El Tablero y El Brillante de los romanos
El Brillante, no por ser sierra, se salva de las piedras de Córdoba. El Tablero especialmente tampoco. Parece que no se ven, pero allí en los barrios del pie de monte están. Algunas desamparadas, como el pobre estropicio del cauce del acueducto augusteo de Córdoba puesto al sol en la rotonda del Pryca nuevo. Que ni siquiera es de allí, es más del Figueroa. Qué harías Agripa si lo vieras ahora…Otro barrunto mayor es el aljibe califal de la rotonda del Hipercor. Las de rotondas que inspiran las piedras de Córdoba. En la misma o peor deshonra, anda el ninfeo del parque de las Moreras; si, ese que se ve siempre a la derecha en la avenida que lleva desde la Boutipan a la Renfe y que debió ser una fuente romana monumental. Las piedras de Córdoba, que andan como gatos por los tejados, buscando comida. Bien les valdría algún parque arqueológico de cobijo.
barruntoBoutipan
Para ver el único resto arqueológico público restaurado en su dignidad histórica en esta zona hay que ir a compran al Aldi de El Tablero, donde resiste un horno romano casi completo. Está allí, a la vuelta del aparcamiento, en el lado opuesto a la entrada al super, pero allí está. El Brillante era un barrio productivo desde que empezaba allá en el viaducto del Pretorio. Al menos hasta El Tablero, zonas de fundición y zonas de producción de materiales de construcción surcaban el perfil de la única vía romana que, tras los siglos, sigue siendo reconocible en la ciudad de Córdoba. El horno romano del Aldi conserva el tiro para el fuego y la cámara de combustión. Encima de ella, como a un metro hay que imaginar una rejilla donde iban los materiales a cocer. Nos falta sólo la cúpula o cierre, para imaginarlo todo. Allí quedan algunos ladrillos cocidos del último golpe. A mí me gusta especialmente este horno del Supermercado, aunque sea el de dentro el que hace los bollos. Me parece que es todo lo contrario al patrimonio náufrago de la Córdoba de las rotondas. Ir al super y tener un yacimiento musealizado, aunque sea modestamente, es de verdad cercanía y utilidad del patrimonio para la población. No está en un garaje, no está en una rotonda, no está en un patio de vecinos; está libre para vivirlo antes o después de la compra. Arqueología en el carrito. Me gusta. Me resulta familiar y cotidiano y por eso seguramente este horno llegue a hacer carrera.
superhorno romano del Aldisuper
Ahí donde el horno y la zona productiva del Aldi, en el Tablero, se bifurcaban tres caminos serranos de riqueza fundamental para Córdoba. El Brillante, hasta que se convierte en Cuesta de la Traición allá en la Huerta de los Arcos y saca su cara más romana. El camino de la vereda del Villar, que va a Sansueña, quiebra y sube por Los Morales. O el cordobés camino del reventón, es decir, la carretera de las Ermitas que pasa delante de la Panadería El Brillante, el Mercadona y los hoteles de la Arruzafa. El camino por el que bajaban los mármoles de colores de los canchos y calvas que tiene la sierra a Occidente de las Ermitas, allá en el oeste del Rodadero de los Lobos.
reventón,
La vía a los Montes, hacia el Norte, es El Brillante romano. Conocemos su nombre por una inscripción del Museo Diocesano que recupero del mercado “negro” D. Manuel Nieto Cumplido y que publicó extraordinariamente Ángel Ventura. Está inscripción procede de El Patriarca, aproximadamente, es de las más antiguas de Córdoba y cita la servidumbre de la avenida del Brillante para el paso de los carros de las compañías mineras que explotaban los montes de la Sierra de Córdoba; allá por Las Jaras, el Guadiato y la selva Morena del término de Villaviciosa. Si queremos imaginar esta vía ad Montes, ahora que la sierra está aún más soberbia en estos días de lluvia, basta cogerse el 10 hasta la Huerta de los Arcos y subir al Lagar de la Cruz por la cuesta de la Traición, la verdadera vía romana. Cuando lleguen al Lagar en 2.1 km, y piensen los 6-7 Km que hay por la actual carretera, creerán en romanos. Ese camino, dejado como tantos, mecería no menos de diez rotondas. Se trata de un paseo mágico. Entre frondosidad y umbría cordobesa, se conserva el firme romano, canteras de extracción, cortes en los arroyos, canalizaciones, de verdad, para pensarlo. Para pensar que ese patrimonio histórico y natural no debe estar aislado del discurso patrimonial de Córdoba, allá en una de las dorsales de la sierra.
vía a los Montespublicó extraordinariamente Ángel Venturaad Montes
El camino que parte desde El Tablero hacia el Oeste, el que va a las Ermitas lo conocen de sobra, no hace falta contarlo. Merecería la pena nos destrozarlo más con las bicis de montaña, al menos en los escasos tramos de firme que van quedando. No es que haya que quitar las bicis, simplemente basta que se metan más por los regajos que por el firme. Toda la piedra suelta que se ve, no es piedra; es la infraestructura de la vía dispersa y maltrecha. Merece la pena pensarlo. Me dirán, pero este no es romano!, Su capa más actual no, la preparación y la cicatriz que hace en la sierra sí. Eso, sólo los romanos.
piedra;
Un último camino, por ahora, parte desde el este de El Tablero, por la actual San José de Calasanz, más o menos. Se trata del camino del Villar o de Los Morales. Ese camino atraviesa hoy las casas de esta parte de la sierra, igualmente por los barrancos. Pasa, escondido, entre la Calle Sansueña y la carretera de los Villares. Llega casi a la rotonda de la Castilleja y emerge en su estructura antigua ya en la Huerta del Hierro; único sitio donde el asfalto lo ha dejado respirar. Sube entre jaras buscando Los Morales, y allí aparece hoy un villar. Un villar de suelos y muros de opus camenticium, un villar de los múltiples centros productivos de los romanos en la Sierra, poco antes de que el camino vuelva a morir en el asfalto que va al Hospital y vuelva a emerger para volver a subir y unirse con la vía a los Montes allá en el Lagar.
opus camenticium,
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