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J. M. Ayala / Carmen Reina

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La Plataforma Cordobesa contra la Violencia a las Mujeres se ha sumado a las muestras de apoyo a Juana Rivas y ha protagonizado este martes una concentración en la plaza de Las Tendillas para pedir que su hijo menor permanezca con ella. “Daniel se queda”, ha sido el lema de esta manifestación que se hacía en paralelo a la convocada ante el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) en Granada.

“Nos movilizamos por Juana, por todas las madres protectoras de Córdoba y sus hijas e hijos. Exigimos justicia real frente a un sistema que sigue desprotegiendo las mujeres y a sus criaturas”, han señalado desde la plataforma cordobesa.

La movilización se produce tras las recientes decisiones judiciales relacionadas con el hijo menor de Rivas, vecina de Maracena (Granada). El caso enfrenta un conflicto de competencias entre juzgados después de que un juzgado de guardia en Granada suspendiera provisionalmente la entrega del niño al padre, investigado en Italia por presuntos malos tratos.

Además, el Juzgado de Violencia sobre la Mujer número 2 de Granada ha rechazado asumir el caso, argumentando que no corresponde a un supuesto de violencia de género. Pese a esta resolución, la suspensión de la orden de regreso del menor decretada por el Juzgado de Instrucción 4 de Granada sigue vigente, permitiendo que el niño permanezca en España hasta que se determine la competencia judicial.

La representación legal de Francesco Arcuri, padre del menor, sostiene que la justicia italiana tiene la jurisdicción sobre el caso según la normativa europea. Los abogados confían en que se reclamará próximamente el retorno del niño a Italia, lo que aún no ha ocurrido.

En este contexto, y bajo el lema 'Daniel se queda' los colectivos feministas han convocado esta movilización. Desde la Plataforma Cordobesa contra la Violencia a las Mujeres realizan esta protesta para hacer frente “a lo que supone toparnos con una justicia patriarcal que solamente, por mantener los privilegios de los maltratadores, ser cómplices de una cobarde complicidad patriarcal hacen que la vida de menores corra peligro. ¡Por Daniel y muchos/as más! ¡Porque un maltratador no es un buen padre!”.

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