Soy una barcelonesa trasplantada a Córdoba, donde vivo creyendo ser gaditana. Letraherida, cinéfila aficionada, cultureta desde chica, más despistada y simple de lo que aparento y, por lo tanto, una pizca impertinente, según decía mi madre. Desde antes de tener canas, dedico buena parte de mi tiempo a pensar y escribir sobre el envejecer, que deseo armonioso. Soy una feminista de la rama fresca. Yo, de mayor, vieja.
Gisèle Dignidad, nuestra mujer del año 2024
Sobre este blog
Soy una barcelonesa trasplantada a Córdoba, donde vivo creyendo ser gaditana. Letraherida, cinéfila aficionada, cultureta desde chica, más despistada y simple de lo que aparento y, por lo tanto, una pizca impertinente, según decía mi madre. Desde antes de tener canas, dedico buena parte de mi tiempo a pensar y escribir sobre el envejecer, que deseo armonioso. Soy una feminista de la rama fresca. Yo, de mayor, vieja.
Cumplo con mi palabra y continúo y termino con el tema de Gisèle Dignidad que inicié con el post Los actos terribles tienen consecuencias. Claro que sí de 23 de septiembre y continué el 16 de octubre con el que titulé La dominación vergonzante. Hoy quiero conversar sobre la grandeza de Gisèle Dignidad.
La inspiración me ha venido porque estos días atrás hemos podido ver un montaje en el que aparecía la foto de Gisèle Dignidad en la portada de la revista Times como si hubiera sido nombrada mujer del año 2024. Se trataba de un buen deseo en el que se sustituía la imagen de Trump, el innombrable, a quien le han otorgado dicho galardón, por la de esta mujer de quien hace medio año no sabíamos nada. Pero no, la revista Times no ha considerado que Gisèle Dignidad merezca este honor. Nos tenemos que conformar con que la BBC la identifique como una de las 100 mujeres más influyentes de 2024 y que el Financial Times la haya incluido como una de las 25 más reconocidas del año.
A mí, sin embargo, y a muchas de las personas de buena catadura moral nos parece que este título lo ha ganado con creces Gisèle Dignidad. Su nombre pasará a la historia de la lucha de las mujeres por la justicia, la dignidad y la libertad de todas y cada una de las que sufren abusos, violaciones y violencias sobre su cuerpo y su espíritu por parte de unos seres que se otorgan a sí mismos la posibilidad de llevarlos a cabo.
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