Corto Maltés, el cómic que pasó su infancia en la Judería, cumple 50 años
Corto Maltés no existe. O eso dicen. Por eso ha envejecido tan bien. Es un personaje de cómic que acaba de cumplir 50 años, aunque según su autor, Hugo Pratt, Corto Maltés pasó su infancia en la Judería de Córdoba allá por finales del siglo XIX. Ahora, medio mundo rinde homenaje a un personaje de cómic que ha marcado a toda una generación.
Según las historias de Hugo Pratt, imaginó a Corto Maltés naciendo en La Valleta (Malta). Hijo de un marino y una gitana sevillana, se trasladó con su madre a Córdoba. Habría vivido en una casa patio junto al Patio de los Naranjos, donde tuvo la experiencia que le marcó su vida. Una amiga de su madre, otra gitana, quiso leerle la mano, pero descubrió que carecía de la línea la fortuna. Por eso, de mayor, siempre trata de abrirse esa línea con su navaja...
El aniversario de Corto Maltés va a pasar con más pena que gloria por la ciudad en la que Hugo Pratt se imaginó su infancia. Ningún acto oficial ni cultural conmemora que fue junto a la Mezquita donde supuestamente estudió el talmud con un rabino llamado Ezra Toledano (algo improbable, porque si algo no había en la Córdoba del siglo XIX eran rabinos). Después, en 1900 inició su primer viaje. A Manchuria. El primero de muchos. Y ya no regresó a Córdoba.
Corto Maltés empezó a publicarse en la revista Totem en 1967. A España no llegó hasta una década después. El italiano Hugo Pratt estuvo dibujándolo hasta el año 1988. En estos años, Corto Maltés se ha convertido en un personaje de culto para los aficionados europeos al cómic.
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