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Urbanismo fija la primavera para las primeras obras contra las inundaciones en la avenida del Corregidor

Daños por la lluvia en avenida del Corregidor

Jesús Ventura

12 de diciembre de 2025 13:56 h

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Las últimas inundaciones que han ocurrido en la avenida del Corregidor o Gran Vía Parque han sido el punto de inflexión para que los vecinos pidieran soluciones inmediatas. Tras unas semanas donde los daños han sido severos, la asociación de vecinos (AVV) Corregidor, mediante su presidente Juan Prieto, se ha reunido con el presidente de la Gerencia Municipal de Urbanismo (GMU), Miguel Ángel Torrico, el presidente de Emacsa, Daniel García Ibarrola, y técnicos de la empresa municipal. En este diálogo se han puesto encima de la mesa todas las soluciones tanto provisionales como definitivas y las primeras obras estarán finalizadas, según la GMU, en la próxima primavera.

La insitución municipal ha trasladado a la AVV Corregidor los plazos definitivos para iniciar las actuaciones destinadas a reducir el riesgo de inundaciones en la zona. Según explicó a este medio Juan Prieto, la primera intervención -la instalación de una válvula antirretorno- estará operativa en primavera de 2026, mientras que el conjunto del proyecto, incluida la obra estructural de mayor calado, se extenderá alrededor de 22 meses, teniendo un coste global de 3,5 millones de euros.

Esta información ha sido trasladada a la asociación de vecinos en uan reuinón realizada este viernes, en la que se detalló el plan destinado a corregir un problema que no afecta solo al Corregidor, sino también a zonas como Vistalegre, Valdeolleros, Ciudad Jardín y Gran Vía Parque, que en los últimos años han sufrido episodios de inundaciones frecuentes e intensos.

Daños por la lluvia en avenida del Corregidor

La obra clave: una nueva canalización y un tanque de tormentas

Pese a todo lo que puede ser transitorio, tanto Urbanismo como Emacsa han proyectado una obra más importante que termine de arreglar el problema de las inundaciones. Esta actuación pasa por independizar la red de saneamiento del barrio respecto al colector del arroyo, actualmente “completamente saturado” -que Emacsa y la GMU incluso lo han admitido- y “dimensionado para una ciudad mucho más pequeña”, según trasladaron los técnicos a las asociaciones vecinales.

Por tanto, el nuevo proyecto plantea: una nueva conducción que recoja las aguas que bajan desde la zona alta de la ciudad, la conexión de esa nueva red con el saneamiento del barrio para evitar que todo el caudal llegue al actual colector saturado, y la construcción de un pequeño tanque de tormentas en el entorno del Instituto Séneca para regular el flujo antes de derivarlo al colector principal hacia La Golondrina o, en su caso, al río.

Daños por la lluvia en avenida del Corregidor

No obstante, Prieto ha puntualizado que este tanque depende de la Junta de Andalucía, propietaria de los terrenos del instituto, por lo que “no existe una certeza absoluta sobre los plazos”, dada la necesidad de trámites y acuerdos interadministrativos., aunque la GMU y Emacsa han proyectado que estas infraestructuras estén operativas en 22 meses aproximadamente.

Medidas transitorias y un esfuerzo “importante”

Aun así, los vecinos siempre han reclamado obras urgentes para que las inundaciones no fuesen una tónica general en los próximos meses. La más inmediata que han proyectado será la válvula antirretorno, que no eliminará por completo el riesgo de inundación, pero retrasará la entrada del agua y reducirá su fuerza, ganando tiempo para la evacuación del caudal. Además, también se estudiará modificar las pendientes de las calles que ahora dirigen el agua hacia el punto donde el colector revienta. La idea es que, aprovechando la apertura de zanjas para la nueva canalización, se reajuste la inclinación viaria para orientar el agua hacia el entorno del instituto.

Asimismo, se valorará intervenir en el muro perimetral del IES Séneca, de 80 centímetros de altura, creando aperturas con enrejado que permitan que el agua fluya y no se embalse. Juan Prieto ha reconocido que el plan mostrado por Urbanismo y Emacsa supone “un esfuerzo importante” y que la intención municipal es seria, pero subraya que el movimiento vecinal permanecerá vigilante para evitar que el proyecto vuelva a encallarse, como ocurrió con las actuaciones de arroyos que llevan “13 años en un cajón”. “Los vecinos queremos una solución real”, explica.

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