Once piedras de la memoria por los espejeños víctimas de los campos de concentración
Antonio Arroyo Zamora, José Castro Carmona, Ricardo Escobar Córdoba, Antonio García Gutiérrez, Francisco Jurado Olmo, Antonio ucena Serrano, Hirilio Peña Córdoba y su hermano Virgilio Peña Córdoba, Rafael Pérez del Mora, Cesareo Ruiz Blanco y Pastor Serrano Serrano. Todos ellos eran vecinos de Espejo (Córdoba), la localidad donde Robert Capa tomó la famosa foto Muerte de un miliciano en la Guerra Civil. Todos ellos, exiliados republicanos de la contienda, contribuyeron a la defensa de Francia contra la Alemania nazi, defendiendo la libertad frente al fascismo, y acabaron siendo apresados y deportados entre 1940 y 1944 a campos de concentración. Seis de ellos fueron asesinados allí, los otros cinco fueron liberados. Este sábado 15 de junio, un homenaje quiere recordarlos para siempre rescatando las historias de sus vidas y colocando en su pueblo natal las piedras de la memoria.
La iniciativa parte de la Asociación Triángulo Azul Stolpersteine de Córdoba, que recupera la vida y la memoria de quienes fueron llevados a los campos de concentración por los nazis. Junto a ellos, en esta labor de recuperación de la historia trabaja el Foro por la Memoria de Espejo, en un proyecto que trata de rescatar sus vidas y de localizar a familiares.
“Es necesario recuperar la dignidad como país, como andaluces y como ciudadanos y para ello es importante rendir un homenaje a nuestros vecinos deportados a campos de concentración nazis, que previamente habían abandonado España en 1939, tras la Guerra Civil, y que contribuyeron a la defensa de Francia contra la Alemania nazi, defendiendo así la libertad frente al fascismo”, señala la presidenta de la Asociación Triangulo Azul Stolpersteine de Córdoba y Jaén, Cristina García Sarasa.
Este sábado, la colocación de las stolpersteines será en la calle Maestro Clodoaldo Gracia de Espejo, con la presencia del alcalde, concejales y concejalas de Espejo, familiares de los deportados que residen en Francia, amigos y miembros del Foro por la Memoria Democrática de Espejo y la asociación memorialista Triángulo Azul Stolpersteine de Córdoba y Jaén.
La historia de los represaliados de Espejo
Nacido en 1914 en Espejo, Antonio Arroyo Zamora, tuvo su domicilio familiar en la calle Lavadero número 9. Fue miliciano voluntario en el Quinto Regimiento de Milicias Populares. Deportado a Mauthausen en diciembre de 1940, trabajó en cocinas de donde siempre sacaba algo de alimento para salvar la vida de otros internos. Entre ellos ayudó a Manuel Camacho Jiménez, de Peñarroya-Pueblonuevo, quien también sobrevivió. Ambos vivieron en el exilio y nunca volvieron a España. Ambos fueron grandes amigos. La hija de Camacho Jiménez asistirá a la colocación de las Stolpersteines en agradecimiento a esa amistad y que su padre lograra salvar la vida gracias a la valentía de Antonio Arroyo. Éste se casó en 1949 con Louisette Filiciennne. Vivió hasta los 87 años en Saint-Marcel-Sur Aude (Francia).
José María Castro Carmona ingresa en el Instituto de Carabineros, con destino en los batallones de Carabineros de las Brigadas Mixtas en noviembre de 1936. Casado con Teresa Gracia fijo su domicilio en Espejo en la calle Torrecilla, número 28. En 1939 se integra al Regimiento de Infantería Alpina 159 RIA con base en Briançon, ubicado en la región de Provenza-Alpes-Costa Azul. En esas mismas fechas solicita al embajador de España en Francia refugiarse en Méjico. En enero de 1941 es deportado a Mauthausen. Con él iba su paisano Antonio José Gracia Gutiérrez. Murió el seis de noviembre de 1941, a las ocho de la mañana en Gusen.
“Gusen era el mayor de los subcampos dependientes de Mauthausen. Llegó a albergar más prisioneros que el campo central. Entre sus alambradas donde murieron la gran mayoría de los deportados españoles. Entrar allí era firmar tu sentencia de muerte. Si no sobrevivías a los trabajos forzados en la cantera acababas gaseado, sumergido en agua helada o fusilado, aunque también perdías la vida por enfermedades o por hambre. La mayoría de los prisioneros españoles murieron en Gusen en el invierno del 41 al 42. Un invierno donde se alcanzaron temperaturas de menos 25 grados”, explica la presidenta de la Asociación Triangulo Azul Stolpersteine.
En la calle Pilar de Espejo tuvo su residencia familiar Ricardo Escobar Córdoba que se alistó en el 5º Regimiento de Milicias Populares donde fue ascendido a sargento en marzo de 1938. Cuando fue capturado trabajó para la organización Todt en La Gironda. La misma se encargaba de las mega construcciones militares y civiles del régimen nazi. En 1944 fue transferido a la prisión de Fort Du Ha en Burdeos y de allí enviado al campo de prisioneros de Compiègne y un mes después terminó en el campo de concentración de Neuengamme donde fue trasladado en un tren de ganado con más de 2.000 personas. Tras la derrota nazi fue llevado al hotel Lutetia en París donde estuvo de abril a agosto de 1945. Fue uno de los cientos de liberados atendidos por el gobierno del general De Gaulle. Murió a los 94 años en Trèbes (Francia). Pasó gran parte de su vida en el pueblo francés de Thézan-lès-Berziers.
“El campo de concentración de concentración de Neuengamme estaba localizado en Hamburgo (Alemania). Por este campo pasaron 80.000 hombres y 13.500 mujeres. Fueron asesinados el 52% de los prisioneros/as”, cuenta Cristina García. “En la lista encontramos a 750 españoles, 7 de ellos cordobeses (uno de Almodóvar del Río, uno de Baena, uno de Córdoba, uno de Doña Mencía, uno de Palma del Río, uno de Rute y Ricardo de Espejo)”.
En 1911 nace en Espejo Antonio José Gracia Gutiérrez en la calle Torrecilla número 3. Se le conocía con el apodo de “el hortelano” ya que sus padres vendían hortalizas en la plaza. Apresado en Polonia a finales de 1940 fue enviado a Mauthausen en enero de 1941. Posteriormente fue trasladado a Gusen donde se le obligó a producir armamento. Fue lijador y como el resto de los supervivientes de Espejo nunca volvió a España. Murió a los 90 años en Narbonne (Francia).
Otro de los supervivientes fue Rafael Pérez del Moral internado en el campo de Mauthausen, que formó parte del Kommando Poschacher, grupo de jóvenes que ayudaron a Francesc Boix a sacar negativos del campo, fundamentales en el juicio de Núremberg contra los jerarcas nazis. Tras su liberación se instaló en Toulouse donde murió en 2003.
Francisco Jurado Olmo se casó con “La Cigarrona” en 1930 y estableció su domicilio en la calle General Cascajo número 32. Siete años más tarde ingresa en las Brigadas Mixtas de Carabineros perteneciente al ejército popular de La República. Al inicio de la dictadura franquista se refugió junto con su esposa y sus hijas, Eugenia y Tránsito, en la ciudad francesa de Angoulême. Allí fue detenido por la GESTAPO y embarcado con su familia en un tren hacia Mauthausen. Hacinados, con apenas comida y sin ninguna higiene, el convoy de los 927 españoles vagó durante cuatro días por media Europa hasta llegar en la madrugada del 24 de agosto de 1940 a la estación de Mauthausen. Los SS separaron a las mujeres y a los niños menores de 13 años y les obligaron a subir de nuevo a los vagones. Ellas partieron hacia Irún, donde serían entregadas a la policía franquista. No volverían a ver nunca más a su padre y esposo que falleció a los 37 años en Gusen.
Antonio Lucena Serrano murió en Gusen a los 23 años cuando iban a dar las nueve de la mañana en noviembre de 1941. Un años antes se integró en la 2ª Compañía de Trabajadores Extranjeros perteneciente a la 6ª Armada en la región de Dauphiné-Savoie. La misma suerte corrió Cesáreo Ruz Blanco que murió a los 34 años en Gusen o Pastor Serrano Serrano a los 25 años.
Una calle con su nombre y un documental
Virgilio Antonio Peña Córdoba fue uno de los últimos combatientes republicanos. En Espejo, vivía con sus padres en la calle Carril número 10. Su padre, apodado El Rubio Peña, era muy conocido y respetado en el pueblo por su convicción comunista. Su padre, jornalero y activo líder sindical, fue uno de los organizadores de las huelgas de 1918 en su pueblo. Tras su muerte, Virgilio pasó a ser el cabeza de familia con solo 11 años. Eran cinco hermanos. Estuvo afiliado a las Juventudes Comunistas y a las Juventudes Socialistas Unificadas. Participó en la defensa de Andalucía siendo herido en Pozoblanco y en la batalla del Ebro. Acabó la guerra con grado de capitán.
Su madre, Elisa, era churrera. A ella le raparon el pelo, le dieron aceite de ricino y la pasearon por el pueblo. Esto les hizo huir a Linares y tanto a ella como otro hermano de Virgilio, Licinio, se involucraron en actos propagandísticos a favor de la democracia en la provincia de Jaén.
En 1939 Virgilio cruza la frontera francesa en Port Bou e ingresa en los campos de internamiento de Barcarès y de Saint Cyprien. Estuvo a disposición de la intendencia francesa en la 226 Compañía de Trabajadores Extranjeros. Trabajó construyendo casas para los oficiales del ejército polaco que habían huido a Francia y participó en la construcción de una pista de aterrizaje. En junio de 1940, tras la invasión alemana, el oficial francés de su compañía recomendó a los españoles que se dispersaran para evitar ser capturados por los nazis. Virgilio fue acogido por una familia de viticultores en Fronsac (Gironda), donde comenzó a trabajar. Mantuvo contacto con otros compañeros comunistas con los que intercambiaba información hasta que un camarada le captó para la Resistencia y se trasladó a Burdeos en el verano de 1941. Allí trabajó en una base submarina y lideró un grupo de resistencia realizando diversas tareas de sabotaje en las maquinarias. Fue detenido tras un chivatazo a la policía francesa que le interrogó y torturó. Fue encarcelado y posteriormente entregado a los alemanes que le recluyeron en la prisión de Compiègne desde donde fue enviado al campo de concentración de Buchenwald. Allí compartió cautiverio con Léon Blum, político socialista francés, y con el español Jorge Semprún. Participó en la resistencia del campo y también en su liberación el 11 de abril de 1945.
El 25 de junio de 2016 recibió la más alta condecoración del Estado francés: la Legión de Honor y el 6 de julio, apenas diez días después de su condecoración, su viejo corazón se cansó de latir con 102 años. Su historia podemos encontrarla en el documental “El espejo rojo” de Jean Ortiz y Dominique Guatier.
Su hermano Hirilio Rodolfo Peña Córdoba murió a los 26 años en Gusen. Fue sargento de infantería en el ejército republicano. Detenido por la Gestapo en 1941 fue internado en Mauthausen.
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