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El Córdoba y su martirio sin fin

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Paco Merino

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No le sale nada. Los planes se desvanecen con trágica fragilidad, los discursos chirrían y la clasificación lanza cada semana un mensaje desalentador. El Córdoba no termina de arrancar. De hecho, jamás se puso en marcha. Lleva en puestos de descenso desde agosto del año pasado y en esos meses estivales comenzó a labrarse esa historia de drama y culpas, de sueños podridos y mentiras envueltas en marketing. El Córdoba volvió a perder. Lo hizo, además, bajo el mismo guion de las últimas semanas. Pone empeño, se adelanta en el marcador y después se mete en un bucle de despropósitos que le lleva al peor desenlace: derrota. El eslógan de la temporada se ha convertido en un chiste macabro. “Creemos en las matemáticas”, decía. Como para no hacerlo. Los números le están diciendo al Córdoba que es de Segunda B. Así de claro. Para desmentir esa calificación quedan quince partidos. La figura de Curro Torres queda en una situación más que delicada.

La puesta en escena tuvo, como de costumbre, novedades, Por unas razones o por otras -que se resumen en una: los resultados- a Curro Torres le ha tocado siempre zarandear al once para buscar soluciones. El Almería echo mano de Fernández para el lateral derecho y rearmó el sistema defensivo con el fútbol recio de Vallejo y el despliegue físico de Blati Touré. La víctima fue Aguado, quizá demasiado exquisito para un choque áspero y desigual, por más que el técnico rojiblanco se encargara en las vísperas de etiquetar a los blanquiverdes como “rivales directos”. Puede que lo sean, porque en Segunda se ha visto de todo, pero es evidente que en nivel de cumplimiento de las tareas ambos están en parámetros dispares. Al Almería le va mejor que nunca desde los tiempos en los que descendió -junto al Córdoba- de Primera División.

Atrás, Quintanilla y Luis Muñoz encontraron el auxilio de Vallejo para mantener el dibujo lo más cerca posible del original de Torres, con tres centrales y las bandas para Fernández y Menéndez. Los locales salieron presionantes, pero sin asustar demasiado a un Córdoba que se asomó por primera vez arriba con un disparo en carrera de Fernández tras un balón que no cazó Andrés a los seis minutos; uno después, Menéndez enfiló el área con determinación pero se atragantó de balón y cuando quiso centrar terminò estrellándose contra las vallas del fondo, agobiado por la marca de Yan Eteki. Y el premio le llegó al Córdoba al cuarto de hora. En una acción rápida, Bodiger lanzó un centro a media altura con rosca que se paseó por el área, Fernández la tocó para meterla en boca del gol y allí apareció Carrillo para tocar lo justo para batir a René. El Córdoba lograba ponerse por delante en el marcador por quinto partido consecutivo... para ganar una sola vez. Ahí quedaba el reto. Imposible, según se pudo comprobar.

Como en una película de pesadilla, se repitieron vicios enquistados. En una contra, Corpas se recorrió todo el campo hasta llegar al área y fusilar con un trallazo inapelable a Carlos Abad, que vio cómo el balón se metía entre él y el poste. Luis Muñoz, que corría al lado del jiennense, no logró impedirlo. A Vallejo, que estaba situado en el centro del área, le faltó decisión para hacer algo distinto a la pasividad que mostró a la hora de tapar al contrario.

El empate serenó al Almería, que parecía pensar que la cuestión de remontar iba a caer como la fruta madura en cualquier momento. Así funcionan los equipos que tienen confianza en sí mismos, que se comportan con esa conciencia de la propia capacidad que proporciona un buen colchón de resultados. No atosigaron demasiado los de Fran Fernández, que tuvieron una ocasión en un lanzamiento desde fuera de ára de Iván Martos en el minuto 40. El Córdoba quedó en el clásico estado de incertidumbre de los equipos en crisis, dudando entre dar una réplica rabiosa para empatar o dedicarse a conservar el punto y esperar que le llegara la situación favorable.

Andrés se hartó de correr. El punta de Aguadulce era el primero a la hora de entorpecer las salidas del Almería. El objetivo era embarrar el partido, pero los planes saltaron en pedazos a los cinco minutos de la reanudación. Corpas se montó una internada por la derecha, se marchó de todo el mundo, lanzó un centro hacia atrás cuando los centrales cordobesistas estaban reculando y allí apareció Juan Carlos Real para conectar un disparo ante el que Carlos Abad no pudo hacer nada. Otra vez remontado en el marcador -y en el juego-, al Córdoba se le aparecían sus viejos fantasmas, esos que ya son de la familia.

Curro Torres sacó del campo a Andrés Martin para dar entrada en el minuto 55 a Jaime Romero. El Córdoba no acabada de reaccionar y el Almería, oliendo la sangre, apretó para aniquilar a su adversario en esos instantes de fragilidad global: futbolística y anímica. Y lo hizo. Álvaro Giménez resolvió una acción de barullo en el área para poner el 3-1 en el marcador y contribuir al martirio blanquiverde. Con media hora de juego por delante, el técnico cordobesista agotó sus cartas con un doble cambio: quitó a Quintanilla y Touré para colocar a Piovaccari y a Álex Carbonell, el único de los fichajes invernales que faltaba por debutar.

Un tiro flojo y raso de Jaime Romero en el minuto 68  fue el primer testimonio en ataque de un Córdoba que se movía sin convencimiento, atribulado por su necesidad y su falta de argumentos. De las Cuevas pudo acortar el marcador a falta de cuatro minutos con un disparo en posición forzada que se marchó fuera. Apenas sucedió nada más. El Córdoba sigue hundido y sin respuestas.

FICHA TÉCNICA

ALMERÍA, 3: René, José Romera, Saveljich, Juan Ibiza, Iván Martos, Yan Eteki, De la Hoz, Corpas, Luis Rioja (Narváez, 67'), Juan Carlos Real (Chema Núñez, 85') y Álvaro Giménez (Devidovic, 72').

CÓRDOBA, 1: Carlos Abad, Fernández, Quintanilla (Piovaccari, 61'), Luis Muñoz, Álex Menéndez, Vallejo, Bodiger. Blati Toure (Carbonell, 61'), De las Cuevas, Andrés Martín (Jaime Romero, 55') y Carrillo.

ÁRBITRO: Pulido Santana (Comité de Las Palmas). Amonestó con tarjeta amarilla a los visitantes Álex Quintanilla, Vallejo y Carbonell.

GOLES: 0-1 (16') Carrillo. 1-1 (28') Corpas. 2-1 (50') Juan Carlos Real. 3-1 (59') Álvaro Giménez.

INCIDENCIAS: Partido correspondiente a la vigesimoséptima jornada de LaLiga 1/2/3, disputado en el Estadio de los Juegos Mediterráneos ante 8.571 espectadores, con unos 400 seguidores cordobesistas en las gradas.

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