Lista 1
Diez razones para decir SÍ a Eurovegas:
1.- Creación de puestos de trabajo. Fundamental. Eurovegas creará 260.000 empleos, más o menos. Algo más de un cuarto de millón de notas van a currar allí. Eso es seguro. Si un día malo hay un millón de clientes, tienes un tío currando para cada cuatro. Pocos me parecen (dada la magnitud del proyecto), pero es importante partir de previsiones realistas. Ante todo, seriedad.
2.- Empleo de calidad. Mr. Convenio, llaman a Sheldon Adelson sus subordinados, en reconocimiento a su pulcritud en la aplicación de la legislación laboral. Raro será que, por efecto contagio, no termine produciéndose en España una revisión al alza de toda la negociación colectiva, del sector servicios al hortofrutícola, pasando por la minería. Ya veo reabriendo los astilleros ante asaz revitalización industrial. Los sindicatos ya se frotan las manos. Aquello va a ser su paraíso obrero. Por cada ruleta, un Estatuto de los Trabajadores. Eurovegas atraerá además empleo hipercualificado y bien remunerado, tipo Sillycon Valley. “I+D+i, valor añadido”, suele decir Mr. Convenio sobre la esencia de El Palo Alto de Alcorcón.
3.- Fiabilidad. Sheldon Adelson es un tipo de fiar y eso es muy importante. Es buena gente. No hay más que verlo. La clase de hombre a la que le comprarías sin dudarlo un coche de segunda mano. Sin firmar papeles, con un apretón de manos. Un hombre hecho a sí mismo. Llanote, campechano, un poco como el rey. Además es que se ve claramente que su compromiso con el proyecto es inquebrantable. La hipótesis de que al final acabe haciendo sólo una parte mínima de la inversión prometida, dejando el complejo reducido a cuatro puticlubs con tragaperras en medio de la nada, y el resto lo tengan que asumir los mismos bancos que acabamos de rescatar con dinero público mientras él se larga con la pasta y se descojona de nosotros es simplemente descabellada.
4.- Sostenibilidad. Eurovegas es un emblema de lo sostenible. La UE ya tiene listo el sello de Turismo Verde para ponerlo en grande a la entrada. Luz y agua casi no va a gastar. Es como un gatito. Te olvidas de él, funciona casi solo. Un mecherillo. Prácticamente autosuficiente. Con tres paneles solares y un pequeño generador se apaña. Eso, a lo mejor una autovía o dos y listo. Señores, Doñana va a dejar de ser la gran joya medioambiental española. Parque Nacional de Eurovegas. Es más, vamos a pedir unos linces para ambientar las mesas de black jack. Van a estar como en casa, aunque habrá que aprobar un plan para que no mueran atropellados de camino al hotelazo.
5.- Belleza. Esto no es subjetivo: Eurovegas es un proyecto bonito. Estéticamente bonito, me refiero. Bonito, con todas las letras. Como el David de Miguel Ángel o la Necrópolis de Guiza. Belleza clásica, inmortal. Aquello va a ser precioso. Hermoso. Y muy fino. Sus luces, sus sirenas, sus grandes hoteles con decoración neoclásica, sus fiestas de las espuma con globos de colores, sus aseos con suelo de moqueta verde botella, sus camareras con cofia y orejitas de Playboy, sus alfombras rematadas por cabezas de oso... Y mucho tigre, mucho estampado de tigre y de leopardo. Y mucho ambiente de despedida de soltero, que se vea la clase. Los horteras no van a querer saber nada de aquello. Sólo Turismo de Calidad, como en el Titanic. De hecho Eurovegas tiene el sello de Turismo de Calidad de la UE. Va a ser muy bonito. Cuidado no les dé un Síndrome de Stendhal.
6.- Seguridad jurídica. Seguridad total. En adelante los inversores saben perfectamente a qué atenerse en España. Tenemos unas leyes vigentes, pero si el proyecto no se adapta a las leyes vigentes, se sustituyen las leyes vigentes por nuevas leyes vigentes. ¿Qué mayor seguridad cabe esperar?
7.- Valores educativos. Eurovegas es un ejemplo para los niños. La banca quedándose con el dinero de los incautos. ¿Necesitan nuestros hijos saber más para entender el mundo? Eurovegas ya está en conversaciones con el Ministerio de Cultura para crear las Eurobecas: a los alumnos más torpes se les dan 500 euros para jugar a la ruleta; si ganan, devuelven sólo los 500 euros y el 50% de las ganancias; si pierden, se quedan sin plaza en la educación pública. Al ministro Wert le mola la idea.
8.- Lucha contra el delito. Cansa repetirlo. Eurovegas no va a atraer narcotráfico ni violencia entre bandas, ni trata y explotación sexual de mujeres (¡menos aún de hombres!), ni lavado de dinero negro, ni mafias de todo tipo, ni mucho menos crimen organizado. Es una hipótesis completamente delirante que dinero de Eurovegas acabe llegando a políticos corruptos. Bah, la gente ha visto demasiados capítulos de Los Soprano. Al contrario. Eurovegas va a convertirse en un dique contra el delito, en una raya de neón entre el Bien y el Mal. No habrá maleante que quiera rondar Madrid ante tamaña irradiación de legalidad. ¿Acaso está Disneyworld lleno de hampones? No, ¿y por qué iba a estarlo Eurovegas? Ahí está el ejemplo de Puerto Banús, que como todo el mundo sabe es un sitio con el que ningún mafioso ha tenido jamás nada que ver, como en general pasa con toda Marbella.
9.- Salud pública. La preocupación por la posibilidad de que alcohólicos, drogadictos, sexoadictos, ludópatas y otros enfermos se vean tentados por el torrente de luces de neón disparando al cielo una promesa de desenfreno y enajenación es por completo infundada. Error. Topicazo. Juego habrá el justo para pasar un rato en familia, no más. Como en los tirapichones de una feria de pueblo. En cuanto a las drogas, Eurovegas lleva (aparte del sello de Turismo Saludable de la UE, por supuesto) el distintivo comunitario de Entorno Libre de Farlopa. Aquello va a ser como un balneario bien iluminado. Y en cuanto a la adicción al sexo.. En serio, ¿alguien cree que existe tal cosa?
10.- Juerga. Admítelo. Incluso si las nueve razones anteriores no te convencen, incluso si contra toda lógica crees que el proyecto es una gran estafa que acabarán pagando los contribuyentes y los hijos de los contribuyentes, incluso si opinas que nos degrada como país, que nos retrata como el lupanar de Occidente, incluso si te parece que todo esto supera los peores delirios berlanguianos, incluso si piensas así, hay algo que no puedes negar, y es que no se puede descartar del todo del todo del todo que un día te pegues allí una juerga como dios manda. No se puede descartar del todo que un día empieces con una birra, luego otra, luego dos más, luego una copa, luego otra, luego te envalentones y acabes diciendo “qué cojones, vámonos al Eurovegas ése”, y al final te corras una juerga de las que hacen época, de esas juergas que te dejan a dos velas y con una resaca de cuatro días y una vergüenza de mes y medio, pero que al tiempo, con los meses, a veces con los años, terminas recordando con cariño. ¡Sí a Eurovegas!
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