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¿Qué lengua se hablaba en Al Andalus?

Fragmento T-S NS 163.57 (Reproducido por cortesía del Consorcio de la Biblioteca de la Universidad de Cambridge)

Aristóteles Moreno

22 de noviembre de 2025 20:14 h

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Cuando los contingentes árabes y bereberes penetraron en la península ibérica en el año 711, la lengua dominante sobre el territorio era el romance visigodo. Es decir, una variante evolucionada del latín vulgar. Los conquistadores musulmanes trajeron dos lenguas, el árabe y el tamazigh. La primera se fue instalando paulatinamente en los niveles administrativo y literario del nuevo régimen, pero el idioma vehicular siguió siendo el romance durante tres siglos, que fue incorporando giros y material léxico del árabe de forma creciente.

“La fecha que está más o menos consensuada es hacia finales del siglo X o principios del XI, cuando ya se establecería el árabe andalusí como monolingüismo”, asegura Ángeles Vicente, catedrática de Estudios Árabes e Islámicos de la Universidad de Zaragoza, discípula y estrecha colaboradora de Federico Corriente. Fue precisamente el gran arabista español quien estudió a fondo el árabe andalusí en su obra A grammatical sketch of the Spanish Arabic dialect bundle, publicada en inglés en 1977. Quince años después actualizó sus investigaciones en la obra Árabe andalusí y lenguas romances, uno de los manuales de referencia en la materia.

“El haz dialectal andalusí se genera e implanta en competencia con el romance hispánico nativo, en una situación de bilingüismo”, sostiene Corriente en el trabajo editado en 1992. El arabista ya distinguió al árabe andalusí en una “situación dominante” en el marco de las “clases altas, cultas e integradas en la religión del Estado”, mientras que el romance se encontraba relegado a los “sectores rurales, pobres, incultos y cristianos”. Los estudios más recientes, sin embargo, corrigen esta última apreciación del arabista andaluz. “En algún momento al romance andalusí se le ha llamado el mozárabe. Ya se sabe que no. El romance andalusí lo hablaban tanto musulmanes como cristianos y judíos”, precisa Ángeles Vicente.

El árabe andalusí era la lengua vernácula que se forjó en Al Andalus y que aquí se mezcló con el bajo latín

Ángeles Vicente Catedrática de Estudios Árabes por la Universidad de Zaragoza

Otro camino bien distinto recorrió el árabe andalusí. Originariamente procedentes de Oriente Medio, las tribus árabes iban mezclando su lengua con los idiomas autóctonos de los pueblos que conquistaban, de tal forma que generaban un tipo de dialecto diferente. “El árabe andalusí es la lengua vernácula que se gestó en Al Andalus. Aquí se mezcló con el bajo latín”, explica la catedrática de la Universidad de Zaragoza.

De todos los árabes medievales, el andalusí es el mejor conocido. Tuvo tanto prestigio social que se convirtió en lengua literaria y dejó abundante material documental. “Tenemos refranes, poesías y muchas otras fuentes escritas”, asegura la arabista aragonesa. En muchos otros lugares, el árabe popular no alcanzó la categoría social que en Al Andalus y, por lo tanto, apenas llegó a escribirse. De estos casos apenas quedan huellas documentadas.

El árabe andalusí incorporó numerosos préstamos del romance en una situación de ósmosis lingüística que se prolongó por espacio de tres siglos. También el romance andalusí absorbió abundante vocabulario árabe. “El romance de la zona sur era diferente del castellano, el catalán, el aragonés o el portugués, precisamente por esa importante influencia árabe”, aclara Ángeles Vicente. Las diferencias entre el árabe andalusí y el árabe estándar pueden equipararse a las que hoy existen entre el marroquí o el egipcio y el fusha o árabe clásico. “Son variedades dentro de la misma lengua, pero todo es árabe”, puntualiza.

El género más conocido son las jarchas, canciones populares que integran una parte en árabe estándar y otra en árabe andalusí. Del romance andalusí, en cambio, se conserva bastante menos material y, por consiguiente, su estudio es más complejo. Uno de los investigadores que más recientemente ha indagado en esta lengua medieval es Pablo Sánchez, autor de Origen y gramática del romance andalusí. En su opinión, a medida en que la arabización fue ganando terreno, el romance andalusí fue quedando relegado al mundo rural y doméstico.

Los almohades homogeneizaron todo Al Andalus y el romance andalusí desapareció

Pablo Sánchez Autor de 'Origen y gramática del romance andalusí'

“De hecho, la mayoría del vocabulario que se ha conservado hace referencia al campo”, asegura el especialista. Fonéticamente el romance andalusí estaría hoy más cerca del rumano que del catalán o incluso el castellano, según sostiene Pablo Sánchez, aunque tomó numerosas “características del árabe”, no solo en términos lexicográficos. “Eso hace que el romance andalusí sea una lengua muy especial. Por un lado, es la más parecida al latín, pero por otro tiene influencias de una lengua semita”.

Ya con los almorávides, el romance andalusí empezó a debilitarse y perder presencia territorial. Pero fue con los almohades cuando desapareció por completo. “Prohibieron toda diversidad lingüística, cultural y religiosa. Homogeneizaron todo Al Andalus y el romance andalusí desapareció”, asegura Pablo Sánchez. Lo que quedaron fueron abundantes préstamos incrustados en el árabe y más tarde en el castellano. Por ejemplo, la palabra chocho, que significaba originalmente salado.

El reino nazarí de Granada ya fue una sociedad monolingüe, dominada claramente por el árabe. Hasta entonces, y desde el siglo VIII, tras la conquista islámica, Al Andalus había sido un territorio bilingüe. Pablo Sánchez también recuerda que se ha asociado el romance andalusí con la comunidad mozárabe cristiana. Pero el dato es incorrecto y llama a confusión. “De hecho, de los textos que se conservan ninguno, que sepamos, lo escribieron cristianos”, subraya el autor.

El romance andalusí lo hablaban tanto musulmanes como cristianos y judíos

Ángeles Vicente Catedrática de Estudios Árabes de la Universidad de Zaragoza

Se conservan unas sesenta poesías escritas en romance andalusí y varios glosarios médicos y botánicos. Gracias a estos textos medievales, se ha podido conocer numeroso vocabulario. Algunos de estos glosarios se conservan en París o Londres, además de la Biblioteca alemana de Leiden. También el agrónomo sevillano Abul Jair al Ishbili, jardinero de Al Mutamid, recopiló un buen catálogo de plantas de Al Andalus, cuyo nombre árabe y romance anotó en un espléndido glosario.

Buena parte de todo este material fue recopilado y actualizado en un nuevo manual publicado a finales de 2023 por Pablo González. “Era un libro de consulta rápida con verbos, preposiciones, adverbios y muchos otros vocablos”, señala el investigador gaditano afincado en Madrid.

En ese mismo año se produjo un hallazgo sorprendente en la Biblioteca de la Universidad de Cambridge. El catedrático José Martínez Delgado localizó de forma casual un glosario en lengua romance sobre colores, alimentos básicos y herbáceos atribuido, nada menos, que al filósofo Maimónides. El manuscrito proviene de una guenizá hallada en El Cairo en el siglo XIX. La importancia de este glosario autógrafo del gran filósofo judío cordobés es que integra glosas en judeo-romance que el profesor Martínez Delgado data en la segunda mitad del siglo XII.

Además de la gramática del romance andalusí, el investigador Pablo Sánchez también publicó una singular traducción a esta lengua medieval ya desaparecida de El Principito, de Antoine de Saint-Exupéry, editada como Elli Amirellu. El autor tuvo que hacer un notable esfuerzo de adaptación, toda vez que numerosos objetos descritos por el escritor francés todavía no existían en Al Andalus.

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