Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.
La portada de mañana
Acceder
Lee ya las noticias de mañana

El secreto mejor guardado del Patio de los Naranjos y el sistema de evacuación de agua de lluvia de la Mezquita

Una de las entradas al aljibe del Patio de los Naranjos | TONI BLANCO

Alfonso Alba

0

Cada vez que llueve de manera intensa en Córdoba, la Mezquita Catedral de Córdoba ofrece un espectáculo inigualable. El enorme edificio islámico fue construido hace 13 siglos siguiendo un patrón: que hubiese un gran espacio diáfano techado. De ahí ese mar de columnas que soportan la cubierta... unas columnas que además sostienen una especie de acueductos que expulsan el agua de lluvia y evitan goteras y humedades, y que a pesar de los 1.300 años que han pasado desde su construcción siguen funcionando perfectamente. Un sistema que, además, conduce a uno de los grandes secretos del monumento.

Cada vez que llueve de forma abundante, las redes sociales se llenan de vídeos que se convierten en virales por lo que supone de espectáculo. Ha ocurrido recientemente. Y seguirá ocurriendo. Hoy, toda ese agua acaba en un sistema de alcantarillado que desemboca finalmente en el Guadalquivir. Ese sistema tiene también sus años, pero hace 11 siglos toda esa agua se aprovechaba. Y de qué manera.

https://twitter.com/rafaelobrero/status/1208097713893658624

El arquitecto y urbanista Rafael Obrero lo explicaba en un hilo de Twitter tras el que enlazaba un vídeo sobre la lluvia en la fachada del muro norte de la Mezquita Catedral. En el año 2001, una excavación dirigida por Pedro Marfil encontró una canalización de agua que desembocaba en una espectacular zona del Patio de los Naranjos sobre la que cada día pasan miles de turistas... sin saber lo que hay debajo.

Construido en el siglo X, probablemente durante la última ampliación de la Mezquita de Córdoba bajo el mandato de Almanzor, el Patio de los Naranjos tiene un aljibe de dimensiones colosales y muy profundo, sobre el que se han escrito miles de leyendas, pero cuya función parece clara: aprovechar el agua de lluvia que expulsaban las cubiertas de la Mezquita.

A diez metros de profundidad existe un aljibe conservado en perfecto estado que tenía capacidad para almacenar unos 1.237 metros cúbicos de agua (la mitad de una piscina olímpica). El aljibe, según el último estudio de la arqueóloga Guadalupe Carmona citado por Notas Cordobesas de Paco Muñoz y una conferencia de uno de los arquitectos conservadores del monumento, Gabriel Ruiz Cabrero, es difícilmente accesible. Actualmente, hay tres losas en el pavimento del Patio de los Naranjos por las que se accedería. Su bajada se realizaría en vertical por una peligrosa escalera en la que hay que descender 12 metros. Solo así se podría contemplar la belleza de una construcción única... y que sigue teniendo agua.

Al aljibe ya no le llega el agua de lluvia de las cubiertas de la Mezquita una vez que se perdieron las conducciones construidas para ello, pero sí el de la lluvia que se filtra desde el Patio de los Naranjos. Por ello, varios estudios han encontrado bombas de agua instaladas a principios del siglo XX, para evitar que la zona esté permanentemente inundada.

El aljibe, compuesto por nueve espacios abovedados iguales, conserva en bastante buen estado el estuco con el que se protegieron los muros. E incluso mantiene el color rojizo inicial. Los arqueólogos sospechan que su uso era claro: evitar que la Mezquita se quedara sin agua en periodos de sequía, y garantizar que siempre hubiese riego para la abundante vegetación para el Patio de los Naranjos y para las abluciones de los fieles que acudían al templo a orar.

Hacer visitable el aljibe es algo que está totalmente descartado. El acceso es muy complicado y habría que construir una nueva zanja que descendería a 12 metros de profundidad en una zona poblada de restos arqueológicos. Eso sí, quedan fotografías y alguna reconstrucción de su alzado realizado por los arquitectos conservadores, además de los estudios que sobre el mismo hizo Félix Hernández en los años treinta del siglo XX.

Etiquetas
stats