La voz de los andaluces
Los andaluces, cuando se atisba ya febrero, empezamos a notar que los días crecen y que el mustio que sentíamos al volver de la playa en agosto, empieza a irse por la alegría del calendario que ya enfilamos. Los ritos de la candeleria, del carnaval, Semana Santa y demás fiestas de beber, son el anticipo necesario al infierno estival, que aunque naveguen aún entre fríos invernales, van dejando hueco, poco a poco, a la chaquetita fina, el paseo al caer el Sol y las ganas de invadir las calles ajenas.
Por otro lado, el pasado lunes, en un acto sorpresa anunciado con una semana de antelación, daba comienzo otro de esos hermosos ritos que a fuerza de repetición ha pasado al folclore tribal español. Cada cuatro años, con más o menos fruición, los españoles somos cortejados durante unos 2 o 3 meses, para acabar metiendo nuestra cosita de votar en una urna de cristal, a gusto del rosario de nombres propios e impropios enmarcados por bellos logos de colorines y siglas con mayor o menor tino descriptivo, que hagan del ganador, el clan del que poder quejarse en los siguientes 4 años.
Susana, la Presidenta Susana, en un altamente esperado giro dramático, venía a invitarnos a todos los andaluces (y andaluzas) a volver a estimular las gónadas de la democracia e inaugurar así un ciclo de estimulación gonádica democrática de unos 9 meses. El parto democrático tendrá entre 4 o 5 clímax espasmódicos que a todas luces se han querido freír en las cocinas de según qué partidos para maximizar o minimizar la hecatombe parlamentaria que se adivina anda cociéndose.
La Presidenta en funciones, con vista e inteligencia política como pocas veces se ha visto por estos lares, empezaba su propio ritual de apareamiento democrático con un mensaje llano, simple y conciso, la voz de los andaluces. Susana se auto-erigía en bastión de la honestidad democrática, haciendo una defensa numantina y bastante cómica del derecho de los andaluces a decidir y dirigir su propio futuro. Una suerte de macabra broma por parte de quien censura el destino a decidir de sus vecinos. El mensaje era claro, la elección meditada del eslogan “la voz de los andaluces” como vía de acercamiento al electorado, viene a batallar un terreno que hasta el momento sólo ha conquistado la marca Podemos. Todo mientras el equipo de imagen y marketing del Presidente Rajoy afianza la certeza de quienes creemos que militan secretamente en las filas de la oposición.
Este viaje por las urnas, vendrá a acompañar por fechas, al calendario festivo de este tierno rincón del Mundo, campaña autonómica con el Carnaval de Cádiz, y elecciones con aroma a incienso, municipales con olor a vino y generales según tercie. Un mejunje festivo-electoral que joderá los naturales biorritmos andaluces, pero que vendrá acompañado por la norma astronómica y meteorológica de todos los años. Que en Carnaval tendremos los últimos fríos de verdad, en Semana Santa las rebequitas de entretiempo y para feria las bermudas. Así que ya saben, que Don Carnal ya está aquí y el domingo vuelve a apretar el frío, el de día gris, lluvia en los valles y nieve en la montaña, menos mal que llegando febrero, siempre nos quedará la Caleta.
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