Como desde siempre he sido reacio a levantar pesos o manipular herramientas, pero sé leer, escribir y hablar, he acabado trabajando (es un decir) en medios de comunicación escritos y radiofónicos. Creo que la comunicación y la cocina tienen muchas cosas en común: por ejemplo ambas necesitan emisores y receptores, y tienen una metodología parecida, una suerte de sintaxis y de morfología que deben ser aplicadas. Cocino habitualmente en casa y mi último descubrimiento ha sido comprobar que recoger y limpiar utensilios mientras preparo la comida es muy bueno: ha cambiado mi vida, de hecho. Buen provecho a todos.
Fusilado continuamente
Fue hace ochenta y nueve veranos pero podía haber sido hoy o mañana. O en la madrugada de ayer. Unos disparos en el claro de un campo en Granada hicieron callar a todos los grillos del mundo.
Federico García Lorca fue fusilado “por rojo y por maricón” (sic).
Lorca, en la que pudo ser su última entrevista para El Sol, de Madrid, dijo: “Yo soy español integral y me sería imposible vivir fuera de mis límites geográficos; pero odio al que es español por ser español nada más, yo soy hermano de todos y execro al hombre que se sacrifica por una idea nacionalista, abstracta, por el solo hecho de que ama a su patria con una venda en los ojos. El chino bueno está más cerca de mí que el español malo. Canto a España y la siento hasta la médula, pero antes que esto soy hombre del mundo y hermano de todos”.
También podrían haberlo fusilado por decir eso, ya puestos.
Yo también soy español y sigo releyendo a Lorca ochenta y nueve años después de que el plomo le agujereara el pecho y tengo la sensación de que el poeta ya nació fusilado.
Escucho a Bernarda Alba y creo que las palabras que dice las puso en su boca un fusilado.
“El sueño va sobre el tiempo/ flotando como un velero. Nadie puede abrir semillas en el corazón del sueño”. Eso sólo pudo decirlo un arlequín fusilado. El mismo que viajó a Nueva York y a La Habana. El que recibió un ofrecimiento de exilio de las embajadas de México o Colombia. El que se quedó en Granada. El que sacaron de casa de sus amigos falangistas como si esas camisas azules fueran una coartada de quien sabe qué. El que nunca volvió ni a esa casa ni a ninguna.
Hace ochenta y nueve años hoy o mañana o ayer y vuelven a fusilarlo. Eso es irremediable.
Te diré una cosa, por si aún no lo sabes: hay más España en el camino que va de Víznar a Alfacar que en los colorines de tu pulserita.
So tonto.
Sobre este blog
Como desde siempre he sido reacio a levantar pesos o manipular herramientas, pero sé leer, escribir y hablar, he acabado trabajando (es un decir) en medios de comunicación escritos y radiofónicos. Creo que la comunicación y la cocina tienen muchas cosas en común: por ejemplo ambas necesitan emisores y receptores, y tienen una metodología parecida, una suerte de sintaxis y de morfología que deben ser aplicadas. Cocino habitualmente en casa y mi último descubrimiento ha sido comprobar que recoger y limpiar utensilios mientras preparo la comida es muy bueno: ha cambiado mi vida, de hecho. Buen provecho a todos.
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