Este año no ha salido de la caja. Me refiero al artefacto cazamosquitos que encendíamos en la oscuridad de la terraza. Era un horror de teletienda, un farol cárcel, un asesino ruidoso que dejaba literalmente frito a todo bicho volante que osara acercarse; lo curioso es que pasado un tiempo el mosquito tigre o común y demás especies huían del lugar (como si hubieran aprendido algo al respecto y se pasaran el recado: “¡Ojo que allí…!). Nunca lo sabremos.
Aquel trasto bélico fue arrumbado y el acto de repeler mediante enchufes de ultrasonidos jamás se planteó, perdida la fe en los aparatejos de temporada. Finalmente, descartados los insecticidas químicos -eso sí, siempre que el riesgo y la presencia de mosquitos sean bajos-, nos convertimos en bloque a la citronela y sus ayudantes: el eucalipto (citrodiol) y el geranio egipcio, como natural escudo aromático que protege de los insectos.
Dije antes riesgo bajo, que es el existente en la actualidad en la mayoría de zonas urbanas occidentales, para diferenciar un cómodo verano aromatizado con repelentes naturales, de la lucha urgente y titánica que se requiere contra enfermedades como la malaria, el virus del Nilo y del Zika, el dengue o la fiebre amarilla en miles de lugares del mundo.
No obstante, sabemos que el virus del Nilo ha causado en nuestro país muertes que no se olvidan, que esta lucha nos atañe y que en el valle del Guadalquivir un municipio como Coria del Río se ha aliado con los vencejos para aniquilar mosquitos. Una torre hotel de pájaros insectívoros es la ecologista idea de un gruista y de una esteticista cuya elogiada realización abre caminos.
Mientras, me gustaría que las administraciones nos informaran más de lo invertido en el control de los mosquitos, de cómo se cuidan nuestras aves y nuestros árboles, amenazados por las altas temperaturas y la falta de agua. Ahora recuerdo a la ‘guerrilla’ ciudadana que por su cuenta regaba arbolitos plantados en Córdoba o la visión de una señora que, el otro día, abría una fuente para que bebieran los pájaros.
La gente tiene a los pájaros en la cabeza y es sensible y responsable y se ocupa de las grandes cosas pequeñas.
Por lo demás, si queremos navegar en busca de distintos productos antimosquitos, se pueden encontrar las formulaciones de Pranarom, Relec, Goibi, los dispensadores eléctricos de Casa Jardín o la exclusiva línea veraniega de Diptyque. Y atención: toda decisión o duda sobre mosquitos y antimosquitos debe contar con la consulta a nuestr@ médic@ de cabecera, farmacia o autoridades sanitarias.
Que nada ni nadie nos pique. No solo los mosquitos salen de noche. Véase Vampiros. Siempre contigo, Rosalía.
Nota: Las menciones a marcas y productos no llevan aparejada ninguna contraprestación
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