El C3A revisa las últimas dos décadas del artista andaluz Federico Guzmán
La trayectoria individual de Federico Guzmán desde el año 2000 hasta la actualidad, a partir de los conceptos de vitalidad y verdor, vertebra el nuevo proyecto expositivo del C3A Centro de Creación Contemporánea de Andalucía, dependiente de la Consejería de Turismo, Cultura y Deporte, que abre sus puertas hasta el 24 de septiembre de 2023.
‘Sombra verde. Federico Guzmán y la carrera de las plantas’ cuenta con más de 30 monumentales obras de diferentes formatos realizadas en las dos últimas décadas que se distribuyen por las salas T2, T3 y exteriores del C3A de Córdoba. A la presentación han asistido el director del CAAC y comisario de la muestra, Juan Antonio Álvarez Reyes, y el delegado territorial de Turismo, Cultura y Deporte, Eduardo Lucena.
La producción de Federico Guzmán está presente en colecciones internacionales como el MoMA de Nueva York o el Museo Boijmans van Beuningen de Róterdam; y en colecciones nacionales como el MNCARS, Madrid; el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo, Sevilla; el MACBA, Barcelona; el IVAM, de Valencia, el MUSAC, León o el CGAC de Santiago de Compostela.
Sobre la exposición
El verdor y su capacidad vital creadora, como concepto y estética, recorre toda esta exposición, desde la obra más temprana, ‘Yagé’ (2000) hasta la más reciente, ‘Himno a Gaia’ (2022). Los remedios naturales, las plantas medicinales, los efectos terapéuticos de la ayahuasca y de otras hierbas con propiedades mágicas y curativas están presentes mediante piezas realizadas en diferentes medios y formatos.
Así mismo, la violencia del mercado y las catástrofes ecológicas son investigadas desde una particular óptica en algunos proyectos desarrollados a lo largo de la primera década del siglo XXI. Así ocurre con El Tratado de Libre Comercio entre Colombia y Estados Unidos, que inspira trabajos como ‘Miss Malandra’ o la instalación escultórica ‘La bella embalada’; los monocultivos que todo lo unifican y agotan; la pérdida de biodiversidad; la contaminación de la industria alimentaria o el desastre de Aznalcóllar que contaminó Doñana, que resuena en obras realizadas con alpechín, el líquido residual de la industria aceitera.
La exposición también dibuja un intento de unir lo espiritual y lo carnal mediante proyectos como ‘Tomaco’, lo humano y la naturaleza en ‘Hombre = árbol’, pero también lo terrenal con lo universal mediante sus impresionantes lienzos titulados ‘Logos’, que revelan las experiencias, la curiosidad y el compromiso del artista con las enseñanzas de las plantas.
La pieza de Guzmán fechada en 2006 que da título a la muestra, ‘Sombra verde’, simboliza el aprendizaje a través de la experiencia directa de la naturaleza, y se inspira en textos del ensayista norteamericano Hakim Bey. El subtítulo abunda en la educación botánica que reciben los jóvenes destinados a convertirse en curanderos dentro de la comunidad ingá del Putumayo (Colombia).
Sobre el artista
Federico Guzmán (Sevilla, 1964), que vive y trabaja en la capital andaluza, estudió en la Escuela de Bellas Artes de Sevilla y se dio a conocer a mediados de los años 80 junto a artistas como Guillermo Paneque, Rafael Agredano o Pepe Espaliú, en una trayectoria inicialmente ligada a la galería La Máquina Española, donde realizó su primera exposición individual en 1987. Con anterioridad participó en exposiciones colectivas tales como ‘Dibujos radicales’ (Centro Negro,Sevilla, 1984), ‘Ocho pintores juntos’ (Colegio de Arquitectos, Sevilla, 1984), Ciudad invadida (Museo de Arte Contemporáneo de Sevilla, 1985), o ‘Sevilla: Ohne Title’ (La Máquina Española, Sevilla, 1986).
Guzmán siempre ha concebido el arte como herramienta para incidir en la sociedad y en la relación con su entorno más inmediato, pero también con otras geografías a las que se siente muy ligado, como Colombia y el Sahara Occidental. Sus intervenciones interrogan tanto el espacio donde se realizan como los materiales utilizados, la función del artista como emisor y del público como receptor. Con un trabajo en continua experimentación y en la búsqueda de nuevos caminos, ha generado durante su vida artística una obra compleja, llena de matices, en la que la energía y lo mágico están presentes con frecuencia.
En 2001 presentó en la sede sevillana del CAAC su exposición Matitas divinas. En la última década ha protagonizado individuales en el Museo Extremeño e Iberoamericano de Arte Contemporáneo (Badajoz, 2013), el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (Palacio de Cristal, Madrid, 2015), San Telmo Museoa (San Sebastián, 2016), el IVAM (Valencia, 2018), la galería Juana de Aizpuru (Madrid, 2018) o la Sala Atín Aya (Sevilla, 2022), entre otras.
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