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Suhicidios

Manuel J. Albert

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Podríamos llamarlos así. No hace falta ninguna explicación. La mala bilis que generan estos tiempos, tal vez termine cambiando el vocabulario y añadiendo, intercaladas, haches donde nunca debió haberlas. Y todo, para resumir historias de personas que van a convertirse en símbolos de nuestros días.

Para empezar, la mala hostia ya está alterando, involuntariamente, el criterio de los medios de comunicación. Una ley no escrita dice que los suicidios no se publican. Siempre se ha dicho que, de alguna forma, pueden contagiarse. Si alguien está dándole vueltas a la idea de terminar con su vida, hay quien entiende que leer una noticia así pude ser el último empujón para que el lector se arme de valor y abra ese bote de pastillas.

No lo sé. No estoy seguro. El caso es que, cuando la víctima está acuciada por las deudas, desesperada por la hipoteca que no puede pagar, humillado hasta lo más hondo por un desahucio inminente y opta por terminar consigo misma, los periodistas sí que lo contamos. Porque su muerte no es una más. Es por razones económicas. ¿Hacemos bien? Yo personalmente, creo que sí. Hay que contarlo.

Porque las circunstancias no son cualquiera. Un banco o una organización inmobiliaria -normalmente con una o varias entidades financieras detrás- desean, sobre todas las cosas, quitarle la casa a esa persona. Y una vez la consigan, seguirán persiguiéndole hasta saldar el total de la deuda.

La salida de la mayoría es la resignación. La de una minoría cada vez más amplia, la confrontación. La de unos pocos muy contados, pero con una enorme repercusión, el suhicidio. Espero que no haya ni un solo caso más. Pero poco se va a avanzar con un apaño como el que el PP y el PSOE han alcanzado para tratar de cambiar las draconianas reglas del juego.

La injusticia inherente de la norma no varía un ápice. De la misma forma que no se altera la gravedad de la ley hipotecaria. Y ante ella, algunos prefieren luchar con las armas que le ofrecen la ley de gravedad universal. La de Newton. Lo que me pregunto es cuál de las dos será más fuerte.

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