“Si hubiera algo, te llamamos pronto”: un diagnóstico de cáncer de mama casi cuatro meses después de la mamografía

Carmen tiene 62 años y cáncer de pecho. La pasada primavera, acudió, como cada dos años, a las pruebas del programa de detección precoz de cáncer de mama en Córdoba. Como en otras ocasiones, se hizo una mamografía: “Me dijeron: si hubiera algo, te llamamos pronto”. Pasaron unas semanas y, como en anteriores ocasiones, se despreocupó, pensando que el resultado negativo ya le llegaría. Pero, más de tres meses después, lo que le llegó fue una llamada para avisarla de que debía hacerse nuevas pruebas complementarias. Casi al cumplirse los cuatro meses de la fecha de su mamografía, tuvo el diagnóstico del cáncer de mama que sufre actualmente.

Ella es una de las mujeres afectadas por los retrasos en los resultados de las pruebas y el diagnóstico de cáncer de mama del programa de cribado para detectar esta enfermedad y, como tal, acudió a la reunión que este jueves la asociación Amama -que denunció a finales de septiembre esta situación que afecta a más de 2.300 mujeres en Andalucía-, ha celebrado en Córdoba para preparar las demandas que cada una de ellas quiera interponer.

Carmen, que es de un pueblo cercano a la capital, cuenta a Cordópolis que acaba de ser operada del cáncer en su pecho derecho el 3 de noviembre. Ese ha sido el último paso hasta ahora de su caso, que comenzó cuando el 27 de mayo se hizo la mamografía prevista dentro del programa de cribado en el Centro de Especialidades Carlos Castilla del Pino.

No fue hasta el 2 de septiembre cuando recibió la llamada para advertirle que en la mamografía de mayo había indicios de que podía tener cáncer: “Me dijeron que habían visto algo en la mamografía y tenía que hacerme pruebas”. Un día después, el 3 de septiembre, fue ya al Hospital Provincial a hacerse una ecografía y una biopsia. Y al día siguiente, una resonancia, explica.

Un bulto en el pecho y dos ganglios

Con todas las pruebas ya hechas, “a los trece días”, volvió al Hospital Provincial. Ya era 16 de septiembre y ese día llegó el diagnóstico: “La doctora me dijo: tengo dos noticias, una mala y una buena”, recuerda que le dijo la médica. La noticia negativa era que, efectivamente, “tenía un bulto malo”. La 'buena', “que era chiquito”.

Luego llegó la operación. A Carmen la intervinieron el 3 de noviembre para quitarle ese bulto del pecho derecho y también le extrajeron dos ganglios de la axila. Ahora, pasadas unas semanas, sigue su recuperación de la operación y está a la espera de una cita de revisión el 3 de diciembre. Luego, le dirán qué tipo de tratamiento debe seguir.

Pero, como dice, “físicamente voy, poquito a poco. Pero la cabeza...”. Cuenta que la intranquilidad no la deja dormir y ha tenido que tomar medicación para poder descansar. “La noche es lo peor”. En su mente, irremediablemente, también están los casos de dos tías que tuvieron cáncer “en el mismo pecho que yo” y de un hermano, también diagnosticado y en tratamiento de otro cáncer actualmente.

Con todo, Carmen ha decidido poner su caso en manos de Amama y asesorarse con esta asociación para ver las acciones que puede emprender por la tardanza en recibir los resultados de su mamografía y, con ello, el diagnóstico del cáncer que ahora sufre.

En estos días está reuniendo las pruebas, informes y citas médicas para preparar la demanda que la asociación está haciendo para cada caso de manera individual. ¿Su objetivo? Esta cordobesa tiene clara su respuesta: “Tenemos hijas, tenemos nietas; que esto tan gordo que ha pasado no pase de nuevo”.