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Navallana supera el 50% y Córdoba capital tiene agua garantizada para varios años

Embalse de San Rafael de Navallana

Alfonso Alba

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Córdoba capital está a 14 hectómetros cúbicos de agua de abandonar la situación de pre alerta y entrar en la de normalidad, según los criterios técnicos establecidos por la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG). Esa es la cantidad de agua que aún debe entrar en el embalse del Guadalmellato para superar el 50% de su almacenamiento, lo que dejará el sistema de abastecimiento de agua potable en la ciudad de Córdoba en una situación en absoluto preocupante.

Las abundantes lluvias de finales de enero y del mes de febrero, que sin ser históricas han sido importantes, han provocado que la gran reserva de agua de la ciudad de Córdoba goce de una salud estupenda justo cuando el propio presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, comenzaba a vaticinar restricciones en verano por la sequía. De hecho, este lunes el embalse de San Rafael de Navallana, uno de los dos que abastecen a Córdoba, superó el 50% de almacenamiento. El Guadalmellato está a algo más del 41%.

Los cordobeses beben del agua que sale del Guadalmellato. En caso de emergencia, se puede usar la de San Rafael de Navallana. Y si ambos están secos, algo que no ha pasado nunca desde que se construyeron, la ciudad se podría abastecer directamente desde el Guadalquivir. Para todo ello está preparada la empresa municipal de aguas, Emacsa. Por eso, a la hora de calcular el agua que le queda a los cordobeses, se suma la reserva en el Guadalmellato y en Navallana.

Ahora mismo, en el Guadalmellato hay 61 hectómetros cúbicos, por 78,3 hectómetros cúbicos en San Rafael de Navallana. Es decir, la reserva cordobesa es de 139,3 hectómetros cúbicos de agua. La ciudad usa 22 hectómetros cúbicos, como máximo, al año, aunque con las restricciones y la reducción de consumo actual ronda los 19 hectómetros. Es decir, en el caso de que no se use el agua para regadío, algo improbable pues los regantes del Guadalmellato tienen derechos históricos, la ciudad tendría agua para varios años.

Las últimas lluvias se convierten ya directamente en escorrentías. Los acuíferos gozan de buena salud y en cuanto precipita crecen los arroyos y los ríos. La mayor parte del agua, por tanto, va a parar a los embalses. De hecho, la reserva de agua de la provincia de Córdoba es ya de 705 hectómetros, mayor que la del año pasado por estas fechas.

No obstante, la situación sigue siendo complicada. La media de los últimos años señala que en un año normal los embalses deberían estar al 50% de su capacidad a estas alturas de año. Pero de momento en Córdoba se roza el 22%. Eso sí, la situación crítica se ha dejado ya atrás.

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