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Noche Vieja: cena y teología de andar por casa

Juan José Fernández Palomo

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-No puedo salir a los bares en estas fechas, huele demasiado a perfume cruzado. Son muchos los anuncios de perfúmenes –o como se diga esta superación del olfato-. Los publicistas se habrán puesto las botas, pero yo soy incapaz de oler una pijota frita con este menda sentado en la mesa de al lado.

-Parece que han salido todos de la cárcel. Los presos, el día en que salen libres, se perfuman mucho. Me lo dijo un amigo: “así parece que se quitan algo”.

-Desconozco si hay un perfume que se llame “Libertad”. Si lo hay, triunfaría entre tanto anuncio.

Estaría bien que, después de estas fechas, en las rebajas, lo anunciaran como “Libertad, sin cargos”. Sería una gran campaña.

(risas impostadas)

-Coño, parecemos la cena de los Mad Men.

(risas más impostadas-si cabe-)

-Estas cosas pasan porque cenamos en la Noche Vieja con la tele puesta. Deberíamos poner música y nuestras conversaciones irían por otros derroteros.

Por ejemplo:

-Dios es necesario como los Pink Floyd, las novelas de Melville y las de Conrad, los cuentos de Borges, el chocolate con naranja y el vino tinto del año. Y el mosto de Trebujena. Soy internacionalista. Por eso lo digo.

Dios es necesario como intrascendente son Pitingo y mil mierdas parecidas más y Paco Montalvo y su padre y el padre de Neymar.

- Cierto, Dios es necesario como Enrique Morente sin hijos y una mujer con sombrero como un cuadro del viejo Chagal o un tumbao de piano de Albert Miralles en una copla de Serrat.

Dios existe y se lleva un puñado de arena a la boca y Marc Ribot hace un riff con eso. Y eso es la frontera.

Yo me llevo relativamente bien con Dios y dejo que me lleve de la mano y me conduzca hacia la luz y a las cosas guapas.

-Yo no creo en Dios, pero eso a él le da igual. Sin embargo, Dios cree en mí.

-Yo tengo dudas, pero os deseo un feliz año nuevo.

-¿Nuevo?

-Bueno, si no es nuevo por lo menos es otro.

-Eso sí.

En eso coincidimos todos los que estábamos en la mesa.

Y, de pronto, alguien dijo: pon la tele, coño.

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