Los eventos religiosos acaparan la ocupación de la vía pública en Córdoba con cifra récord en 2025
El año 2025 concluirá en Córdoba con un total de 3.824 eventos que exigieron la ocupación de la vía pública. Del conjunto de todos ellos, los actos de naturaleza católica coparon, de largo, el uso de la calle frente a actividades deportivas, lúdicas o culturales. Así se desprende de un estadillo municipal en poder de Cordópolis que recoge de forma pormenorizada el número de actos públicos que se celebran en la ciudad desde el año 2015.
Los eventos católicos ascienden a 879, es decir, 17 actos por semana en la vía pública o, si lo prefieren, 2,4 cada día. El grueso de las ocupaciones religiosas están monopolizadas por los ensayos costaleros (529), seguido de los vía crucis (91), traslado de pasos (67), procesiones (59) y rosarios (50). Los actos de carácter católico representan el 23% del total de ocupaciones de la vía pública registradas en 2025. Si a ese dato les sumamos las navideñas (414), el porcentaje asciende al 34%. O sea, uno de cada tres eventos en la calle.
La cifra contrasta con el resto de actividades sociales callejeras. Las manifestaciones y concentraciones sumaron 365 eventos, mientras que las actividades lúdicas alcanzaron 216, las informativas 162, las deportivas 61, el mismo número que las carnavalescas, y 55 actos la Feria del Libro. Y no todas las ocupaciones de la vía pública comportan las mismas restricciones de todo orden. No es igual instalar una mesa informativa en la puerta de un comercio que organizar una maratón o celebrar un Magno Vía Crucis con decenas de calles clausuradas y severas limitaciones de movilidad.
En los últimos diez años, la ocupación religiosa de la vía pública se ha incrementado un 11%. Solo 2019 registró un número de eventos católicos mayor que en 2025, según las anotaciones de la Policía Municipal reflejadas en la serie histórica a la que ha tenido acceso este periódico a través del portal de transparencia. El año 2015 es el primero del que se conservan registros sistematizados. Y ese año se produjeron 792 eventos católicos, casi un centenar menos que diez años después. Los ensayos costaleros también monopolizaron entonces la actividad religiosa, con 471 ocupaciones de la calle.
Las estadísticas municipales apuntan a un incremento desbordado de la actividad cofrade, tal como reflejó el análisis publicado por el colega periodista Juan Velasco el pasado 19 de octubre, donde cifró la inflación procesional en un paso cada cuatro días en lo que llevamos de año. Desde los ochenta, el aumento de las procesiones católicas y actos religiosos públicos ha sido exponencial. Paradójicamente, en ese mismo periodo el número de creyentes se ha desplomado, según reflejan todos los sondeos de opinión. Por primera vez en la historia de España, los católicos bajan del 50% de la población.
La creciente ocupación cofrade de la vía pública está provocando un indisimulado cansancio en una parte significativa de la ciudadanía. Media docena de colectivos vecinales del casco histórico protestaron públicamente el pasado octubre por el nuevo corte de calles del barrio y las severas limitaciones de movilidad que el Magno Vía Crucis provocó el día 11 del mes. La zona centro sufre continuas perturbaciones en su vida diaria debido al continuo trasiego de imágenes religiosas.
Tanto es así que hasta el delegado diocesano de Cofradías ha advertido contra la “proliferación excesiva de procesiones”. El fenómeno no es únicamente local. Andalucía también ha experimentado una multiplicación sin precedentes de desfiles cofrades a medida que las iglesias se han ido vaciando en los últimos años. Cordópolis ha querido conocer la opinión del Ayuntamiento de Córdoba sobre el incremento de la actividad católica en la vía pública, pero no ha contestado al requerimiento. Tampoco la Federación de Asociaciones de Vecinos de Córdoba ha respondido a la consulta planteada.
“El aumento de procesiones ha sido desaforado”, asegura Emilio Aumente, exconcejal de Seguridad entre 2015 y 2019, y, por lo tanto, conocedor en profundidad del asunto. En su opinión, el crecimiento de la actividad cofrade está estrechamente relacionado con el descenso drástico de la afluencia a las iglesias. “Es una manera de atraer a la gente joven al catolicismo, aunque una parte de la curia no lo comparte ni lo apoya”, argumenta.
Está llegando a ser un tema molesto y ya se percibe cansancio entre los vecinos
El ex edil es partidario de regular el flujo de procesiones. “Está llegando a ser un tema molesto y ya se percibe un cierto cansancio en los vecinos”, reflexiona Aumente, hoy ya apartado de la función pública. Él es partidario de sentarse con las cofradías, la jerarquía católica y también los colegios religiosos para ordenar una actividad que está claramente “desmadrada”. El exconcejal socialista es consciente del recelo entre la comunidad creyente que levanta cualquier intento de encauzar un fenómeno religioso como este. “Yo me he llevado bien con las cofradías, en parte para evitar el sambenito de la izquierda atea”, puntualiza. “Facilité la movilidad y fui demasiado bueno precisamente para evitar este tipo de problemas. Pero hoy hubiera actuado de otra manera”, explica.
La asociación Europa Laica se muestra muy crítica con el “abusivo” uso de la calle por parte de la Iglesia católica y el movimiento cofrade. “Hay un exceso de ocupación del espacio público de manera no inclusiva”, protesta José Antonio Naz, presidente estatal de la organización. A su juicio, el incremento desde los años ochenta ha sido “impresionante”, de tal forma que se están cruzando todos los límites, hasta el punto de que la propia jerarquía ya está avisando. “Ahí están las recientes declaraciones de Jiménez Güeto, que sabe que se les puede volver en contra”, alerta.
Naz pone el dedo en la llaga de las continuas molestias ciudadanas que ocasiona el bloqueo sistemático del casco histórico. “Llegan a quitar las farolas para que pasen las procesiones y actúan en contra de las propias normas de seguridad” en una zona urbana con callejuelas estrechas y movilidad compleja. “Los vecinos ya están planteado que esto no puede seguir así”, advierte el representante del colectivo laicista.
El auge del movimiento cofrade se está utilizando en los últimos años como instrumento de “populismo” de carácter católico debido a que las iglesias “están vacías”, según José Antonio Naz. “El PSOE usó las cofradías como elemento identitario. Pero también otros partidos de izquierda, como la misma Teresa Rodríguez. Si eres popular, tienes que estar con la tradición”, se queja el activista ciudadano.
Naz alude a otra consecuencia negativa de la explosión procesional: los miles de horas extraordinarias que la Policía Local tiene que dedicar al control de la ocupación viaria. “Hay que plantear el tema de costes”, sugiere. En el fondo, asegura, lo que pone de manifiesto el incremento cofrade es el “fenómeno general de privatización” de la vía pública. “Y eso es muy preocupante”, concluye.
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