Desde el córner | Juani Cantero: “Lucena puede tener un buen equipo en Segunda B”
Humildad, trabajo y pasión por unos colores. El Ciudad de Lucena vive una de su épocas más gloriosas dentro de su corta historia. De hecho, este club cordobés fue fundado en el año 2008 y en tan solo doce temporadas ha estado a punto de subir a Segunda División B y está disfrutando de un equipo puntero en Tercera División. Tras su buena campaña pasada, la entidad aracelitana obtuvo la clasificación para la Copa del Rey y ha disfrutado de la visita del Sevilla en su propio estadio ante 400 espectadores. Todo un sueño para profesionales que llevan trabajando día y noche con el fin de que el pueblo de Lucena vuelva a vibrar con el fútbol como ya lo hizo antaño. Uno de los causantes de que este deporte haya resurgido en dicha localidad cordobesa es su director deportivo Juani Cantero.
Juan Cantero Rivas (Lucena, 1970) ha estado vinculado al fútbol aracelitano toda su vida. De hecho, el lucentino pudo debutar con tan solo 16 años en el primer equipo del Atlético Lucentino Industrial -antiguo club que llegó a Segunda División B representando a Lucena- y encadenó 20 temporadas al frente de aquel plantel que disputó varias fases de ascenso a Segunda División, categoría actual que se cataloga como profesional. Sin embargo y cuando su carrera deportiva terminó, Juani no se conformó y siguió estando ligado al club de su vida. Tras varios años como directivo y segundo entrenador, el ex futbolista se colocó al frente de la dirección deportiva y consiguió confeccionar unos buenos equipos para la tercera categoría del fútbol español, pero se diluyó con la desaparición del Atlético Lucentino Industrial y, a la postre, disolución del Lucena CF. Aunque, como diría aquel, cuando se cierra una puerta se abre una ventana y apareció en escena el Ciudad de Lucena, escuadra que intentará llevar nuevamente a Segunda B a esta localidad cordobesa. Aun así, Juani atendió a CORDÓPOLIS con serenidad y humildad para hablar sobre su vida personal y deportiva.
PREGUNTA. Ver este estadio vacío o semi vacío cada fin de semana es un poco triste.
RESPUESTA. Es triste porque aquí en Lucena hemos vivido unos años buenos en Segunda B. Este campo ha vivido cosas grandes como dos eliminatorias de ascenso a Segunda División A que para Lucena es lo más importante que se ha podido jugar. Ahora con el Ciudad de Lucena hemos podido recobrar la ilusión. El año pasado hicimos una muy buena temporada, pero al final no se pudo conseguir el ascenso porque el Betis Deportivo fue mejor que nosotros en aquel partido. Sin embargo, este año también hemos empezado bien, pero es una pena que estemos viviendo esto con buenos momentos de fútbol y con una buena plantilla. Sentarte cada domingo a ver el fútbol prácticamente solo no es gusto de nadie.
P. Aunque ya sabes lo que es levantar a los aficionados lucentinos: aquel ascenso a Segunda División B en la temporada 2006-07.
R. Hemos estado muchos años detrás de esa categoría. Era un sueño que pasaba todo el mundo, pero que nadie lo conseguía. Llegó esa temporada y se logró. Estuvimos a punto de lograrlo campañas anteriores cuando nos jugamos todo a un único partido ante el Díter Zafra y no se pudo conseguir. Llegó aquel año y con un buen ambiente se logró finalmente. La gente disfrutó muchísimo, pero la pena es que siete u ocho años después perdimos esa categoría.
P. Yéndonos un poco al pasado. ¿Cuáles fueron tus inicios?
R. No he pasado por ningún equipo de las categorías inferiores porque soy de Lucena, pero me he criado en el campo y mis padres vivían a las afueras. Yo estaba en un colegio interno y tenía pocas opciones de estar en las categorías inferiores. Jugaba en el colegio y poco más. Cuando a los doce o trece años ya venimos al pueblo, empecé a jugar en un equipo de mi barrio, el Bar Avenida, y, aunque no estaba federado, puso los ojos en mí un entrenador que llevaba el juvenil de aquel Atlético Lucentino Industrial. Me llamó en varias etapas, pero yo era muy tímido y me costaba mucho irme con ellos a jugar. A los 16 años decidí incorporarme con ellos y al final de aquella temporada debuté con el primer equipo. Durante el próximo año jugué toda la campaña con ellos, por lo que estuve vistiendo esa camiseta desde los 17 a los 37 años. Un total de 20 temporadas de las cuales estoy muy orgulloso.
P. Fue un salto muy grande. Eras muy joven y ya estabas jugando ante gente experimentada.
R. Antiguamente con esas edades estábamos mucho más curtidos porque pronto empezabas a trabajar. Desde los quince años empecé a trabajar en la construcción con mi padre y siempre me ha gustado el deporte. Con esa edad conseguí que se fijasen en mí y jugar dos o tres partidos con 16 años en el primer equipo. Gracias a esto siguieron contando conmigo en la siguiente temporada y ese año lo jugué prácticamente entero. Además pude compartir terreno de juego con gente que idolatraba en esos momentos. Jugar con ellos fue lo más grande. Por otro lado siempre me ha gustado el deporte y he vivido por y para el fútbol. Eso te ayuda a que, cuando llega ese momento, des todo lo que tienes, entrenes al máximo, te fijes siempre en los profesionales que te encuentras por el camino y de todos ir aprendiendo.
P. A nivel personal, ¿quién fue tu referente?
R. Era un entrenador muy humilde y buena persona. Fue jugador anteriormente en el Lucena y él fue el primero que contactó conmigo, diciéndome que tenía condiciones y que me pegara a ellos. Me vio jugar y él me decía que tenía muchas posibilidades de jugar con los grandes. Es verdad que cuando di el salto no lo noté en exceso y él siempre me apoyó muchísimo. Esta persona es Manolo Tabarrito. Sin ese aliento ni esa confianza que me mostró hubiera sido imposible. Es cierto que llegó después Juan Ríos, el cual hizo un buen papel subiendo al equipo a Tercera División desde Preferente y que también contó conmigo mucho. Sin esas dos personas habría sido complicado que hubiera tenido una duración tan larga en el fútbol.
P. ¿Cuánto llevas en el apartado no deportivo dentro del club lucentino?
R. Cuando subimos a Segunda B no llegué a jugar. Me ofrecieron estar de segundo entrenador y estuve dos años en ese puesto. Después, la Junta Gestora cogió al equipo en esta categoría y me hice cargo de la dirección deportiva. Tras cuatro años en Segunda B, empecé en el Ciudad de Lucena hasta hoy. Son ocho años de director deportivo.
P. ¿Cómo lo compaginas?
R. Antes sí me dedicaba exclusivamente al fútbol cuando estábamos en Segunda B porque nos daba suficiente, pero hoy en día no. Tengo que compaginarlo con mi trabajo en una empresa de frío llamada Efficold y me resta muchas horas. Hago lo que puedo porque lo más importante para un director deportivo es encontrar un buen entrenador, unos buenos directores de orquesta como yo les llamo. Tuve la suerte de traer a los hermanos Carrasco y me ayudan muchísimo en la dirección deportiva. De hecho son los que llevan el timón porque mi jornada laboral no me permite poder dedicarle las horas pertinentes a un club profesional, aunque el Ciudad de Lucena actualmente no lo es por la categoría en la que nos encontramos, pero estoy seguro de que lo será en un futuro.
P. Es complicado mantener un nivel alto temporada tras temporada.
R. Por eso tienes que delegar mucho en los entrenadores que son prácticamente los que sí tienen todo el día para hablar con representantes, llamar a jugadores... lo consensuamos todo, pero sin la ayuda de ellos sería mucho más complicado. Cuando termina una temporada y empieza otra, ese verano que estamos todos locos perdidos por coger a los mejores jugadores, tú no puedes estar ocho horas sin coger el teléfono o sin realizar ninguna llamada. Te quedarías sin jugadores porque se te anticiparían, pero con la ayuda de los entrenadores que sí dedican todo el día a eso es mucho más fácil.
P. Tienes el trabajo en esa empresa de frío y después tienes que dedicar gran parte de tu vida al Ciudad de Lucena. ¿Existe realmente el tiempo libre para ti?
R. Tiempo libre tengo poco (risas). Tengo una gran familia que me exige y quiere que pase tiempo con ella. Tengo cinco hijas e imagínate el tiempo que necesitan con su padre. Intento compaginarlo todo como se puede. Es verdad que le dedico poco tiempo a ellas, pero se lleva como se puede. Siempre que hace uno las cosas disfrutando no le pesa.
P. Entrando en el sueño copero, la visita del Sevilla es el premio a todo lo que ha sufrido Lucena en cuanto a fútbol se refiere.
R. Es algo que se nos estaba resistiendo. Vimos el año pasado como al Antoniano le tocó en Copa del Rey al Real Betis y en Lucena hablábamos de que nuestra participación en esta competición, lamentablemente, no habíamos tenido la fortuna de enfrentarnos a un equipo así. Este año, después de la gran temporada pasada que hicimos y quedarnos a las puertas del ascenso, la Copa del Rey era un sueño para nosotros y hemos tenido la fortuna de que haya pasado algo así. Todos estuvimos pendientes del sorteo. Cada vez que sacaban la bola de un equipo importante se nos iba la ilusión, pero cuando restaban dos bolas salió el Sevilla y nos tocó a nosotros. Cuando escuchamos nuestro nombre nos volvimos todos locos.
P. Ahora que has saboreado el fútbol desde el césped y la grada. ¿Preferirías jugar este fin de semana o verlo como ahora?
R. Toda la gente que está relacionada con el mundo del fútbol, y yo más que he pasado por todas las áreas, siempre prefiere vivir el momento desde el césped. Yo lo paso muy mal desde la grada en todos los partidos. Es muy difícil ver un partido de un equipo que quieras y no pasarlo mal. En la grada eres un sufridor, pero en el campo se disfruta y se sufre, aunque de otra manera.
P. Tu figura personal desprende el aroma lucentino. Muy poca gente puede decir que ha pasado toda una vida deportiva jugando en un mismo club y que después se dedica profesionalmente a ello internamente.
R. Ten en cuenta que empecé con 17 años en el primer equipo y con 16 en el juvenil. Son 33 años ligado al deporte en Lucena e imagínate lo que he vivido aquí. Son 33 años ininterrumpidos porque he sido jugador, entrenador, ayudante, directivo y ahora director deportivo. Es verdad que lo único que me queda es ver al Ciudad de Lucena en Segunda B. No hay nadie en el pueblo con mayor ilusión que yo. Cogimos al club (Lucena CF) con una deuda importante y aun así conseguimos hacer que el equipo luchase por ascender a Segunda División. La gente disfrutó mucho y vivió el fútbol como nunca. Yo siempre decía que Lucena, sin tener la deuda que tenía antiguamente, puede tener un buen equipo en Segunda B. Había gente que no creía en eso y estoy deseando demostrar que tenía razón.
P. ¿Qué sentiste después de la reconversión?
R. Ha sido lo peor que he vivido en el fútbol porque de esas 20 temporadas que yo jugué al fútbol, el único objetivo que tenía en mente la directiva era que Lucena llegase a estar en Segunda B. Tardamos 14 años en conseguirlo. Una vez que lo consigues, medio te consolidas en la categoría y ves que el club cae en manos de gente que no es de Lucena y con un rumbo complicado. Yo quería pensar que me estaba equivocando con lo que venía, pero no. Sabíamos que iba a desaparecer y fueron momentos complicados. Lo bueno fue que me rodeé de gente que son locos del fútbol, que le gusta vivir el día a día del equipo y nos metimos en el Ciudad de Lucena con el objetivo de ponerlo en lo más alto. Han pasado cinco años y estamos en una situación inmejorable.
P. Estuvisteis a un solo paso de cumplir nuevamente un sueño.
R. Una vez que desaparece el Lucena CF, había aficionados que me cruzaba por la calle y me decían: ¿Qué hacemos ahora sin fútbol?. A todos les decía que llegaría y muchos de ellos ahora me dan la razón. El año pasado estuvo muy cerca y ahora estamos en el camino. No es fácil porque nos vamos a medir con Ceuta, Xerez, filiales de Betis y Sevilla, Puente Genil... Hay muy buenos equipos en la categoría con el mismo objetivo. Imagínate Xerez, que tiene un presupuesto de 800.000 euros. Esa cantidad dobla a la nuestra, pero es así. A ilusión y ganas de trabajar no nos va a ganar nadie. Más pronto que tarde, Lucena volverá a tener un equipo en Segunda B.
0