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José Álvarez: “Es más difícil entender el arte del Barroco que el arte Contemporáneo”

José Álvarez | ÁLEX GALLEGOS

Marta Jiménez

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José Álvarez en un hombre reinventado a sí mismo. Un buen ejemplo de que el tren de las aspiraciones se puede coger a cualquier edad, recorrer altas montañas, ríos caudaloso, puentes con hermosas vistas y bajar en la estación soñada rompiendo cualquier convención. Y es que en su búsqueda de una identidad social ha tenido un camino tan poético como creativo.

El hoy director general de Cultura de la Universidad de Córdoba se matriculó en Historia del Arte con 40 años. Tras licenciarse se convirtió en profesor, montó una revista digital de arte Contemporáneo, Ars Operandi, y hoy dirige una de las instituciones culturales más activas de la ciudad poniendo el foco en los más jóvenes.

Álvarez posee carisma, ideas claras y un enamoramiento absoluto del arte. Charlar con él significa entrar en un universo vitalista y esperanzador. Cuando dirigía el Aula Galerías Cardenal Salazar de la Facultad de Filosofía y Letras era capaz de montar equipo con sus alumnos con el fin de programar exposiciones logrando borrar las barreras generacionales, algo raramente experimentado entre esos muros. Una actitud que con toda seguridad ha sumado en su ascendente carrera dentro de la UCO.

Investigador sobre arte Español del siglo XIX, comisario de la exposición Panorama que muestra obras de la colección Pilar Citoler hasta el 12 de enero en la sala Vimcorsa, crítico de arte y profesor del departamento de Arte, este hombre polifacético da verosimilitud a la idea de que los 50 son los nuevos 30.

Y ojo que tiene un nuevo sueño: dotar desde la UCO de una nueva sala de exposiciones a la ciudad. La historia ha demostrado que su perseverancia hace honor a sus sueños.

PREGUNTA. El hecho de ser director de UCO Cultura ¿te ha alejado de las aulas?

RESPUESTA. No, sigo dando clase. Reducen los créditos, es decir las horas que se destinan a la docencia, pero sigo dando clase.

P. Intuyo que impartes Arte Contemporáneo.

R. No, imparto asignaturas como Teoría del arte. Concepto y método de la Historia del arte tanto en el grado de Historia del Arte como en el de Gestión Cultural.

Existe frustración en el Arte Contemporáneo porque no se conocen las claves

P. ¿Muchos alumnos en estos grados?

R. Va aumentando, pero fluctúa anualmente aunque va en aumento.

P. ¿Cómo son los alumnos de Humanidades de este tiempo?

R. Es complicado. No sabría decir, hay de todo. Es diferente la promoción que erais vosotros [la periodista pertenece a la primera promoción de Historia del Arte de la UCO], pues claro, desde esa perspectiva activa, que montabais asociaciones, debates, actos, exposiciones… eso ahora no se hace. En general esperamos una mayor participación, los alentamos a que participen en toda actividad que organizamos.

P. ¿Y cuál es el problema?

R. Creo que es una cuestión de actitud. De dedicarle tiempo a la que va a ser tu profesión del futuro. En mi grupo de amigos no paramos de hablar de arte, siempre. Tenemos un chat en el que solo hablamos de eso y no porque seamos unos pesados. Algunas veces intentamos quedar con nuestras parejas y salir del tema, pero como dice Óscar [Fernández, comisario de arte y coordinador-programador de la sala Vimcorsa] al rato ya estamos haciendo un grupito hablando de lo nuestro. Es algo que nos gusta tanto que es nuestra vida. No hay nada que nos guste tanto que montar una exposición.

En general esperamos una mayor participación de los alumnos

P. Has comisariado en Vimcorsa la exposición Panorama, una muestra de la nueva colección de Pilar Citoler.

R. Panorama es una exposición que muestra una selección de la nueva colección de Pilar Citoler, coleccionista con quien en la Universidad de Córdoba tenemos una relación muy estrecha, puesto que el Premio Bienal Internacional de Fotografía Contemporánea que patrocina y otorga la UCO junto con la Unía lleva el nombre de Pilar Citoler, que es un nombre muy relevante dentro del panorama del arte Contemporáneo español y sobre todo, dentro del coleccionismo y el mecenazgo. Su colección Circa XX, pues, como todos sabemos, es una de las colecciones españolas de más relevancia y que actualmente está en el Instituto Aragonés de Arte y Cultura.

P. ¿Nos ha perdonado la señora Citoler que esa colección no se quedase en Córdoba?

R. Absolutamente, no hay ningún conflicto con eso ni la señora Citoler se dio por ofendida ni aquí hay ninguna ofensa ni hay que lavar ningún honor ni nada en absoluto. Fue una operación que no llegó a buen puerto y nada más. Realmente las cosas se podrían haber hecho de otra forma, pero se hicieron como se hicieron y ya está. Nada más.

P. Si te tuvieras que quedar con una imagen de esta exposición Panorama ¿cuál sería?

R. Bueno, si me tuviera que quedar con una foto para ponerla en mi colección, en el salón de mi casa o si tuviera que hablar de una fotografía como imagen de la exposición, porque son dos cosas diferentes, en este caso sería la misma imagen, la misma obra en ambos supuestos y escogería Amanecer, de Priscilla Monge. Es una fotografía de una fotografía Polaroid. La fotógrafa ha ampliado la fotografía Polaroid, un objeto que es una fotografía con el sistema antiguo de emulsionado, la ha fotografiado por el reverso ampliada sobre soportedibond y sobre esa ampliación ha intervenido con pan de oro. Por tanto, la fotografía, la imagen original que está en la fotografía Polaroid no se ve. El fin de la fotografía Polaroid, que era reflejar una imagen, está oculto y lo que se representa es la trasera de esa fotografía. No se revela la imagen original. Es una fotografía que habla de una fotografía. Es una metafotografía.

[sobre que la colección Circa XX no se quedase en Córdoba] No hay ningún conflicto con eso ni la señora Citoler se dio por ofendida

P. ¿Crees que existe miedo, recelo o cierto parapeto al arte contemporáneo por parte del ciudadano de a pie?

R. Existe frustración porque no se conocen las claves. Esto es como si te enfrentas a intentar leer un diario impreso en un idioma que no conoces. Por eso entendemos que una exposición sin un programa adecuado de visitas didácticas no está completa, ya que por medio de este programa educativo [existente en esta exposición] se dan las claves de interpretación. Ojo, no se traduce, no se explica, no hay nada que explicar, pero se pueden dar unas claves de cada obra. Y realmente con el arte contemporáneo creo que lo que existe es una frustración al no entender esas claves.

P. ¿Hacen falta kilos de pedagogía?

R. Absolutamente. Hace falta pedagogía, pero yo creo que en todos los aspectos de la vida. Todo hay que entenderlo porque si no se establecen unos no entendimientos, unas

frustraciones porque encontramos trabas al hacer llegar nuestro mensaje.

P. Pero en el mundo del arte Contemporáneo ¿no crees que hay demasiados artistas, críticos, coleccionistas, comisarios de exposiciones... encerrados en una torre de marfil?

R. No lo comparto. No, no creo que haya demasiados. No creo que haya tanto oscurantismo, tanto pensamiento críptico dentro del arte contemporáneo. No creo que sea así. Yo creo que es una parcela que tiene sus coordenadas y estando en esas coordenadas, conociendo las claves de interpretación, el contexto, teniendo una mínima información al respecto se ve que el arte contemporáneo es el lenguaje de nuestro tiempo. Es más difícil entender el arte del Barroco que el arte Contemporáneo. Por eso pienso que en los grados, en la formación universitaria se debería empezar por el arte actual, el arte de nuestro tiempo, que es el que se está haciendo y luego terminar con lo conceptual que hay dentro del Barroco.

P. Sin embargo, en el arte Prehistórico ya hay claves del arte Contemporáneo.

R. Sería un desarrollo cronológico y evolutivo que también tiene sentido, lineal, pero yo creo que lo que se entiende es el lenguaje de nuestro tiempo, más que el lenguaje de otro tiempo.

No creo que haya tanto oscurantismo, tanto pensamiento críptico dentro del arte contemporáneo

P. Volviendo a la exposición fotográfica Panorama y por aclararlo, el último Premio Pilar Citoler, la obra Las últimas luces de Jorge Fuembuena, no se exhibe en esta exposición de Vimcorsa sino que puede verse en el centro de UCOCultura en la Corredera.

R. La exposición que tenemos ahora mismo en la sala Vimcorsa es una selección de la nueva colección Pilar Citoler. Hemos aprovechado que se cumplen diez años del premio, se ha hecho aquí la exposición de una colección que era inédita en Córdoba, muchas de estas obras se han expuesto por primera vez y tenemos cubierto informativamente un par de meses con el nombre Pilar Citoler. En marzo retomamos con la exposición del ganador de la novena edición, que es José Guerrero, junto con los quince finalistas y la obra ganadora de este año de la décima edición, que es Jorge Fuembuena con su obra Las últimas luces.

P. ¿Dirías que esta fotografía de Fuembuena es una foto activista?

R. Bueno, la posición del espectador es la que puede ser activista, porque realmente esa obra puede hablar de muchas cosas. Puede hablar de la memoria, del paso del tiempo, habla de la naturaleza, pero puede hablar también de parte de nuestro patrimonio, parte de nuestra cultura que con el paso del tiempo se van quedando ahí, se van quedando llena de jaramagos porque la naturaleza sigue su curso. El tiempo transcurre.

P. Hay quien la ve como una fotografía antitaurina.

R. Bueno, en el arte contemporáneo la obra es abierta como decía Umberto Eco y entonces la interpretación es el espectador. Bienvenidas sean todas las interpretaciones.

[En el arte contemporáneo] Bienvenidas sean todas las interpretaciones

P. Está a punto de cumplirse un año de la apertura del centro UCOCultura en la Corredera ¿Cómo ha sido este primer año?

R. Yo creo que ha sido, feo está decir que tus niños son guapos, pero realmente son buenas noticias continuamente. En el campo de la poesía, donde nuestro Certamen UCOpoética es un referente nacional, no paran de salir premios. María Sánchez (1ª ed. 2013) ha tenido un gran éxito con Tierra de mujeres, y ha sido Premio Nacional de Juventud 2019 en la categoría de Cultura; Carlos Catena (ganador Ucopoética 2015), Premio Hiperión de Poesía 2019; Ángelo Néstore (finalista de Ucopoética 2015), XX Premio Internacional de Poesía Emilio Prados; Rosa Berbel, (ganadora de Ucopoética 2016), Premio “El Ojo Crítico” de poesía 2019 de RNE y premio Opera Prima de la Crítica Andaluza... Bueno, imagínate la alegría que supone para nosotros.

Los talleres funcionan muy bien porque todos estos premiados dan sus primeros pasos en los talleres de UCOpoética y luego se convierten realmente en referentes en la poesía joven. La cantera que sale de UCOpoética es importantísima por eso digo que la vanguardia cultural quizá esté en la poesía joven. Aunque en muchos otros campos tenemos creadores de primer nivel, por supuesto. En artes plásticas o en tecnología.

P.Tal vez la vanguardia artística cordobesa tuvo su momento en el pasado.

R. El otro día hablaba con Óscar Fernández justamente sobre el tema, que parece que no hay una generación ahora mismo aquí que yo tenga detectada al menos de reemplazo generacional. Antes había una serie de artistas como Jacinto Lara, García Parody, Rita Rutkowski o Miguel Cosano que estaban trabajando, después vino otra generación nueva, la de Rafael Quintero, la de Tete Álvarez... Luego otra generación, Manolo Garcés, Gómez Losada, Nieves Galiot… a cada cual mejor. Y realmente por falta de infraestructura, por falta de apoyo a la creación, por falta de una Facultad de Bellas Artes, que no quiere decir que sea obligatorio para nada, pero muchos artistas se tienen que marchar. Muchos creadores se marchan de la ciudad y aprovechan la oportunidad de caer en otro sitio.

La cantera que sale de UCOpoética es importantísima por eso digo que la vanguardia cultural quizá esté en la poesía joven

P. Habría que hacer algo parecido a UCOpoética con las artes plásticas.

R . Bueno, hay alguna idea al respecto que estamos tratando en colaboración institucional. No puedo decir mucho más al respecto. Es otra institución junto con nosotros con la que querríamos hacer algo así, destinado a los nuevos artistas, a los nuevos comisarios... Teniendo en cuenta que somos una institución que nuestro principal activo es la juventud, es el alumnado, el estudiantado.

P. ¿Dónde está el arte hoy en Córdoba?

R. En nuestra ciudad hay handicaps importantes. Por ejemplo, un adecuado panorama de espacios expositivos. Tenemos la Sala Vimcorsa, que es maravillosa, pero que pertenece a al organismo municipal de viviendas. Nosotros, la Universidad, pues todavía no tenemos un espacio en condiciones con dimensiones adecuada para traer exposiciones.

P. ¿Lo habrá a medio plazo?

R. Sí, sí, me consta que el rector tiene muchísimo interés. El vicerrector Luis Medina también. No diré se va a hacer, pero hay que hablar y hay interés en que tener un propio espacio para poder hacer programación porque el pequeño espacio que tenemos en el Centro de Cultura de la Corredera alberga la colección del premio Citoler. Las fotografías premiadas de las sucesivas ediciones del premio pasan a formar parte de la colección Universidad de Córdoba. A ella se incluyen dos que están en sesión de la Fundación Botín, que era copartícipe en la edición del premio en la cuatro primeras ediciones. Entonces, cuando hicimos la exposición permanente de la colección Premio Citoler se le pidieron las dos obras que custodia que son propiedad de la Fundación Rafael Botí y muy gentilmente nos las cedieron para que estén allí expuestas. Son obras que pertenecen a colecciones públicas y tienen que estar abiertas al público en un espacio público y para que se puedan visitar.

P. ¿Estáis a la búsqueda de espacio?

R. Tenemos un espacio que tiene que llevarse a cabo la construcción y todo eso, de nueva planta. La idea del vicerrector Luis Medina es poder tener un espacio propio donde realizar una programación continuada de arte Contemporáneo para aumentar la oferta cultural de la ciudad y para poder trabajar en el circuito de exposiciones universitarias, el intercambio con otras exposiciones de otras universidades, en esa línea. Y porque la ciudad merece otra sala de exposiciones porque no tenemos. No tenemos salas, no tenemos galería.

La idea del equipo rectoral es poder tener un espacio propio donde realizar una programación continuada de Arte Contemporáneo

P. ¿Qué lectura haces de que hayan cerrado todas las galerías?

R. Pues que la gente no compra arte contemporáneo, no compra arte.

P. ¿Y no será que el concepto de galería de arte empieza a estar superado?

R. ¿Me preguntas por algo alternativo al espacio de la galería? La compra directa al artista o la compra por Internet. Porque si alguien quiere una obra de arte para tenerla en su casa con propósitos bien decorativo, o bien como parte de una colección o con propósitos de especular, decía, por ejemplo, Pilar Citoler, que es coleccionista, que a ella le gusta comprar en galería porque no es lo mismo entrar a una galería a ver una exposición, enamorarte de una obra que ver en una pantalla una obra de arte. No vas a tener la misma experiencia estética. Tengamos en cuenta que estamos viendo obras de arte, habrá quien vea bienes de inversión y bienes de intercambio, pero hablamos de arte.

P. Sin embargo, alguien puede enamorarse de una obra que vea expuesta en la UCO o en la Botí y también poder comprarla al artista.

R. De acuerdo, o sea, es otra opción, otra posibilidad, pero de la misma forma que podemos comprar el libro en Amazon y cerrar las librerías en la ciudad. Aunque no sea lo mismo.

No es lo mismo entrar a una galería a ver una exposición y enamorarte de una obra que verla en una pantalla

P. Me dijo en una entrevista de domingo hace un tiempo el artista José María Báez que la Fundación Botí debía haberse llamado Fundación Equipo 57.

R. Lo que decía Báez, bueno, la Fundación Rafael Botí se creó con el nombre de Rafael Botí por la donación que hizo la familia Botí de su legado. El propósito de la Fundación es la promoción del arte Contemporáneo, de la investigación, la ayuda a los creadores, un poco retomar el programa de becas que las diputaciones españolas han tenido desde la época de su creación, a finales del siglo XIX. Desde la época de la regencia de María Cristina, cuando Alonso de Burgos hizo la división por provincias, se crearon las diputaciones y a partir de ahí se empezó a hacer un sistema de pensionados de becas para que los artistas provinciales pudieran estudiar en Madrid o en el extranjero, que era la la beca última y final para ir a la Academia de Roma. Esa labor de mecenazgo, de patrocinio de los artistas la tienen las diputaciones y en este caso, lo hace la Fundación Botí. Realmente no es una fundación que se dedique a la investigación sobre la obra de Rafael Botí, tiene una pequeña muestra de su obra como exposición permanente en el centro, pero se dedica a mucha más cosas.

En cuanto a lo que dices, no, no tenemos reconocimiento de nuestros hijos más preclaros. Hay dos figuras en el arte contemporáneo de Córdoba que se conocen internacionalmente que son Pepe Espaliú y Equipo 57. Es que no hay más.

No tenemos reconocimiento en Córdoba de nuestros hijos más preclaros

P. ¿Y la Universidad podría hacer justicia con ese asunto?

R. Debería. Y me consta que hay muchísimo interés, pero no puedo decir más. La importancia que ha tenido el Equipo 57 es un modelo. Estuvo a la vanguardia del arte contemporáneo, un equipo que renunció a la autoría individual con un propósito de hacer un trabajo en común. El trabajo común se integraba dentro de la idea de la vanguardia del arte como herramienta de transformación social, que eso ya fue superado por el postmodernismo.

P. Hablando de la filosofía del Equipo ¿el sector cultural de la ciudad no debería tomar nota de ese espíritu de interacción del Equipo, de su cooperativismo?

R. Sí, estoy de acuerdo y está feo que lo diga, pero una de las primeras acciones que hice cuando entre en la dirección de Cultura fue comenzar a hablar con todas las instituciones para lograr un acercamiento entre todas, entre nosotros y las demás instituciones para hacer proyectos de colaboración y, de hecho, continuamente estamos haciendo proyectos de colaboración. Entramos en el proyecto del comisario Jesús Alcaide, 25 años de Pepe Espaliú para homenajear su figura y su legado, que es importantísimo. Espaliú no solamente fue un artista relevante en su momento, sino que es un referente en la lucha por la visibilización de las personas homosexuales y la desestigmatización de los enfermos de sida, de la concienciación a este respecto y su acciones fueron incomprendidas en su momento, pero que hoy día le damos la relevancia que realmente tuvieron, fueron hitos. Y es una pena que en el monolito que tiene en el parque Miraflores esté mal escrito su nombre.

P. Esa vanguardia actual de Córdoba a la que te referías, la poética ¿se interrelaciona con los artistas plásticos, los cineastas o los músicos? ¿Existen redes culturales?

R. Existe una cierta compartimentación. Sí, es cierto. Y esto es quizás otro síntoma de esta postmodernidad que se ha perdido esta idea de lo colectivo por la individualidad y la reivindicación de territorios cada vez más pequeños. Y puede ser que que haya cierta compartimentación. Pero en estos compartimentos, en esta área de intereses comunes

sí hay un diálogo entre todos y fluyen continuamente las ideas entre unos y otros. Hay mucha red entre ellos. Todo el mundo se conoce, solamente tienes que ver las redes sociales para darte cuenta. Todos los poetas son amigos unos de otros, todos se comunican, patrocinan sus obras, hablan, se retuitean... tiene que haber también enemistades, pero se ve muy amigable, muy competente y saludable. Cuando hacemos los certámenes de videocreación y documentales, Suroscopia, igual, comparten intereses, vienen a los talleres y aprenden.

Eso sí, cada uno tiene su campo de actuación y tiene sus intereses propios y lógico que interactúen entre ellos. Pues lo mismo se puede decir con gente del arte Contemporáneo. Se relacionan artistas, críticos, comisarios. Pero bueno, ese totum revolutum que había en la vanguardia parisina de los años 20 y 30 entre disciplinas artísticas ya no existe.

Es una pena que en el monolito que Espaliú tiene en el parque Miraflores esté mal escrito su nombre

P. Como docente te imagino poco convencional.

R. Soy un poco cascarrabias, pero porque realmente es una disciplina la que yo imparto que para mí es apasionante y cuando veo caras de hastío, caras de cansancio, digo, pero realmente esto es para que os apasione. Sin embargo, estoy muy contento porque tengo alumnos muy buenos, que se han ido fuera, que están trabajando, que están comisariando, y son los alumnos los que te dan grandes satisfacciones, pero no sé, como profesor habría que preguntarle a algún alumno.

P. Te matriculaste en Historia del Arte con 40 años y ahora formas parte de la institución universitaria gestionando y en labores de representación ¿Cómo encajas en este clima tan estamental?

R. Pues yo bien. El sistema universitario es un sistema de méritos y está bien que sea así. El fin de la universidad es la investigación y la transmisión del conocimiento, la docencia. Pero otro gran soporte de la universidad que es fundamental y en el que estoy trabajando. Hay un nuevo término en uso, el de Dimensión Cultural de la Universidad. Esto es la presencia de la institución en la sociedad, en el plano cultural, ser un activo generador de cultura, además de los campos señalados anteriormente. La Dirección de Cultura lo que hace es diseñar y gestionar estas políticas culturales, la Dimensión Cultural, por medio de proyectos como los que hablamos, Ucopoética, Suroscopia, UCO Urban Music, de nuestras exposiciones, cursos, seminarios...

En el perfil investigador la Universidad de Córdoba está en los mejores rankings mundiales y el número de patentes, de investigaciones, de proyectos que hay es importantísimo. Somos una potencia en investigación, en el campo agropecuario y en muchísimos otros campos.

P. ¿Y en las Humanidades?

R. Bueno, la dirección de Cultura está en el campo de las Ciencias Humanas y Sociales. Y luego tenemos también a Elena Lázaro y su departamento de divulgación científica que también da un resultado extraordinario, orientado a Ciencias Naturales y realmente hace una labor también cultural impresionante. Son dos dos áreas que nos complementamos perfectamente.

Ese ‘totum revolutum’ que había en la vanguardia parisina de los años 20 y 30 entre disciplinas artísticas ya no existe

P. Das clases en la Facultad de Filosofía y Letras, una de las pocas instituciones no vinculadas al turismo dentro de ese parque temático en que se ha convertido la Judería y el barrio de la Mezquita ¿En Córdoba hay turismo cultural, patrimonial o turismo a secas?

R. La oferta patrimonial de Córdoba es grande, pero muy está muy focalizada en los alrededores de la Mezquita Catedral y es un turismo un poco de urgencia que ve cuatro cosas y se marcha. Esa zona tiene algo que es común a la mayoría de la ciudades turísticas. De esa especie de parque temático se ha hablado muchísimo por especialistas en el tema.

P. Pero tú que frecuentas ese lugar ¿lo notas cada vez más desvirtuado?

R. Yo he conocido la Judería cuando había cuatro bares, que íbamos allí a tomar un fifty-fifty, había un estanco, se compraba la litrona y te devolvían cinco duros por el casco... Claro, yo es que tengo ya unos años y entonces yo he conocido cuando en la Judería las macetas en las fachadas de las casas no se ponían. Aquí en Córdoba no ha habido tradición de poner las macetas en las fachadas de las casas. Esto es un decorado.

P. Te imagino en la Judería del Varsovia [mítico y desaparecido bar de los 80 en la calle Romero]

R. Sí, todos hemos tenido 20 años.

P. Junto a tu hermano Tete Álvarez [artista visual] pusiste en marcha hace once años la revista digital Ars Operandi, una de las pioneras de la prensa cordobesa online y un proyecto que aún sigue en marcha.

R. Pues ese es un proyecto que no se hubiese podido llevar a cabo sin el concurso de las cinco personas que lo forman y que son Teté Álvarez, Óscar Fernández, Jesús Alcaide, Ángel Luis Pérez, Villén y un servidor. Entonces, la aportación que han hecho cada uno de ellos para la revista es fundamental porque son los que la han llenado de contenido teórico y hemos tenido épocas con muchísima actividad, donde hemos sido referencia en ese ámbito, pero ahora mismo todos estamos ocupadísimos y esto es algo que requiere muchísimo tiempo. Así que lo único que podemos hacer es subir algún artículo de vez en cuando. Muchas veces nos decimos entre nosotros, entre los que formamos este equipo, que deberíamos sentarnos y ver cómo darle una nueva visión porque once años son muchos años y el formato digital incluso está obsoleto porque eran otros tiempos. En fin, habría que darle una revisión, dedicarle tiempo y dinero.

P. ¿Sobrevivirá?

R. Sí, claro, eso esperamos. Estamos siempre dándole vueltas al asunto, que si seguimos esta línea o lo especializamos. Realmente ha sido una herramienta que es muy útil porque nos llegan tesis doctorales donde en la fuente de bibliográfica está Ars Operandi y para ver el desarrollo de la escena local contemporánea de los últimos once años tienes que ir a la revista porque ahí está todo registrado. La reproducción de los catálogos, vídeos de las exposiciones, los diferentes montajes, la expografía que se ha hecho en cada momento... es una fuente de primera de primera mano focalizada en Córdoba.

Para ver el desarrollo de la escena local contemporánea de los últimos once años tienes que ir a 'Ars Operandi' porque ahí está todo registrado

P. ¿Cómo se huye de la trampa de lo local?

R. La trampa de lo local es un término institucionalizado por Óscar Fernández y bueno, realmente la dimensión del arte trasciende lo local. En ese sentido cualquier información, cualquier dato, cualquier archivo o texto crítico de la revista tiene interés para cualquier lector.

P. ¿Qué ciudad, a tu juicio, puede servir de modelo cultural?

R. Pues no sabría decir porque en el ámbito de la cultura se vive su sobresalto tras sobresalto. Pues, por ejemplo, en el ciclo que hemos estado haciendo en el C3A, con quién tenemos una excelente colaboración a través de su director, Álvaro Rodríguez Fominaya, la Universidad de Córdoba lleva haciendo dos cursos seguidos sobre arte Contemporáneo. Este último ha sido 50 sombras del cubo blanco, sistema curatoriales en el siglo XXI, en el cual han participado diversos directores de centros de arte, comisarios como Peio Aguirre, Soledad Gutiérrez, Gilberto González, Tania Pardo, Jesús Alcaide y los comisarios residentes del C3A. Y ocurrió que justamente Soledad Gutiérrez intervino con su ponencia tal día como un martes y al día siguiente se anunció su renuncia al cargo de directora de CentroCentro. Es difícil trabajar cuando la injerencia política está ahí presente. El problema está cuando cuando no hay una una dirección clara de los proyectos culturales.

P. Pero mi pregunta va más por ese modelo de ciudad, si es que existe, que cuente con sus agentes creativos, que cuente con sus artistas, que tenga un modelo cultural consolidado que pueda servir de referencia.

R. Yo no sabría qué decir. No tengo datos de un modelo que funcione perfectamente. El motor de la ciudad es la cultura. Cuando la carrera hacia la capitalidad se decía que Córdoba es una ciudad cultural y nuestro principal activo es la cultura, tanto patrimonial como la creación, la generación de Cultura presente y tras el desencanto que hubo por la pérdida de la capitalidad creo que sea se ha dejado de creer en esto.

P. Y Málaga ¿es un modelo?

R. Bueno, Málaga es un modelo que ha jugado esa carta de la oferta museística, está en un lugar privilegiado con un tránsito de turismo excelente y ha superado esa oferta paisajística de sol, playa, de restaurantes, de oferta gastronómica implementando una oferta cultural en base a una serie de museos. Esto tiene muchísimos críticos y habría que entrar en muchísimos detalles, pero bueno, es una oferta que está ahí y es atractiva.

La dimensión del arte trasciende lo local

P. ¿Un cargo de director de UCO Cultura tiene demasiadas limitaciones debido a su institucionalidad o en la Cultura todo es más flexible?

R. No, no, realmente no me siento con ningún límite, porque no hacemos nada excesivamente trasgresor. También hay que estar dentro de la perspectiva que la universidad somos todos y nuestras acciones son inclusivas y deben reflejar el estado general de las cosas. Dar oportunidad a nuevos creadores, al estudiantado, al alumnado para que participen en nuestra oferta cultural, en los certámenes que hacemos en esta dimensión cultural de la universidad que entendemos como fundamental.

P. Pero puede haber alumnos que asuman esa transgresión, que vengan de los márgenes, del underground

R. Sí, puede haber y serían bienvenidos, claro. Los cauces de participación del alumnado están ahí, en todos los certámenes que hacemos, Suroscopia, UCOpoética... Tenemos la posibilidad de que el alumnado participe en las aulas de proyección universitaria, que hay muchas aulas, centradas en diferentes ámbito. O sea, que la oferta para para participar es amplia.

En el ámbito de la cultura se vive sobresalto tras sobresalto

P. Y la última, un deseo, un futurible ¿Qué te gustaría que la cultura contemporánea de hoy aportara a un futuro próximo?

R. Bueno, una vieja aspiración de las vanguardias es una sociedad más justa y una sociedad más libre. Una utopía que se cargó el devenir del tiempo.

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