Lunes Santo de chubascos
La lotería del Domingo de Ramos dejó el gordo en Córdoba capital a eso de las 12 del mediodía, cuando la Borriquita enfilaba Tendillas y un intenso y prolongado aguacero descargaba una de las mayores granizadas que se recuerdan por estos lares en años. Las imágenes de granizo acumulado en Carlos III hablan por sí solas. Una estudiada lectura al radar y su comparación con modelos de precipitación mesoescalares describían la situación con bastante tino con la suficiente antelación como para evitar determinadas estampas. La tarde continuó según estaba anunciada y la coincidencia entre la hora del sorteo de chubascos y las salidas procesionales acabó con decisiones en la mayoría de los casos bastante acertadas.
El rosario de chubascos que ascendían desde el Golfo de Cádiz y la campiña sevillana quiso tener a Córdoba como escenario principal del tablero andaluz, un tablero que para el Lunes Santo se presenta más incierto si cabe. A nivel macroescalar, es decir, lo que se cuece entre los grandes centros de presión que determinan el tiempo en superficie, no tenemos cambios notables más allá de la ligera profundización de la baja en el entorno de San Vicente y su parsimonioso inicio de viaje hasta tierras mediterráneas.
Un ligero cambio que tendría consecuencias directas sobre nuestro cielo, no tanto en cuanto a la dinámica pero sí en cuanto génesis y antelación en el seguimiento. Éste lunes será de nuevo jornada de seguimiento en tiempo real de lo que se cueza en el cielo y su reflejo en los radares de precipitación de la Aemet, pero con la sutil diferencia de que no tendremos el referente de la campiña sevillana para el anticipo de determinadas situaciones. A grandes rasgos, lo que toca esperar es una mañana con la presumible resaca de la convección del domingo y el crecimiento caótico de células convecticas por prácticamente todo el suroeste peninsular desde el mediodía, a expensas de lo que la humedad relativa de suelo y aire sea capaz de aportar para el crecimiento de tormentas. En éste episodio el Golfo de Cádiz no jugará un papel tan determinante y cabe esperar que los chubascos generados no sean tan intensos como en el caso del Domingo de Ramos.
Otra jornada incierta en lo meteorológico que debería combinar sol, nubes y lluvia hasta bien mediada la tarde, terminados los procesos convectivos y dejando paso a un Martes Santo que sería casi un calco del día anterior. De nuevo prudencia, paciencia, y confianza en que el radar de Sevilla siga funcionando para tener fiel reflejo de lo que crezca sobre nuestras cabezas, otra lotería más.
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