Córdoba se consolida como el principal bastión andaluz del águila imperial
La provincia de Córdoba se reafirma como la piedra angular para la conservación del águila imperial ibérica (Aquila adalberti) en Andalucía. Según el informe anual elaborado por la Consejería de Sostenibilidad y Medio Ambiente y la Agencia de Medio Ambiente y Agua (AMAYA), en colaboración con SEO/BirdLife, en 2024 se han contabilizado 24 territorios ocupados, de los cuales 20 contaron con parejas reproductoras y 18 lograron sacar adelante al menos un pollo. En total, 27 jóvenes alcanzaron el vuelo, consolidando la provincia como el núcleo más productivo de esta emblemática rapaz a nivel regional.
Los datos reflejan una progresión positiva en todos los parámetros clave respecto a los años anteriores. La productividad media alcanzó 1,35 pollos por pareja reproductora, situándose por encima del umbral de viabilidad ecológica para poblaciones estables (0,75) y superando las cifras de 2023, donde se registraron 25 pollos volados.
El informe también señala que Córdoba aporta el 43 % de los pollos nacidos en toda Andalucía, muy por encima de provincias como Jaén (15) o Sevilla (10). Este liderazgo se atribuye tanto a la estabilidad de los territorios históricos como a la colonización de nuevas zonas adecuadas, muchas de ellas gestionadas por fincas privadas con uso cinegético compatible con la conservación.
Territorio clave para la conectividad biológica
Los técnicos destacan la importancia geoestratégica de Córdoba para la conexión entre los subnúcleos de Sierra Morena occidental (Hornachuelos-Sierra Norte) y oriental (Cardeña-Andújar). La presencia de parejas en zonas intermedias como el valle del Guadalmellato y Los Pedroches ha permitido una continuidad territorial sin precedentes, clave para la diversidad genética y la estabilidad poblacional.
Además, Córdoba sigue atrayendo a ejemplares jóvenes dispersantes procedentes de otras provincias y comunidades autónomas, como Castilla-La Mancha o incluso Doñana, confirmando su papel como zona de atracción y asentamiento para nuevos territorios reproductores.
Amenazas latentes: tendidos eléctricos y perturbaciones
A pesar de los buenos resultados, las amenazas persisten. Durante 2024 se documentaron dos casos de electrocución —una de las principales causas de mortalidad no natural— y se localizó un cebo envenenado en una zona activa, aunque no provocó bajas. También se notificaron molestias humanas reiteradas en al menos dos nidos, una de ellas por presencia de fotógrafos sin autorización.
A estas amenazas se suma la incertidumbre por nuevos proyectos de infraestructuras energéticas, como un parque eólico proyectado en las inmediaciones de Hornachuelos, cuya tramitación aún no contempla medidas de protección para la especie.
El equipo del Plan de Recuperación ha intensificado las acciones preventivas y de seguimiento en la provincia. Durante el año se realizaron revisiones en seis nidos artificiales, se anillaron y marcaron por GPS un total de seis pollos, y por primera vez en Andalucía se utilizó dron silencioso para inspección remota en nidos inaccesibles.
El informe destaca también la colaboración creciente con propietarios de fincas, que facilitan el acceso, el seguimiento y la protección activa de las áreas de cría. Este modelo de gestión mixta público-privada se ha demostrado altamente eficaz.
La consolidación de Córdoba como motor de crecimiento poblacional para el águila imperial no solo mejora los indicadores andaluces, sino que contribuye a la recuperación de la especie a escala nacional e internacional. De hecho, España y Portugal reúnen ya más de 1.000 parejas reproductoras, alejando cada vez más al águila imperial de su histórica situación crítica de los años 80 y 90.
“Córdoba lidera no solo en número, sino también en calidad reproductiva y gestión técnica”, concluye el documento técnico, que subraya que la clave de este éxito reside en una combinación eficaz de seguimiento, control de amenazas y sensibilización local.
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