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Domingo de Ramos

Carlos Puentes

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Hay ocasiones en las que se hace complejo, muy complejo, escribir un pronóstico meteorológico. La incertidumbre asociada a determinados episodios, máxime cuando traspasamos el umbral que separa marzo de abril, convierte en deporte de riesgo la cosa esta de escudriñar tripas de lagarto para ver si llueve o luce el Sol. Afortunadamente éste, no será el caso.

Hoy comienzo penitencia de 7 días, con 7 pronósticos, casi todos iguales. Comenzamos hoy, día de Palmas, con el cielo raso y una temperatura de la que invita al sereno paseo y el remoje de pies para quien tenga la suerte de pisar el mar. El anticiclón de las Azores, un viejo conocido de esta parte del Mundo, aposentó sus vastos dominios sobre la vertical andaluza la tarde del pasado jueves, dejando desde el Viernes de Dolores un paréntesis de una de esas primaveras que aunque huelan a azahar, ya casi enfilan el verano.

El mercurio estos días previos ha querido rozar la treintena, advirtiendo al penitente que si bien aún queda tiempo para coger camino de Cádiz buscando el Atlántico, más le vale acomodar el vestuario y la nevera portátil para no caer desmayado cuando pasando el mediodía, fije su mirada en el termómetro de Tendillas y vea con horror que de tanto querer Sol le han crecido golondrinos por la insensata razón de haberse vestido de traje y corbata para ir a ver pasos.

Y es que seguramente, cuando lean esto, ya será demasiado tarde para dejar la chaqueta en casa, y que cuando la Burra ya suba por Claudio Marcelo, las sudorosas espaldas penitentes agolpen la barra del Correo buscando algo con lo que recuperar líquidos mientras pierden, poco a poco, el control de la vejiga.  Seguirá la tarde como empezó la mañana, con un Lorenzo remolón que hoy dará luz hasta la cercanía de las 9 de la noche, cuando ya todas las que les toque salir estén en la calle, sin necesidad alguna, como tan normal tiende a ser, de mirar si “el agua que viene de Sevilla” viene a sembrar de incertidumbre, de rumores y mensajes de móvil las cábalas del tiempo cofrade, éste año, no.

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