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La fiebre de la fotovoltaica: ¿una nueva burbuja que dispara los precios de la tierra en Córdoba?

Imagen de archivo de los paneles solares de una planta fotovoltaica.

Alfonso Alba

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Muchos latifundistas cordobeses se frotan las manos ante lo que está pasando en los últimos meses en el campo de la provincia, especialmente en el Valle del Guadalquivir y la Campiña. Empresas de ingeniería respaldadas por fondos de inversión de capital extranjero están firmando jugosos contratos de alquiler para construir grandes plantas fotovoltaicas en casi cualquier terreno medianamente disponible. Estos latifundistas no esconden su satisfacción ante algunos de los contratos firmados: 1.500 euros de alquiler al año por hectárea. Algunos proyectos necesitan entre 300 y 800 hectáreas, así que solo es cuestión de echar números para comprobar el alcance del negocio.

Pero, ¿estamos ante la última burbuja que afecta de lleno a la economía cordobesa o de verdad se van a construir todas esas plantas solares fotovoltaicas que están en marcha? ¿Se van a seguir pagando esos contratos, que se están firmando para los próximos 25 o 30 años, o hay letra pequeña? Este periódico se ha puesto en contacto con varios profesionales del sector, ingenieros y gestores de fondos, e incluso con algunos de los agricultores que están firmando esos acuerdos. Ninguno quiere que su nombre se haga público en un sector muy dinámico pero en el que en la actualidad se vive una guerra muy encarnizada.

En lo que va de año, ingenierías de toda España junto a inversores nacionales y extranjeros están promoviendo una auténtica revolución energética en la provincia que la transformará de una manera absoluta y hasta radical. Solo en el último mes, la Junta de Andalucía le ha dado el visto nuevo a ocho proyectos diferentes para la construcción de plantas fotovoltaicas que suponen una inversión de unos 132 millones de euros. Pero en lo que va de año, en la provincia de Córdoba están tramitando instalaciones que una vez construidas quintuplicarán la actual potencia fotovoltaica existente en la provincia de Córdoba, unos números asombrosos y una capacidad de generación de energía renovable espectacular.

Pero, ¿qué hay detrás de esta auténtica fiebre de la fotovoltaica? Las fuentes consultadas coinciden en que no hay ni un promotor que no sea un fondo de inversión. Aunque tengan sede en España, el capital de todos estos fondos está en el extranjero. Eso está desplazando de manera absoluta a los promotores nacionales e incluso locales. “Poner en carga un megawatio de una fotovoltaica tiene un coste aproximado de 150.000 euros”, explica una de las personas con más experiencia en este sector desde hace casi 20 años. En Córdoba se están promoviendo plantas de 50 megawatios, de 150 y hasta de 250. Para esta última, que ocupará casi 600 hectáreas entre Montemayor y Córdoba, se prevé una inversión de 90 millones de euros. “¿Quién tiene esa capacidad financiera?”: fondos de inversión y las grandes eléctricas.

Además están los márgenes. Estos grandes fondos juegan en otra liga, donde la rentabilidad (que ahora mismo estaría en el 4%) se basa en proyectos que necesitan muy poca mano de obra y unas placas prácticamente autofabricadas que ya no se fabrican en Córdoba, sino incluso en otros países.

En el sector, no obstante, hay una frase en inglés que es la que señala que ahora mismo detrás de todo este boom puede haber una enorme burbuja: ready to build. Es decir, que el proyecto esté ya listo para construir. Planear una planta fotovoltaica es de todo menos sencillo. Entre los propietarios de los terrenos y los fondos de inversión o las grandes eléctricas hay unas mediadoras que en el sector conocen coloquialmente como papeleras pero que en la práctica son empresas de ingeniería. Estas compañías sí que son nacionales (e incluso cordobesas) y su trabajo no es otro que el de elegir el terreno, hacer el proyecto y comenzar a pugnar con la administración para lograr los permisos.

Pero es aquí donde empieza el problema. La enorme cantidad de proyectos que se están promoviendo en la provincia de Córdoba generarán mucha más energía de la que es capaz de consumir la propia provincia. De hecho, se calcula que si se construye toda la fotovoltaica que ahora mismo está autorizada por el Gobierno (plantas de más de 50 megawatios) o la Junta (hasta 50 megawatios), desde Córdoba se generará la energía suficiente como para garantizar la electricidad de 1,2 millones de personas. En Córdoba viven algo menos de 800.000 habitantes, por lo que en el hipotético caso de que esa energía se quedase solo en la provincia habría suficiente como para abastecer a todos los vecinos de electricidad renovable y sobraría como para atender las necesidades de más de la mitad de la vecina provincia de Jaén.

La evacuación

¿Dónde está el problema? En que Córdoba sigue siendo una provincia con una capacidad de suministro eléctrico para unos 800.000 habitantes. Es decir, el gran problema de estas megaplantas está en la evacuación de la energía que se genere. El norte de la provincia de Córdoba está más que descartado, con unas infraestructuras insuficientes hasta para que se instale una gran industria en Los Pedroches o el Guadiato. Pero es que la capacidad de las infraestructuras eléctricas en el sur de la provincia van ya muy al límite.

Este verano, el delegado del Gobierno de la Junta en Córdoba, Antonio Repullo, ya avisó de lo que está pasando. El delegado se refería a un informe de Endesa Distribución, en el que se muestra que “hay 1.050 megawatios de capacidad en toda la provincia, lo que supone el 7,7% de toda la capacidad disponible en toda la comunidad autónoma. Pero con una limitación muy importante y es que esa capacidad se concentra en nudos urbanos, por lo que es muy complicado poder usarla para plantas fotovoltaicas y otros proyectos fuera de núcleos de población”, ligados principalmente a la capital. “Quedaría un 20% de la capacidad de Endesa, en algunas localidades como Montilla o en nudos periféricos de Córdoba capital, que sí podrían facilitar la incorporación de la industria fotovoltaica” en esos territorios. Pero ya está.

Y estos problemas ya los comienzan a afrontar los grandes proyectos de Córdoba. Por ejemplo, una de las promotoras en la zona entre Montemayor y Montilla prevé una línea de evacuación hasta Cabra (donde no hay proyectos). La línea tiene una longitud de más de 40 kilómetros. Es decir, tiene que atravesar decenas y decenas de parcelas que tienen sus propietarios, con los que hay que negociar o expropiar.

Por eso, muchos de los actores que trabajan en el sector se muestran escépticos con la situación actual. “Sí, es cierto que se están firmando contratos de alquiler por 1.500 euros la hectárea”, pero “tienen letra pequeña”. Muchos agricultores no verán el dinero hasta que la planta no esté lista para construirse. De lo contrario, tendrán que seguir haciendo lo que hasta ahora: sembrar cereal.

Mientras tanto, en la administración casi no se da abasto. Ahora mismo, en Córdoba hay aprobados seis proyectos para construir megaplantas solares (aquellas de más de 50 megawatios) con una potencia de 758 megawatios. Solo una de ellas, la más grande de todas, tendrá una potencia de 250 megawatios, ocupará 540 hectáreas entre Montemayor y Córdoba y necesitará de una inversión de 90 millones de euros. Junto a estos, la Junta de Andalucía ha tramitado o le ha dado el visto bueno a casi una veintena de plantas algo más pequeñas con las que la provincia sumará una potencia total de 1.543,5 megawatios. Es decir, se quintuplicará la capacidad actual de la provincia para generar energía solar a través de la fotovoltaica.

Pero es que se han rechazado muchos más proyectos. Según ha explicado la Junta de Andalucía, hasta 35 proyectos de plantas fotovoltaicas presentados en este año 2021 ante la Junta de Andalucía para instalarse en la provincia de Córdoba no podrán ejecutarse por falta de capacidad de transporte de la red eléctrica actual. La administración autonómica ha recibido solo en este año 60 proyectos de este tipo, de los que 35 no se llevarán a cabo por esta razón y otros 17 optan a ejecutarse dependiendo de las cinco subestaciones eléctricas de la provincia que tienen capacidad.

Además, esta fiebre comienza a tener sus detractores. En Guadalcázar, por ejemplo, los vecinos han comenzado a protestar por una de estas grandes plantas. Los vecinos denuncian que el proyecto no deja empleo en el municipio, les colapsa la red eléctrica y encima tiene un enorme impacto visual y ambiental. Los ecologistas ya han comenzado a denunciar también la voracidad de algunas de estas iniciativas. Entre Almodóvar y Guadalcázar, por ejemplo, hay pequeñas manchas de encinas que según los ecologistas han sido secadas precisamente para poder construir plantas sin problemas.

Mientras tanto, lo que no acaba de despegar es el autoconsumo industrial. O las plantas de un menor tamaño. Todas se enfrentan al mismo problema que las megaplantas: la falta de puntos de evacuación. Pero con la salvedad de que disponen de muchos menos recursos que los fondos de inversión, que pueden movilizar millones de euros. Pero lo que está claro es que Córdoba es una de las provincias con más irradación solar de Europa y por tanto está llamada a liderar la producción de este tipo de energía renovable.

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