Se cuenta que el gran escritor uruguayo Eduardo Galeano, y su señora Helena Villagra, tenían siempre la puerta de su casa abierta en Montevideo. Por allí pasaban escritores hispanoamericanos, políticos exiliados, políticos con esperanza de regreso, gente del barrio, futboleros y padres de futbolistas “de potrero”…
Para hablar, para compartir mate, ron o lo que fuera.
Galeano definió Montevideo como “una ciudad de casas y cuadras que rodean a las canchas de fútbol”.
La puerta de la casa de los Galeano-Villagra siempre estaba abierta excepto de cuatro en cuatro años, cuando la chapaban y ponían en la fachada un cartelito: “Cerrado por Mundial”.
Un mes de cierre de agenda. Un convento de clausura para los seguidores de la religión laica más populosa del orbe conocido.
Le tomo, parafraseado, el cartel al maestro: yo estoy cerrado por Eurocopa
51 partidos de fútbol en la tele pública y en abierto entre junio y julio en casa es una mala noticia para el sector turístico y hotelero. Ese sector voraz que se frota las zarpas y se relame los bigotes. En este mes, conmigo que no cuenten. Estoy en casa, cerrado por Eurocopa.
También es una ocasión de riesgo en algún domicilio por acaparar el mando a distancia desde las tres de la tarde en adelante. Negocien, con generosidad, les recomiendo.
La selección española le ganó a la de Croacia en su debut. Lo hizo en el Estadio Olímpico de Berlín una semana después de que se hubieran celebrado unas elecciones al Parlamento Europeo.
No voy yo aquí a analizar el resultado de esas elecciones y el panorama que empieza a dibujarse; pero sí recordaré que en ese Olímpico de Berlín, en 1936, desde el palco, un tal Adolf Hitler vio como el norteamericano Jesse Owens, un negro, ganó cuatro medallas de oro: en los 100 metros lisos, 200 metros, salto de longitud y el relevo cuatro por cien en los Juegos Olímpicos. Muy mala cara y fruncir de bigotillo se vio en el palco del estadio.
Eduardo Galeano escribió “Las venas abiertas de América Latina”.
Ahora parecen volver a abrirse las venas de Europa.
Eso que llamamos Europa.
Se ve fútbol y se piensa en cosas. No es incompatible.
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