Como desde siempre he sido reacio a levantar pesos o manipular herramientas, pero sé leer, escribir y hablar, he acabado trabajando (es un decir) en medios de comunicación escritos y radiofónicos. Creo que la comunicación y la cocina tienen muchas cosas en común: por ejemplo ambas necesitan emisores y receptores, y tienen una metodología parecida, una suerte de sintaxis y de morfología que deben ser aplicadas. Cocino habitualmente en casa y mi último descubrimiento ha sido comprobar que recoger y limpiar utensilios mientras preparo la comida es muy bueno: ha cambiado mi vida, de hecho. Buen provecho a todos.
El Papa recibe a Marty
Hace unos días Jorge Mario Bergoglio, el Papa Francisco, recibió en audiencia más o menos privada al cineasta italoamericano Martin Scorsese. Fue una reunión entre el representante del Creador en la Tierra y un creador de ficciones en la Tierra. La cita fue cordial teniendo en cuenta que tienen muchas cosas en común. Podía haber sido un duelo de titanes, pero en realidad fue un combate amistoso, nulo, casi amañado, si se puede decir así.
Comicalla, adalid del periodismo de servicio público, con su vocación de que sin duda nada humano le es ajeno, tuvo acceso a parte de la conversación que se desarrolló durante esa visita y la ofrece aquí para sus múltiples, atentos, implicados y preparados lectores y lectoras.
-Marty (M): Ave María Purissima.
-Papa Bergoglio (PB): Sine labe concepta.
-M: Es bonito el latín.
-PB: Es permanencia. Sé, Marty, que eres católico.
-M: Sí, padre. Con todo lo que eso significa de ensayo y error en mis actitudes cotidianas. Incluso creativas, diría yo.
-PB: Lo sé. Veo cine. Me gustan tus pelis. Aunque en algunas aparezcan escenas un pelín subidas de tono, drogadictos, jóvenes meretrices y tal…
-M: Santo Padre, tuve que hacerlo. Solo son parábolas para explicar la debilidad de los hombres cuando se alejan de Dios.
-PB: Ya, ya. Lo comprendo. Yo soy un Papa “tolerante”. Me hace incluso gracia esa etiqueta para el cargo que soporto.
-M: Es que usted tiene una gran responsabilidad. Usted se sienta en “la silla de Pedro”.
-PB: Pero tú te sientas en “la silla plegable de John Ford”. No sé qué es más grave, si es que de estirpe de creadores se trata.
-M: Eso sí; lleva razón. En eso nos parecemos.
-PB: Rodaste “La última tentación de Cristo”, vaya telita…
-M: Sí, Santidad, lo siento.
-PB: No, no, hijo mío. No te arrepientas. No estaba mal. Imagínate, yo soy argentino y tengo que soportar que digan que Maradona es algo así como mi jefe o, incluso, mi padre…
-M: Sin embargo, creo que mi Travis Bickle en “Taxi Driver” era mi mejor jesucristo. Su taxi de madrugada era una verdadera espada flamígera o el látigo para expulsar a los mercaderes del templo. De Manhattan, quiero decir.
-PB: Un jesucristo tan de susto como de lástima, de pena, de impotencia…
-M: Tan diferente al cartel de Semana Santa de este año en Sevilla…
-PB: Oh, cierto; me lo han enviado. Es muy diferente a Willem Dafoe, eso es cierto, pero a mí no me parece mal.
-M: … es usted un buen hombre, Santidad. Debo irme ya.
-PB: Gracias por tus palabras, Marty. No sé si bueno, pero sí sé que soy un hombre. Ve con Dios, hijo mío.
-M: Me voy con Robert DeNiro, Ray Liotta y Joe Pesci. Me voy con la Santísima Trinidad.
-PB: Amén.
Sobre este blog
Como desde siempre he sido reacio a levantar pesos o manipular herramientas, pero sé leer, escribir y hablar, he acabado trabajando (es un decir) en medios de comunicación escritos y radiofónicos. Creo que la comunicación y la cocina tienen muchas cosas en común: por ejemplo ambas necesitan emisores y receptores, y tienen una metodología parecida, una suerte de sintaxis y de morfología que deben ser aplicadas. Cocino habitualmente en casa y mi último descubrimiento ha sido comprobar que recoger y limpiar utensilios mientras preparo la comida es muy bueno: ha cambiado mi vida, de hecho. Buen provecho a todos.
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