recio eucalipto. Esa es la señal. Y desde ahí, subida, esperanza y sierra.

información oficial

Allí en el vértice, sucede la epifanía de un castillo andalusí. Un castillo guardián de Córdoba cuya “torre” y recinto dominan unas tres Has. Desde allí, a unos 811 metros de altitud, hacia el norte, con el día claro, se ve la Sierra de los Santos. Hacia el Sur, el valle, Jaen y Granada. Hacia el oeste y el este, el resto de la Madre Morena. El recinto amurallado se conserva de modo perfectamente reconocible. Mucho más la atalaya, puesto de vigilancia actual, desde el que se ve la Tierra Media. Castillo del Névalo, ojos para la tierra de Córdoba. El silencio de la vista, en este olimpo amurallado (otro, además del de la Chimorra de Juan Bernier), no resiste comparación. Pocas cosas en la vida como la sierra de Córdoba desde el Olimpo del Névalo en Villaviciosa.
La Córdoba andalusí fue una metrópolis de poder y riqueza que no se defendía desde El Marrubial o el Alcázar Viejo. Una tal Córdoba, lógicamente, tenía un más allá. Preferían verlas venir. Su majestad, su riqueza y sus rutas de aprovisionamiento obligaron, lógicamente, a crear una de las mayores marañas defensivas de todo el mundo medieval. Qurtuba, como el resto de grandes ciudades de la Historia, supo defenderse desde lejos. De hecho, las veces que cayó, lo hizo por su valle, no por su sierra. Viriato fue el único en abrir veda hasta que Roma por siempre puso remedio.

Qurtuba

En su sierra, en ese vientre de riqueza que va de Córdoba a los confines de Fuente Obejuna, en esa cremallera defensiva de Córdoba que es el Valle del Guadiato, hay más de doce castillos andalusíes y sus respectivos poblados fortificados. No se ven, pero están. Doce son los más conocidos. Dennos unos años para que les enseñemos el resto, que no son pocos, en los que ya trabajamos. El Vacar, el Névalo, Obejo, Espiel, Cerro Moyano, Las Dos Hermanas, Villanueva del Rey, Sierra Palacios, El Hoyo de Belmez, Posadilla, Cerro de los Osos en Fuente Obejuna, Maldegollado en Los Blázquez, Aljozar en Valsequillo, entre otros: defensa norteña de la ciudad y riquezas de Qurtuba.
En la sierra estaba la riqueza de las minas, la caza y las bellotas. Bellotas, fruto preciado y simbólico desde la prehistoria hasta la actualidad donde los haya. Por la sierra de los andalusíes surcaban también minerales. Los castillos andalusíes siguen estando junto a los afloramientos mineros de los túrdulos y de los romanos. Siempre en su sitio la riqueza histórica Córdoba.
El Névalo es de todos el más conmovedor. El más verde y el más serrano. El más olímpico de los doce dioses encastillados guardianes de Córdoba.
El Névalo de Villaviciosa debería ser santuario cordobés de peregrinación.
Varias rutas de Wikiloc:
https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/castillo-del-nevalo-2655025

https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/camino-al-castillo-del-nevalo-812-msnm-xii-villaviciosa-de-cordoba-8395499

https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/ruta-castillo-del-nevalo-30941755

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